Por la mañana siguiente Jun se levantó, sintiendo su cuerpo pesado y abatido. Había una extraña sensación de conflicto en ella y deseaba todo menos indagar en la causa de dicho sentir. Bajo a desayunar esperando que su esposo no estuviera presente, pero al verlo sintió su vida decaer. —¡Te sientes mejor!—musitó con indiferencia, se apreciaba la confusión mezclada con el cansancio mental. Dejo soltar un suspiro al ver que Jun decidió sentarse al otro lado de la mesa lo más lejano posible de él. —¿Estás enojada por qué no asistí al evento de cumpleaños? No tengo excusa que pueda usar y solo puedo apelar a tu perdón. ¿Enojada? ¿Quién ella? No estaba molesta, solo decepcionada y al menos por ahora ese no era el causante de su mala conducta hacia él. —¿Qué querías hablar conmigo, an
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