Tuvo que pasar un año para que Abbel pudiera descubrir lo que decía el testamento de su difunta esposa.
Abbel aún estaba bloqueado por lo que había pasado, a pesar de haber pasado un año, aún no lo superaba.
—Buenos días señor Killer, finalmente no hay fecha que no se cumpla— Dijo el abogado encargado de leer el testamento.
—Desearía no estar aquí en este momento, esto solo abre la herida del pasado— Dijo al recordar aquel trágico momento.
El abogado procedía a abrir el sobre que contenía la última voluntad de Karen.
Abbel estaba acompañado por su mejor amigo y por supuesto por su madre Vanesa.
—Está es la última voluntad de la señora Karen De Killer.
—Por favor abogado, termine con esto de una buena vez— Le pidió, no podía soportar revivir aquel momento tan duro.
—La señora Karen, deja su empresa a mano de su esposo el señor Abbel De Killer. Además todas las propiedades que había adquirido antes de que se casaran, todo su dinero y todo lo que le pertenece también es para usted señor Abbel— Enfatiza el abogado.
—No se que decirle.. esto no llena el vacío que hay en mi corazón, perdí a mi esposa y a mi hijo el mismo día, ni todo el dinero del mundo podría quitar este dolor— Se expresó abiertamente.
—¡Lo siento mucho! Señor Abbel, todo esto tiene una cláusula.
—¿Cláusula?— Pregunta confundido.
—Si difunta esposa ha dejado por escrito que para recibir su herencia, debe contraer matrimonio y al menos estar casado durante dos años— Comenta el abogado.
—Eso es una locura.. No voy a casarme con nadie. ¿Por qué jalaren dejaría esto para obtener su herencia?— Pregunta atormentado por la confusión.
El abogado enciende su laptop y la gira hacia donde están Abbel y su madre. Con tan solo un clic un video empieza a reproducirse.
“Hola amor, si estás viendo este video es porque ya he partido de este mundo. Quiero recordarte que te amo y que eres lo mejor que me pasó en la vida. Sin embargo ya no estoy, por lo que tendrás que casarte y rehacer tu vida para poder quedarte con todo lo que un día fue mío. Esta es mi voluntad, y no hay retroceso. Por favor busca una buena esposa y madre para nuestro hijo. Este video lo estás viendo un año después de mi muerte, considero que es un tiempo propicio para dejar el luto a un lado. Se feliz, no lo olvides. Esto no es una despedida, más bien es un hasta luego”.
Finalmente decía aquel breve video donde Karen se mostraba feliz y tranquila.
Abbel no pudo contener las lágrimas, sintió un enojo momentáneo, no esperaba esa mala jugada de Karen.
—Señor cuando esté casado, vaya a mi oficina para que pueda obtener su herencia. Además es preciso mencionar que solo tiene tres meses para casarse o lo perderá todo— Le enfatizó el abogado antes de retirarse.
Una vez que el abogado se retira, Abbel no puede ocultar sus emociones, lanza algunas cosas al suelo por la impotencia que siente en ese momento.
—¡Hijo cálmate, no te comportes así! Pediré que te preparen un té para los nervios— Le dijo Vanesa angustiada.
Vanessa salió del despacho por él te para los nervios de Abbel.
—Abbel debes calmarte, creo que Karen dejó eso escrito porque te conocía muy bien y sabía que si algo le pasaba, tú no ibas a ser capaz de rehacer tu vida— Le comenta Antony.
—No es Justo, no quiero casarme con nadie. Mi única esposa siempre será Karen. Lo peor de ese video es que dice que cuide de nuestro hijo, ella ni siquiera supo que también había muerto—Le responde atormentándose.
Abbel no podía entender cómo Karen lo había enviado a casarse, simplemente piensa que es una gran tontería.
—¿Qué hará?— Pregunta Antony.
—Perdí a mi esposa y hijo. Ahora lo puedo también perder todo lo que he trabajo, así que, por favor búscame una esposa por un plazo de dos años, ofrécele dinero— Decía mientras se dejaba caer en el sofá.
—Me parece acertada tu decisión Abbel: después de todo has levantado la empresa y multiplicaste la fortuna de Karen.
—¡Si, lo se! Esto me duele Antony, aún no supero su muerte y tengo que casarme— Realmente sentía un gran dolor en su pecho.
Después de algunas horas…
Todo el día Megan buscaba trabajo, estaba muy decepcionada porque nadie la contrataba.
Llegaba a la casa nuevamente bajo la lluvia, estaría lloviendo por unos días habían reportado los noticieros.
Esta vez, Megan se sienta debajo del árbol, una vez no le importa empaparse de agua.
Megan se siente perdida, se rodea así misma con sus brazos para darse consuelo.
Atlas través de sus lágrimas, Megan libera Eder dolor de impotencia que tiene, no entendía cómo conseguir trabajo se le había hecho tan difícil.
De repente, con la mirada hacia abajo, Megan ve que una mano se extiende para ayudarla, levanta la mirada lentamente y nuevamente ve a su vecino parado con un paraguas.
Me han toma su mano y con su ayuda se levanta del suelo.
—No debería hacer esto, se puede enfermar— Dijo su vecino.
—Ya lo se.. tuve un mal día, no he querido entrar a casa— Le confiesa.
El agua que caía sobre el rostro de Megan ocultaba sus lágrimas pero no su dolor.
—Por cierto, mi nombre es Antony— Dijo su vecino al presentarse formalmente.
—¡Mucho gusto Antony! Mi nombre es Megan— Le responde con una leve sonrisa fingida.
—¡Megan es un gusto!. Supongo que no has conseguido trabajo.
—¡No!! Le juro que pensé que sería más fácil.
—No es tan fácil conseguir trabajo, últimamente hay mucha demanda de personas con deseos de trabajar.
—Más que deseos por trabajar, yo necesito el dinero, no puedo estar en esta ciudad si no trabajo, además vine por un mejor futuro y creo que está todo peor— Le confiesa atormentada.
Antony se queda pensando unos segundos, observa a Megan detenidamente, intenta conocerla un poco más.