Rachel Cuando abro los ojos, la luz matutina se filtra suavemente por las cortinas, llenando la habitación con un resplandor tranquilizador. Al principio, mi mente está nublada por el sueño, y por un instante, no recuerdo dónde estoy ni qué ha sucedido. Pero entonces, como un torbellino, los recuerdos del día anterior inundan mi mente, trayendo consigo una mezcla de emociones confusas y reveladoras. Primero recuerdo a Layla, su cercanía, sus labios suaves contra los míos, el calor de su piel. Fue un momento de pasión impulsiva, un intento de escapar de la confusión y el caos que se estaba apoderando de mi vida. Pero luego, vino Adam con sus ojos intensos y su declaración impactante. "Soy un hombre lobo", dijo, y mostró sus garras de perro, y en ese momento, todo cambió. Quiero descar