14 | Ella no es mi mitad |

1607 Words
SANDY Veo cuando regresan los adelante y William detrás de ella. Alex hace una broma acerca de la cara de mi hermana, que me hace reír. Alex es muy divertido, su carisma podría alegrar los días de mi hermana Lis, espero que al menos puedan llevarse bien. Me levanto cuando los veo acercarse pero la cara de enojado de William me dice todo. No se esperaba que fuera tan joven, lo entiendo él se ve mucho mayor que yo. Pero lo peor es que, soy mas joven aun. No quiero ni pensar qué pasará cuando se entere. No voy a hacerme ilusiones con que él será el único hombre en mi vida. Aunque yo quiera y trabaje para mantener una cordial relación. Se que mas tarde que temprano esto acabara y cada uno seguirá su camino ya que somos de mundos muy diferentes. Pero por hoy quiero experimentar este sentimiento que ha ido creciendo desde el momento en que me beso por primera vez. Viene a mi y me besa intensamente, no hace falta preguntar cómo le fue en la conversación porque eso significa que le fue bien ?no?. Su amigo nos mira divertido mientras mi hermana está con cara de piedra, jejeje. — Lisandra me gustaría poder quedarme con Sandy un momento más — dice William mientras me abraza por la cintura. — Esta bien yo los espero — contesta mirándome y sale del restaurante, Alex sale tras ella. Creo que William no quiere que se quede. Me da un poco de temor que solo quiera tener sexo conmigo. A diario veo como los chicos en la universidad se pasean con chicas diferentes y después de haber follado las dejan. — Sandy, ¿puedo decirte así? — asiento con la cabeza, me encanta como lo dice. — Bueno Sandy quiero que sepas por mí que hable con tu hermana, mis intenciones son honestas, me gustas mucho y me gustaría que sigamos viéndonos. ¿Qué dices? — A mi también me gustaría, ¿no te molesta que sea más joven que tú? — pregunto y veo que se tensa un poco. — No voy a negar que fue una sorpresa, pero me tranquiliza saber que no eres más joven. La verdad te ves como de 18 años. Y en algún momento pensé que cometí un delito al tener sexo con una chica de menos de 21 años. Pero me tranquiliza que tengas 22. No te mentiré al decir que la edad no me importa, pero algo me dice que debo intentarlo contigo. El pensar en no verte se me hace difícil. — Yo también esperé verte esta noche, pero no llegaste a tiempo — digo y mi tono de voz es un poco triste, me dejó esperando. — Mi amigo no puede entrar entonces me sacaron con él, pero si no me dejan entrar te esperaré afuera. Sandy haré las cosas bien, te lo prometo, solo dame una oportunidad. — Está bien, sigamos conociéndonos. — ¿Te gustaría quedarte hoy conmigo? — dudo un poco, pero si me gustaría. — Sí, pero mañana es sábado, debemos ir al hospital a ver a mi madre. — Yo podría llevarlas, ¿Qué dices? — dudo que a Lis le guste la idea y primero tengo que hablar con ella sobre la pequeña mentira que dije. — Está bien hermosa, ¿las llevo a casa? — asiento con la cabeza, eso evitará que Lis me diga algo, quizá en la casa ya se tranquilizo. — Si, eso si podemos hacer. Salimos a buscar a mi hermana y la vemos sentada en las gradas de la entrada mientras que Alex trata de llamar su atención. — Lis nos vamos, William nos llevará — asiente y caminamos al carro de William, al parecer si le cae muy mal el amigo, ni siquiera se despidió. Todo el camino Lis está callada, sé que está muy molesta pero yo le explicaré llegando a casa. No dijo nada cuando le di nuestra dirección a William, lo cual es ¿una buena señal?. Llegamos y bajamos sin despedirse. Veo como William está distraído mirando mi pequeño hogar. No me da vergüenza, pero imagino que él debe estar acostumbrado a grandes casas o apartamentos. — Que linda casa, se siente la calidez — dice regalándome una sonrisa. — Tratamos de mantenerla así, sin mamá es difícil. ¿Qué sucedió con tu madre? — dudo en responder pero se ve interesado. — Ella necesita un trasplante de corazón. Su primer infarto fue cuando papá murió y desde ahí tuvo muchos problemas en el corazón. — ¿Ya hay donante? — Si se encontró uno hace más o menos tres meses, pero no pudimos operar por falta de dinero, por eso empecé a trabajar en el Eclipse. — ¿Qué estás estudiando, en la universidad? — Contabilidad — se queda pensando un rato — No podría ofrecer trabajo en algo de contabilidad, pero si podrías pasar tus clases por la tarde/noche, te puedo contratar como mi asistente. — Creo que por ahora estoy bien así. — ¿Ya te vas a graduar? — No me faltan 3 años pero aplique para una beca en una universidad, quiero saber que me responden antes de tomar alguna decisión. Ya debo irme a dormir. — ¿Te puedo ver en la mañana? — Dame tu teléfono — me lo da inmediatamente y guardó mi número — mándame un mensaje, hablaré con Lis primero. Me acerco para despedirme y tomo su rostro con mis manos. Quiero volver a besarlo. Me acerco y tomo sus labios con ternura que se convierte en pasión rápidamente. Este hombre me volverá loca, me gusta demasiado. — Hasta mañana mi dulce niña — dice dejando un último beso en mis labios. — Hasta mañana William — cierro la puerta detrás de mí y por la ventana lo veo partir. Se siente tan bonito, pero ahora viene lo difícil. Voy a la habitación de Lis, pero me sorprendo cuando veo que está acomodada en la cama. Trato de hablarle pero no responde, creo que se quedó dormida. La dejaré descansar y hablaré con ella mañana. LISANDRA Sandy cierra la puerta y suelto un suspiro. Sé que tenía que hablar con ella hoy. Pero no me siento bien para hacerlo. Desde hace años, logré superar mi trauma hacia los hombres, pero aun así no he podido acercarme a ninguno. Incluso había pensado quedarme sola para siempre. Pero viene este hombre que no entiende razones para derribar todas mis barreras. Cuando me beso pensé que tendría un ataque pero no pasé, me quedé queriendo más. ¿Por qué de tantos hombres me tiene que pasar esto con un mujeriego?, ¿o es que ya no siento la misma repulsión hacia los hombres? Lo sentí en mi cita con Dan, y eso no fue hace mucho. ¿Qué es esto que siento? ¿y por que con él? Dios ¿no me puedes mandar a alguien más decente? Me despierto a las 5 como todos los días, desde que trabajo en el gym no puedo dormir más, y solo tomo una siesta en la tarde antes de ir al Eclipse. Sandy aún está dormida, me acerco a verla y veo como la pantalla de su teléfono se enciende. > Voy a los mensajes anteriores y veo como él insiste en venir a recogernos pero ella le dice que no. No me gusta su actitud de insistir, le habla de una forma muy dulce pero a mi no me engaña. Todos los hombres cuando quieren algo son de esa manera. Aún no se que es lo que quiere de mi hermanita, pero estaré con ella acompañándola, no debo bajar la guardia. Guardo unas cosas para llevarle a mamá y veo como se abre la puerta. Por ella ingresa mi hermana melliza. — Sandra ¿Qué haces aquí? — ¡Oh! ¿ya estás despierta? No estás cansada de después haberte revolcado con todos esos hombres anoche. — No soy una prostituta, y si vas a ofenderme deja de venir, no tienes nada que hacer aquí. — Claro que tengo, mi madre vive aquí, además ella me prometió unas joyas las necesito tengo un evento importante. — ¿Ahora te acuerdas que tienes madre? está internada desde hace 1 mes. — No me dijiste — Si lo hice, te deje mensajes ya que nunca contestas nuestras llamadas. Ahora vete antes de que Sandy despierte. — ¿Sandy? ¿ahora también la llamas como a mi? — dice y veo el coraje en sus ojos. — Si, ahora vete no quiero que te vea. — Pues yo si quiero ver a la maldita mocosa que destruyó nuestra familia. — La única que destruyó todo fuiste tú cuando te fuiste. No solo dejaste una deuda, también robaste el dinero que nos dejó papá. Esa “mocosa” como la llamas es mi única hermana, trabaja día y noche para ayudarme a juntar el dinero para la operación, mientras tu ¿Qué haces?. Vienes una vez cada 2 o 3 meses y no ayudas en nada. Te voy a pedir que no vengas más. — No me iré, esta también es mi casa. — La casa de Sandy, ¡LARGO! y no vuelvas. Veo como quiere hacer un berrinche pero al final sale del lugar. No me interesa lo que piense, solo me duele que desprecie tanto a nuestra hermanita. No es cierto que los mellizos son la mitad del otro. Ella no es la mía. Mi pequeña Sandy si lo es.
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