—¡Aguanta porque así te quería tener desde el primer momento! ¡Mamacita! —Me tensó el cabello con fuerza y me dolió. Algo me estaba pasando, no estaba tan excitada. Creo que estaba dejando que mi mente controlara el momento. ¡Eso no podía pasar! Tenía que actuar con normalidad o iba a empezar a sospechar que algo no estaba bien. Entonces empecé a gemir exageradamente y a frotarme contra él. A pesar de que la forma de tratarme era muy brusca me dejé llevar porque tomé un poco de saliva y me frote mi clítoris, eso jamás fallaba. Se retiró de mí y me subió más el vestido para regarme la espalda con su semen. Una vez que terminó se retiró de mí y yo me saqué el vestido para que no se ensuciara. No llevaba sujetador, ahora no era necesario usarlo, mis pechugas se quedaban en el mismo si