Capítulo III

2018 Words
Convivencia agobiante... __ ¡Upi surupí! ¡Preséntame a tu papá que está como comestible! __ Me dice Marcia cuando me ve llegar en la camioneta de Noel a la universidad, luego de que dejáramos a los niños en sus colegios. ¿Tan disparejos nos veíamos? Pero como a ella no le debo dar explicaciones le dije: __ ¡Pues lo siento pero él no va a cambiarte los pañales niñita! __ Me empecé a reír y aunque yo era muy joven para Noel, ella resultaba ser mucho más joven. Entonces ella vuelve a insistir. __ De verdad, ese hombre es muy apetecible. Creo que de ahora en adelante seremos íntimas amigas para que me invites a tu casa. ¿Si? A ver si de pronto lo acorralo y lo hago mío. __ Ahora ya no me pareció divertido y le dije: __ Mira Marcia, somos compañeras de estudio y sé que puedas estar muy urgida, pero Noel ya está ocupado. ¡Es mi esposo! Así que te recomiendo que busques a otra presa para acechar. __ Por poco y se le cae la mandíbula y me dice: __¡Pinche suertuda! Pero dime: ¿De verdad lo amas o estás amando sus millones? __ Qué niñita tan impertinente, y exclamé: __ ¡Dios mío! __ Aceleré el paso y no le dí respuestas a sus dudas. Al enterarse ella, ya toda la universidad lo sabría pero no me importaba. Me esforzaba por ser la mejor pero hoy no era mi día, no había repasado la clase de patología y cuando me interrogó el profesor no pude responder nada. Por su parte recibí un gran regaño y hasta me tildó de mediocre. No tenía excusa valedera, solo sabía que se me habían complicado las cosas y debía administrar muy bien cada minuto libre para poder cumplir con todas las actividades que se habían sumado a mi día. Ignacio se acercó para decirme: __¿Qué te pasó hoy en clase? Eres una de las mejores. Por cierto ayer fui por el libro que pidieron en patología y lo conseguí en oferta. Así que mira… ¡Para ti! __ Y me entregó un libro con su empaque aún sellado, estiré mi mano y lo recibí pero le respondí: __ Gracias Nachito (Le decía así de cariño) Pero te lo voy a pagar. Gracias por estar pendiente de mis cosas. Te has portado tan maravilloso conmigo que no sé cómo compensarte. __ Era un chico muy lindo, y la forma de comportarse conmigo desde el primer día de clase era la de todo un caballero. Se acercó y por ser mucho más alto que yo me besaba en la coronilla, ya era su costumbre. Yo me sentía protegida por ese chico que era unos años menor que yo. Entonces casi susurrando expresó: __ Bueno, yo te podría dar ideas de cómo compensarme. Ya sabes… __ Subía y bajaba sus cejas y con la punta de la lengua empujaba sus mejillas hacía afuera. No le tomaba importancia a esas expresiones porque no sabía lo sugerentes que eran. Sin embargo le dije: __ ¡Qué sea en otra oportunidad! Ahora me he convertido en una ama de casa. Me fuí a vivir con mi novio ayer y por eso no me dió chance de estudiar. __ Vi una expresión de disgusto pero luego se forma sarcástica dijo: __ ¡Ay qué emoción! Pero me alegro por ti. Después de todo anoche debieron tenerla atada a la pata de la cama dándole cuero. __ Golpee su hombro y le dije: __ Tan bobo. ¿Cómo si eso pasara? Pues si tuvimos sexo pero lo normal, cinco minutos y a dormir. Me trasnoché fue ordenando y organizando las cosas. Además ahora tengo tres hermanos a los que también debo cuidar. __ El chico me miró con incredulidad, beso de nuevo mi cabeza y se retiró. Las demás compañeras me juran que él siente cosas por mí. Pero nunca me dijo nada y siempre está bromeando conmigo. Cuando llego tarde él me tiene un puesto apartado a su lado y en ocasiones me compra un café. También es muy aplicado y por eso tengo mi grupo de estudio organizado con Marcia, Daniela y él. Regresar a casa después de clase y empezar a cocinar algo rico para todos. Además pasearme por las habitaciones a recoger el reguero que había en cada lugar, intentar limpiar el piso, poner la ropa a lavar. Todo esto lo estaba haciendo al mismo tiempo para que me diese tiempo de estudiar. Debía estar corriendo de una habitación a la cocina o a la sala de servicios para revisar que todo estuviese funcionando bien. Dicen que el qué aza dos conejos uno se le quema, pero era cuestión de organización. Lista la comida, hechas las camas, brillante el piso, la ropa seca y doblada solo de guardar. ¡Perfecto! Me senté en el mueble a esperar que regresarán los chicos y me dormí. Cuando entró el primero lo quería despellejar traía sus pies llenos de barro y donde pisaba ensuciaba. Me levanté de mala gana y les dije: __ Si se fijan el piso estaba limpio, acaban de arruinar una hora de mi esfuerzo. __ Luego de que dije eso me avergoncé, el chico no tenía la culpa, venía de su práctica de fútbol, embarrado y cansado. Así que tomé de nuevo el trapero y limpie sin decir nada más. Me dirigí a la cocina a servir el almuerzo. Puse la mesa y les avisé. Pero ninguno acudía, así que me senté y comí yo sola. Me sentí un poco decepcionada, pero guardé la comida y me dirigí a la biblioteca a estudiar. Cuando Noel llego ya era de noche y yo apenas iba por la mitad del tema. Había tenido que levantarme a buscar algo para comer porque no me podía concentrar pensando en que debía hacer para que los chicos me aceptaran. __¿Cómo te fue hoy? Y los niños ¿Ya cenaron? __ ¡Por Dios! ¿Cena? Y sin dudar le respondí: __ Le informo que los “niños” no quisieron acompañarme a almorzar, llegué temprano para ordenar la casa, lavar la ropa y cocinar. Y ¿Qué obtuve? Una magnífica ignorada. Así que si desean cenar se verán obligados a preparar ellos mismos o comer lo que despreciaron en el almuerzo. __ No me respondió nada y salió de la habitación. Es verdad que era la intrusa en esa casa pero eso no les daba derecho de comportarse de esa forma ante mis atenciones. Luego volvió a entrar furioso y exclamó: __¡Los muchachos no están en la casa! ¿Qué les dijiste? __ Dejé lo que estaba leyendo y entonces me asusté, se habían ido esos mocosos. Pero ¿Para dónde? Y con voz temblorosa dije: __ ¡No les dije nada! De verdad. Solo los llamé a comer y como no llegaron guardé la comida y me vine a estudiar. __ Salió de la habitación hecho una furia y no sabía si era conmigo o con ellos el enojo. Yo salí detrás de él y les marcó a sus teléfonos. Entonces se calmó y les ordenó que regresarán a casa de inmediato. Colgó, me buscó con la mirada y dijo: __ ¡Nunca les vuelvas a dar permiso sin antes consultármelo! ¿Me oíste? __ Yo estaba realmente confundida ¿Dar permiso? ¿Qué habrían inventado? Pero no tenía ganas de pelear así que volví a la biblioteca y puse el seguro para que nadie me molestara. Lloré un buen rato. ¿Qué me está pasando? Yo no era así, nadie me hacía llorar y menos por un mal entendido. Ahí comprendí que esos chicos me iban a hacer la vida difícil. Pero Noel, ¿Qué le daba derecho a tratarme de esa manera? Se imaginan que esa siempre sea su actitud. ¿Qué hice? Mi tía terminaría teniendo razón… Bueno me dejé de sentimentalismo subí el volumen a la música y seguí estudiando. De esa manera no podía escuchar mis pensamientos y me concentraría en lo que de verdad importaba ahora, seguir siendo excelente en la escuela de medicina. No sé cuánto llevaba ahí sentada frente al libro y a la pantalla de la computadora, solo sé que mis ojos me ardían y el cansancio se empezaba a apoderar de mí. La puerta se abrió y entró Noel con un manojo de llaves en sus manos. Se acercó al equipo y le bajó el volumen a la música. Y dijo: __ Te he llamado varias veces y no respondiste. ¿Quieres comer algo? __ Me restregué los ojos y le respondí: __ La verdad si, estoy agotada y aún no termino de repasar. __ Estiré los brazos y bostecé. Me levanté pero entonces él se acercó, limpio la mesa y me encorvó encima de ella. Quitó mi ropa interior, escuché cuando bajó su cremallera, buscó mi v****a, con sus dedos intento estimularme, luego me penetró y empezó a embestirme. Supe que había terminado porque sentí los fluidos correr por mis piernas. Besó uno de mis hombros y dijo: __Ven, vamos a comer y luego sigues. __ Eso me pareció muy ordinario, y en vez de darme placer cuando me estaba tocando me ocasionó fastidio, entonces recé para que terminara pronto. Me limpié, acomodé de nuevo la ropa interior y fuí a comer. No hablé ni una sola palabra durante la cena. Terminé y pedí permiso para retirarme. Noel asintió, levanté mi plato y lo puse en el lavavajillas. Cuando ya no resistía más, apagué todo, fuí al cuarto por una ducha caliente, me abrigué y me acosté al lado de Noel, estaba roncando, se había acostado en toda la mitad de la cama, así que me ubiqué en un ladito y me dormí. Sonó el despertador, me levanté y me preparé un café bien cargado. Necesitaba energía para afrontar este nuevo día, preparé sándwich de pollo para todos, guardé dos extra porque Nacho siempre me llevaba alguna fruta y pues hoy quería ser yo la que le llevará un detalle. Noel me dejó en la entrada de la universidad, me dió dinero para lo que llegara a necesitar, me besó y salí del auto, al primero que vi fue a Nacho. Me acerqué y lo saludé, respondió al saludo y añadió: _ ¿A ese Viejute es al qué te estás comiendo Salomé? ¡Qué malos gustos mamita! Y ¿Si se le para? O ¿Tiene que tomar pastillitas azules? __ Me hizo reír porque era muy espontáneo y eso me gustaba. Entonces le respondí: __ ¡Otro interesado en mi esposo! No puedo creerlo Ignacio, ¿Desde cuándo se te mueve el caldo? __ Ambos reímos a gusto y nos dirigimos al salón de clase. Me sentía muy cómoda con él, era tan agradable y caballeroso. Un gran amigo, sé que por mí está dispuesto de forma ilimitada para lo que yo necesite. Se comió el sándwich y no dejaba de mencionarlo a los demás compañeros, era un payaso. Pero no sé qué fuese de mi vida sin ese personaje. Era el que me sacaba las mejores sonrisas y me hacia olvidar mis problemas. Lo adoraba. La convivencia en casa se tornó agobiante, ya no aguantaba más y una noche los cité a la mesa de la cocina porque de verdad no podía soportar la situación. Los chinos mugrosos esos hacían cualquier daño y me culpaban, o decían que yo se lo había sugerido y quedaba como un zapato delante de Noel. Quien por supuesto les creía y me lo reprochaba. Yo me sentía atacada. Pero ya estaba bueno. ¡No podía soportar más groserías! No las merecía. Si no cambiaban su conducta conmigo, me iría. Había intentado agradarles de todas las formas posibles y no lo había conseguido. Entonces me ofrecieron una disculpa y Noel también reconoció que estaba tomando la actitud equivocada conmigo. Veremos si cumplen lo que prometen. Pero pude expresar lo que sentía y eso me permitió dormir tranquila esa noche.
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