Guardia

2631 Words
"¿Estás jugando conmigo, no demonio?" Dijo entre risas preocupantes Khalid. "¿Crees que soy alguna clase de payaso enviado para hacerte reír? Menciono tajantemente el demonio desconocido de aquella habitación oscura. "Nononono, esto es... ¿QUÉ PASÓ?" Protesto sentado en el suelo con las manos entre sus cabellos. "¿Esto se puede revertir? ¡DIME!" "No" "Dios, no, ¿qué acabo de hacer?" Gritando de enojo entre dientes, después un silencio entre quejidos. "Puede que haya una solución" Dijo el demonio mirando a Khalid de forma concertara. "¿En serio? ¿DE VERDAD?" Contestó Khalid gritando mientras se levantaba del piso acercándose al demonio con pasos pequeños y tímidos. "Sí, vas a vender la otra mitad de tu alma a otro demonio del libro que tienes tirado allá atrás." Señaló el demonio aquel libro con su mano delgada y larga. "¿La, la otra mitad?, o sea, ¿toda? Dijo el niño con voz confusa y preocupada. "Sí, ¿no es obvio?, si te decides rápido puedo recomendarte uno, ¿te parece?". El demonio desconocido elevó su mano hacia el libro, haciendo que este floté hacia él de manera lenta. Khalid vio esto muy extrañado, se quedó viendo de pie con las manos quietas y temblorosas. ¿Qué es esto, los demonios tienen magia?, se preguntó con la voz de su cabeza. "Bueno, ¿ya te decidiste, no?"Exclamo el demonio mojando su dedo índice con un poco de su saliva para encontrar una página en específico. "¿Y?" Dijo mientras miraba con el ceño fruncido a Khalid. "...Ah- ah, no" Respondió Khalid con un tono negativo y asustado. "No quiero que toda mi alma esté con el diablo, no no no, no quiero eso, acaso tú querrías... Oh, bueno, ni para que preguntarte. Miro al demonio volteando los ojos hacia otro lado levantando las cejas. "¿Te crees alguna clase de payaso estúpido? Renegó "¿Entonces qué?". "¿Entonces?" Ya te dije que no quiero vender mi alma entera". "Está bien, no te voy a obligar o tentar, me da igual que haces con tu alma". Ese demonio cruzó las piernas y dejo caer el libro en una pequeña mesa de noche. "Sí, y ahora, ¿QUÉ HARÉ CON UN DEMONIO COMO GUARDAESPALDAS?" Exclamó el niño preocupado. "¿Quién dijo que soy tu jodido guardaespaldas?" Se acercó el demonio con pasos largos hacia Khalid. "Yo no estaré como perro pegado a una perra en celo contigo, solo estaré cuando yo vea que sea necesario protegerte" Explicó el demonio. "¿Qué?, ¿permitirás que me hagan algún tipo de daño y tú verás si es necesario ayudarme? Pregunto de manera absurda, alejándose dos pasos atrás antes que el demonio se acercara más. "Exacto." Contestó él. "Pero, ¿cómo sabrás que necesito ayuda?." "Veré tu futuro." "¿Perdón? exclamó sorprendido. "¿Puedes ver el futuro?...Eso, eso es impresionante, no sabía que los demonios podían hacer eso." "¿Cómo crees que cada plan en la política sale bien?" Dijo el demonio moviendo los hombros de lado a lado como bailando. "Jajaja, sí... ¿Espera qué? Ustedes tienen que ver en eso-" Interrumpió. El demonio tapó los labios de Khalid con sus dos dedos en señal de silencio. "Ah, sí, no nos hemos presentado, me llamo Gemory" Alzó su elegante mano izquierda para saludar. "Ah, un gusto, yo me llamo Khalid" Extendió la mano para responder el saludo. "Bien, al parecer ya te calmaste" "No, ahora tengo que ver donde trabajar, es la única solución clara, creo yo." Respondió preocupado. "Espera un momento" Haciendo que Gemory voltee la cabeza para esperar su palabra. "Acaso tendré pesadillas con el infierno o cosas así?" "¿Qué?"¿De dónde sacas cosas tan estúpidas?" Reputo el demonio mirando mal a Khalid. "Yo, yo escuché unos relatos de gente que vende su alma al diablo y les pasa eso ". Contestó mirando tímidamente al demonio Gemory. "Punto uno, no soy el "diablo"Alzando sus dedos como comillas en el aire. "Y punto número dos, no, no tendrás pesadillas, los que hacen eso son los mismos demonios tratando de joderte". Explicó Gemory "Yo no haré eso, es muy aburrido". Gemory se volvió a sentar en la misma silla de antes, quitándose la mugre de sus uñas con sus dientes. Mientras Khalid solo estaba pensando que había pasado en estos cortos minutos. Pasemos lista. Uno. Invocó a un demonio atractivo. Dos. Vendió la mitad de su alma a ese demonio. Tres. Tuvo una conversación que solo en películas ficticias existe. Cuatro. No lo hizo bien y ahora no tiene dinero, aunque este debe ser el punto tres. Miro a Gemory desde dónde estaba, se puso a ordenar todo lo que había hecho. Ya era muy noche y tenía sueño. "Bueno, tu sirviente de satanás, vas a quedarte en esa silla toda la noche?." Preguntó. "Ah, supongo que sí, ¿te irás a la cama?". "Sí, sí. Solo preguntaba por qué, no sé si quisieras una manta o algo. Sugirió. "¿Eres amable con un demonio?" "Pues sí, eres como un huésped aquí, ¿no? Desearía que estés cómodo, ya que me vas a cuidar y así. Oh, deja busco una que esté limpia. Dijo Khalid mientras estaba por irse por una, antes Gemory le dice "No, no vayas por nada, estoy bien así" Dijo en un tono frío. "¿Seguro? Tranquilo, si tengo una limpia, yo iré-". "Qué no, estoy bien así, niño". "Ah, bueno, está bien... ya me iré a mi habitación" Contestó señalando hacia su cama. "Si" "Ok... buenas noches, supongo, no sé jajaja, adiós. Khalid caminó y cerró la puerta con seguro, pues aún tiene miedo de tener a un demonio en su pequeña sala de soltero. "Qué idiota ermitaño, ¿por qué me lo cedió?" Es insoportable, pensó Gemory. ... Al día siguiente, Khalid no pudo dormir, estaba muy pensativo con lo que iba a hacer y más con el miedo de tener a Gemory en casa. Que estaba pasando decía. Se levantó a las siete de la mañana y abrió su puerta muy despacio para no despertar a su endemoniado invitado. Salió y estaba dormido, con las piernas cruzadas, ¿es eso posible? Se veía cómodo, algún día lo iba a intentar. Siete y trece minutos, aún estaba viendo al demonio, era tan atractivo, como un actor de cine. Mencionó que él eligió ser así, vaya suerte la de los demonios pensó. Ya era hora de desayunar, y salir a buscar un trabajo de medio tiempo para que no interviniera con sus clases. Y le vino a la cabeza una duda, ¿qué comen los demonios? Se recordó de unas series y al parecer les gusta la carne humana, por eso no durmió nada. ¿Y si lo levantó para preguntarle? Pensó. Se acercó aún más de lo que estaba, al lado de él y respiro por la nariz fuerte. Le iba a tocar el hombro con su mano, pero luego recapacito si se estaba arriesgando y si moriría. Corrió en silencio hacia la cocina y agarró el tenedor más grande que tenía y empezó picar con miedo, mientras decía en voz baja. "Despierta... Hey, tú". Agachado y alejado. "¿Qué estás haciendo?". "Oh, hola, buenos días, ya despertaste" Le dijo sonriendo con los labios adentro. "Sí, ¿Qué haces con ese tenedor, me estabas picando con eso?". "Ah, sí, es que no sabía como reaccionarías...". "Como cualquier persona al ser despertado con un tenedor" Dijo sarcásticamente, mirándolo con ojos en blanco. "Oh si, eh... ¡Ah, sí! ¿Qué quieres de desayunar?". "¿Desayunar?" "Claro, ya es muy tarde, debemos comer" Dijo Khalid con sus manos juntas por su cintura. "Sabes que no importa lo que hagas tu alma seguirá siendo mía ¿No?". Contesto Gemory mientras se sacudía su abrigo n***o de lana de tela sintética que lo mantenía cómodo y fresco. "Si ya sé" Señaló el niño "es solo que como vivirás aquí, me da curiosidad que comen de los tuyos..." "Ah, la última vez que comí algo aquí fue en 1873, qué gran crisis hemos causado en ese momento, que recuerdo, taaantas cuentas bancarias hechas mierda". Sonrió y carcajeo Gemory. "Si, si jaja-" Khalid ni enterado. En 1873, la economía mundial colapsó, comenzando con el pánico financiero en Viena. El estallido de burbujas especulativas en ferrocarriles y bienes raíces, junto con la sobreproducción industrial, llevó a una recesión prolongada y generalizada, conocida como la Gran Depresión de 1873-1896. Miro Khalid al demonio Gemory orgulloso de aquella hazaña espantosa, sus ojos color avellana aún más verdes de lo normal, perdido en aquellos recuerdos que ojalá no volvieran a pasar de nuevo. "Ehm... ¿Y... qué quieres comer? Preguntó Khalid. "¿Comer? Contestó "Ah, si" recordó. ¿Tienes embutidos? De todo eso. "Ok, ¿solo eso? "Sí" "Está bien, ahora mismo voy a la tienda a... uy, no tengo efectivo." Dijo el niño apenado. "¿Crees que te daré dinero? No estoy para eso, lo sabes". "Si bueno, voy al cajero más cercano que está aquí a la vuelta e iré a la panadería." Dijo mientras se alistaba su gran abrigo marrón viejo. Khalid se alistaba para salir a la calle, Gemory sintió un mal presentimiento, decidió ver el futuro unos diez minutos después. Vio como al pobre del niño lo asesinaba un ladrón que estaba listo para acuchillarle el pecho, pues el tonto no quería darle el dinero que había sacado y que nadie lo iba a ayudar, en aquella calle donde vivía más de tres años era lugar de nadie. Qué aburrimiento, pensó, debía planear como matar a ese forajido sin ser muy obvio. "Te acompañaré" Dijo el demonio parándose de silla tan cómoda donde estaba. "Ah, está bien, no demoraré mucho, jajaja". Pobre niño o afortunado, diría él, lo iban a asesinar ese día, qué oportuno momento para haber invocado un demonio horas antes. Cerraron la puerta del apartamento, bajaron en el ascensor, en tanto Khalid no sabía de qué hablar que incómodos minutos de tensión. Mientras el demonio le valía un carajo si hablar o no, solo bajaba para cumplir su deber. Salieron de aquel edificio que de lejos parecía abandonado. Caminando por las calles sucias y polvorientas, qué suerte no haber entrado un c*****r no estaba tirado por algún lugar, aunque muy pronto lo iba a estar. En el camino, Gemory vio una obra de construcción en media calle de reojo, también observó al malandro vagar por las mismas calles, estaba totalmente vestido de n***o, se veía que tenía el cabello rubio dorado, más flaco que el presupuesto de un estudiante. Era claro que estaba drogado, no todo el mundo caminaba mirando para arriba sin mirar a sus lados para evitar chocarse con alguien. De pronto el ladrón percibió a Khalid, entrando al pequeño lugar de donde solo había dos cajeros y la puerta de vidrio a punto de quebrajar. Era evidente que iba a sacar dinero, no sabía cuanto, pero lo quería. Se movió para la otra vereda donde estaba cerca la construcción, se escondió entre unos arbustos de color café. Ya es hora, pensó Gemory, tenía la idea ostensible. Y sucedió. "Bueno, espérame aquí salgo enseguida". Dijo Khalid entrando al cajero automático. "A trabajar" Susurró Gemory. Se posó en una pared no tan lejos, aún estaba el drogadicto esperando entre los arbustos. Gemory alzó su dedo índice, moviendo un trozo de metal mal colocado de una columna de aquella construcción que debería haber terminado hace meses. Y cayó, en esos míseros segundos, empino la mirada hacia aquel sujeto que en cuestión fue aplastado por ese trozo de metal que pesaba más de cien kilos. Primero le fracturó el cuello, luego por inercia cayó encima de su cabeza aplastando cada pequeño pedazo de cerebro que soltase. "Carajo, cayó un poco en mi pantalón" Se quejó el demonio. "¿Cómo alguien tan flaco puede tener tanta sangre?". "Listo ya tengo el dine- ¡¿QUÉ ACABA DE PASAR?!" Grito Khalid paralizado antes tal escena sangrienta. ¡¿Tú hiciste esto?! "Sí" Dijo mientras miraba el cuerpo. "¡¿PERO, POR QUÉ?!?". "Trabajo, como sea, ya vámonos, tengo hambre". Contestó "Esto es muy impactante, debo llamar a la ambulancia". "¿Por qué? ¿Acaso aún lo ves vivo?" Recalcó. "No, pero... a la policía entonces". "No pierdas tu tiempo, nadie lo hubiera hecho por ti". "¿Qué?" Preguntó el niño. "Olvídalo, tengo hambre." Miro a Khalid. "¿Nos vamos?". No podía creer lo que acababa de pasar, y lo que acababa de hacer, dejar un c*****r en media calle sin avisar a nadie o haber hecho alguna otra cosa. Voltearon y siguieron el camino hacia la panadería. "Oye eso fue muy... estremecedor" Dijo el niño temblando. "Créeme, solo lo vi en películas". "Yo también estoy impactado" Contestó. "¿Ah? ¿Tú impactado?, como demonio debiste haber visto miles, millones de c*******s peores que ese". Insistió. "Pues no, no había visto un c*****r en mi vida, organice asesinatos, masacres, pero no vi esos cuerpos". "Qué extraño, ¿y por qué no los viste?". "No era mi área" Contestó "Mira eso" Señaló con su mano. "¡AHHH! eso es un... ¿OJO?" Grito solando un quejido entre dientes. "Sí, eso parece" Dijo Gemory mientras se acercaba a aquel ojo de color azul con residuos de sangre. "Qué divertido, rodó hasta aquí" Lo agarró con sus uñas. "¡Agh! Suelta eso, es asqueroso". Se quejó el niño. "¿Ah sí? Dijo Gemory mientras se acercaba poco a poco al niño. "¿Qué haces? Aleja eso de mi cachudo espíritu del infierno. Advirtió. Gemory lanzó el ojo azul de ese muchacho drogadicto a Khalid. Le daba tanta risa por dentro que no pudo evitar soltar una risa tras cometer aquella travesura maliciosa. Tras los gritos de Khalid para evitar ser tocado por ese ojo, pasaron unos minutos. Llegaron a casa tras vivir tales situaciones que solo se encuentran en un libro de cuentos fantasmagóricos. Con la luz de la ventana, ocho de la mañana, no había sol por la época de invierno, sentados en la misma mesa pequeña que aproximadamente cuatro personas cabían ahí, donde nunca hubo más de tres. Khalid no era tanto de amistades, era un tipo agradable pero extraño. Una tetera hirviendo que hizo que el niño se levantara para apagarla y hacer el café. El demonio mirando el vacío con su pantalón todavía manchado de sangre, no tengo ropa, debo ir de compras, pensó. Qué demonio tan vanidoso. "¿Cuántas cucharas quieres para tu café? Preguntó Khalid. "Dos" Contestó. "Ten, muévelo". "¿Más tarde irás a buscar trabajo, no? Preguntó el demonio mientras comía un pan con salchichas fritas. "Sí, ya tengo pensado donde ir, como la tienda de aquí al lado, el centro comercial buscan un ayudante en la sección de zapatos y creo que también hay uno en la bibliote-" Interrumpió el demonio. "No me importa donde vayas a trabajar, en la maldita esquina, si es así, no me interesa". Sorbe su taza de café. "Solo avisa cuando encuentres uno y en qué horarios estarás". "Ah, ok, si". Dijo Khalid mientras se sentaba junto al demonio en aquella mesa vieja y pequeña. "Oye, aunque tú también debes ir a conseguir algo para esta casa". Propuso al demonio con ojos hundidos en él". "¿En serio tan mal estamos?". "Es solo que no es justo y-" "Ok, yo pagaré el desayuno". Contesto Gemory con voz gruñona. "Me parece perfecto". Sonrió. A las dos iré a encontrar algún trabajo".
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