El orfanato parecía otro mundo en comparación con las calles nevadas y silenciosas del pueblo. En el interior, el calor del ambiente contrastaba con el frío externo, sin embargo, no se podía evitar sentir cierta melancolía. No había muchas luces navideñas colgando de las paredes y el desgaste de los muebles y de todo el lugar en sí, revelaban los años de servicio del edificio. Axel abrió la puerta principal, dejando entrar el aire gélido, mientras caminaba hacia el interior con paso firme, su expresión como siempre era altiva y segura, irradiando autoridad. Axel decidió no usar aquel disfraz de Santa Claus, como el día anterior en la feria. Había optado por usar un elegante pantalón n***o y un abrigo color vino que lo hacía lucir más atractivo. Cuando las empleadas a cargo del orfanato