Rachel Mis dedos apenas rozan los del hombre en la caja al recibir el café. Adam, ese es su nombre, lo dice en su camiseta. Es como si una corriente eléctrica hubiera recorrido mi cuerpo. Un escalofrío se apodera de mí, y una extraña sensación de conexión se establece en un instante. ¿Qué está ocurriendo? Mi mente intenta procesar esta experiencia mientras mi corazón late descontrolado. Me dan unas ganas de...de saltar sobre este hombre. ¿Por qué, si ni siquiera lo conozco? Decido salir corriendo antes de que en serio se me dé por hacer algo estúpido, así que, dándole una última mirada a aquellos ojos verde esmeralda, me doy media vuelta y salgo corriendo del lugar. Al salir del café, el tirón persiste, y una fuerza magnética parece atraerme hacia él, como si me estuviera obligando a