El Amigo.

2452 Words
-Buenos días, Estefanía. - Dice Martha entrando al salón, dónde estoy trabajando en algunos informes. -Buenos días Martha, ¿Cómo estás? -Muy bien, vengo por qué él Señor Herrera, la quiere ver en su oficina. - ¡Vale! Martha ya subió. - Suena mi móvil, tengo llamadas y mensajes de David no las voy a contestar, voy la oficina de Nefario. -Buenos días, Señor Herrera. - Estoy entrando a su oficina. -Buenos días, señorita Martínez, la he mandado llamar para darle las instrucciones de su trabajo. -Bien. - Le digo sorprendida, ¿Por qué no sé está portando cómo un gilipollas?? -Aquí están las carpetas de todos los pasos que tienes que hacer con los informes. - Pasamos casi una hora, mientras me decía todo de mi nuevo cargo. - Está misma mañana, tienes que hacer la reunión con todos los supervisores, para que les digas que usted va hacer su jefe directo de ellos y llevará todos los informes. - Dice Nefario. - ¡Vale! - Me levantó de mi silla, para salir de la oficina. -Buenos días, Herrera vengo a entregarles los informes. - Dice Esmeralda entrando a la oficina, sin tocar la puerta. -No me los tienes que entregar a mí a partir de hoy, su jefa directa va hacer la Señorita Martínez. - Ella me ve como si me hubieran salido dos cabezas y la vena de su frente está que revienta de lo cabreada que debe estar. - ¿Ella por qué es mi jefa y tú no eres él que se encarga de los informes? - Le gruñe Esmeralda. -Ya escuchó al Señor Herrera, soy su jefa de ahora en adelanté, le gusté o no, la esperó a las diez para una reunión, tengo que tratar ciertos asuntos, que van a cambiar de ahora en adelanté. - Le arqueo una ceja. -Esto no me puede estar pasando a mí, Enrique tienes que hacer algo, no voy a trabajar con esta mujer, no la soportó. - Le gruñe, él la ignora por completo, no le dice nada. -No sé, que confianza tenga usted con él Señor Herrera para tutearlo, conmigo no va hacer así, seré la Señorita Martínez y usted va hacer la señora Jiménez, ¿Le quedó entendido? - Estoy cómo toda una profesional, por dentro estoy que me parto de la risa. - ¿Cómo te atreves hablarme así?, perra. - Me insulta. -Señor Herrera, sí no tiene nada más que decirme me retiro, a reunir a los demás supervisores. - Le digo ignorando a Esmeralda, me encaminó a la puerta de la oficina. -Señorita Martínez, se me olvidó decirle, que también va a llevar los informes de los barcos. - ¿Qué?, eso no los lleva él Señor Pinto. - Me sorprendo. -Usted también va hacer la encargada de esos informes. - Dice tajante, cierro la puerta y me voy al escritorio de Martha, está más pálida de lo normal, creó que ni respira. -Martha, ¿Estás bien? - No me responde, le hago señas con la mano y nada, escuchó pasos y voces al otro lado de las oficinas, es raro por qué esas oficinas son las de los dueños y directivos, desde que estoy aquí nunca los he visto, no le prestó mucha atención, sigo tratando de hacer reaccionar a Martha. -Hola, Martha llamando desde el planeta tierra. - Me paró delante de ella. -Sí, ¿Dígame señorita.?. - Me dice tan anómala. -Necesitó un favor, ¿Será que usted puede llamar a todos los supervisores y decirle que hay una reunión a las diez en el salón? - Le digo suplicando, que no me diga no. -S..Si claro, ya los llamo. - Está tratando de acomodarse en su silla. -Gracias. - Me encaminó hacía el ascensor, siento un ligero mareo, me entra unos sudores horrible, hasta que me falla la respiración, nooo, no por favor, no en éstos momentos, no me puede empezar nada de lo que me estoy imaginando, salgo lo más rápido de ahí abanicándome con las carpetas, llevó mí mano a mí frente, ¡DIOS!, como hace calor, voy al salón estoy organizando todo para la reunión, aún tengo demasiado calor, no estoy sintiéndome nada bien, debe ser que se dañó el aire acondicionado, necesitó respirar aire fresco, salgo del edificio para respirar el olor del mar, al lado del edificio quedan a las oficinas del dueño de la empresa, cómo siempre están solas, nadie me va a ver aquí. -Hola preciosa, ¿Como estas? -Hola bien Juan, ¿Cómo estás? - Nos damos un fuerte abrazo. -No tan bien como tú, me dijo un pajarito por ahí que eres mi jefa. - Se mofa. -Púes si, Señor Pintó está viendo a tú nueva jefa. - Me mofo de él, nos reímos a carcajadas, escuchó mi móvil y es un mensaje de David, está vez si lo veo. ¿Se puede saber, quién es ese tipo? ¿Y por qué te tiene agarrada de la mano?... David Piazza. - ¿Quee.e.? Lo digo duro, sin importarme que está Juan conmigo, ¿Qué sea creído éste y en dónde está?, buscó con la mirada por todos lados y no logro verlo. - ¿Todo bien, Estefanía? - Juan se preocupa. -Si, ¿es que?, no le des importancia. - Suena de nuevo mi móvil y está vez es una llamada de David, vuelvo a buscar por todos lados con la mirada y nada, ¿En dónde está metido? - ¿No vas a contestar? - Me señala mí móvil con su mano. -No. - Se me ocurre algo, Juan es un guapetón, un morenazo con los ojos azules, se mata en el gimnasio, lo conozco por qué siempre me lo encuentro en el puertito, nos tomamos unos tragos cada vez qué estamos ahí, lo único malo es que es gay, me favorece para lo que tengo en mente. - ¿Sé puede saber por qué esa sonrisita Estefanía?, algo se te ha ocurrido. - Me dice intrigado. -Necesitó un favorzote tuyo. - Le hago puchero. - ¡Ay! Estefanía, cuándo me pones esa cara, sé que tramas algo, ¿Cuéntame? - Me dice con su sonrisa tan guasón. -Necesitó darles celos a alguien que trabaja aquí. - Le agarro el brazo acariciándolo. -Conmigo no lo creó, aquí todos saben que soy gay. - No entiende nada. -Está persona, no lo sabe y necesitó que me ayudes, sí.iii.... - Le hago ojitos. -Estefanía, la que se me va armar por tú culpa, te voy ayudar. - Me da un beso en la mejilla, se acerca más a mí, sigue sonando mi móvil, es él, no le contestó. - ¡Ay! mi niño, si no supiera que no te gustan las mujeres, pensaría que estás enamorado a mi Estefanía. - Nos dice sarcástica Carmencita, se encamina hacia nosotros le da un abrazó a Juan, nos reímos, hablamos un rato y nos vamos al salón a empezar la reunión, cuando entramos ya estaban todos, Esmeralda está más cabreada que nunca, no le presto mucha atención empiezo a explicar todo, se había terminado la reunión y seguíamos hablando, entregándome todos lo que tenían de los informes, cuándo Juan me va a dar, los de él, abren la puerta, !Mi DIOS¡, está más guapo, con un traje gris, una camisa azul y una corbata gris oscuro, todo está muy bien puesto en su hermoso cuerpo, tiene cara de pocos amigos. -Buenos días. - Dice un hombre con una voz tan masculino y un perfecto acento en italiano, igual que él de mi David, es un ¡Dios griego!, alto, cabello muy arreglado y sus ojos de color miel, lleva puesto un traje de color azul cielo, una camisa blanca y una corbata roja. -Buenos días. - Dicen todos en unísono, menos yo, aún sigo mirando a David, sé que en mi boca tengo una o, es qué no es para menos, me pongo a mil, con sólo verlo así de guapo. -Es que, en esta empresa, siguen cayendo todos los ángeles por ¡Diosss!, no creó que mis bragas aguante estar en su sitio. - Dice Carmencita sarcástica, está sentada a mi lado. -David y él otro, están de portada de revista. - Dice Paty. -Estefanía aquí están los informes. - Dice Juan entregándome los informes y sacándome de mi ensimismamiento. - ¡Vale!, los revisaré en cuánto pueda. - Le agarró las carpetas, se levantan todos, también hago lo mismo, David se encamina hacia mí, cuándo está delante de mí, siento que mi corazón se va a paralizar con verlo tan cerca, se le curva una sonrisilla maliciosa, ¡Ay mi Dios!, esperó que no haga, lo que estoy pensando, si lo hizo me agarra por la cintura me pega a él tan brusco, no tengo tiempo de reaccionar me dan un beso largó y apasionado, lo sigo quería sentirlo tenía dos días que no lo veía y necesitaba tenerlo cerca, me acuerdo en dónde estoy, me separó de él, todos en el salón con una perfecta o en sus boca y cara de sorprendidos por lo que acaban de ver, el único que no está así, es él que entro con David, tiene una sonrisa de lo más linda con sus manos metida en el bolsillo, como si estuviera acostumbrado a ver éste tipo de situaciones. -Hola nena, te extrañé. - Lo veo como si le salieran dos cabezas, no sé da cuenta lo qué acaba de hacer y delante de todos, ¡joder! ahora si se me va armar, Esmeralda le va a decir a Nefario, trato de respirar hondo para calmarme, siento que no tengo sangre en mis manos de tanto apretármelas de los nervios que tengo, David se da cuenta de mi estado. - ¿Creó que han terminado la reunión por lo que veo? -Si Señor Piazza, hemos terminado. - Dice Giovanni tratando de romper el hielo que ahí en el salón. -Entonces le presentó a FRANCESCO GAZZOLA, él también trabaja para las empresas D ÁLTRUI. - Dice David, todos se le van a presentar a Francesco, aún me quedó sin moverme de dónde estoy, siento qué mis piernas me van a fallar, David no quita sus manos de mi cintura, ¡gracias a Dios!, por qué creó, que, de su mano, es donde me estoy sosteniendo, observo a todos en el salón, Esmeralda se le insinúa más de la cuenta a Francesco, no le doy importancia, ahora si saldré patitas a la calle de esta empresa cuándo sepan que ando con alguien de aquí. -Está lagarta quiere con todos. - Dice Paty. -Si mi niña, ¿Papasito estabas desaparecido? - Le dice Carmencita sé para a mí lado. -Sí, es que tenía unas reuniones y no podía faltar. - Le dice tajante. -Huumm, ¿Y eso te subieron de cargo también papasito?, Por qué un simple supervisor de depósitos no anda de traje. - Le dice Carmencita mofándose de él. -Nunca dije que era supervisor, es más, no dije en que trabajo. - Dice tajante, sin quitarme la mirada, le quitó la mirada, por qué se acerca Francesco. -Non ho intenzione di presentare la tua ragazza. - Le dice Francesco a David. -Ma ti comporti bozzolo. - Le dice David entre risas. -Cugino sicuro come. - Dice Francesco entre risas. -A ver mis niños, delante de nosotras no hablen en italiano, eso es de mala educación no entendemos, soy Carmen Lamas, para ti papasito soy Carmencita. - Le dice y extiende su mano para presentarse. -Soy Francesco Gazzola Greco. - Le da dos besos en cada mejilla. -Soy Patricia Fuentes. - Le dice Paty tímida y ruborizada. -Mucho gustó, Patricia. - Está con una sonrisa de lo más encantador, le da los besos y le guiña un ojo, ¡Dios! Paty se apuesto como un tomate, roja, sé que le ha gustado, la miró sorprendida, ella no dice nada está nerviosa. -Tú debes ser Estefanía, David me hablado mucho de ti. - Se para delante de mí, reacciona Estefanía vamos tú puedes, respiró hondo y contraataco. - ¿Así?, ¿se puede saber qué tanto él Señor Piazza ha hablado de mí? - Le gruño un poco, me acorde porqué estoy molesta con él, lo de anoche. -Más de lo que te imaginas, Bella. - Dice con su acento italiano. - ¿Y tú eres? - Ya cabreada, los dos se ríen a carcajadas por mi cabreo, Paty y Carmencita tienen cara de póquer, trato de separarme de David no me deja, me pega más a él. - ¿Aún sigues molesta? Bella. - Se acerca más a mí, se me pone la piel de gallina, ¡Dios!, David estaba con él anoche, que pena, me fallan un poco las piernas, casi me caigo, David me sostiene. - ¿Estás bien nena? - Se preocupa. -Debe ser por el golpe de ayer, aún debes estar adolorida. - Dice Francesco, busca una silla, para que me siente. -Adolorida, ¿Cuándo te caíste mí niña? - Dice Carmencita preocupada. -Ayer me caí en el baño. - ¿Cómo que en el baño y que estabas haciendo para quete cayeras? - Me gruñe Paty y busca un vaso de agua, le pongo los ojos como platos a David y Francesco, que ni se les ocurra decir nada, me tomo el agua de un trago. -Seguro estaba mojado el suelo y no se dio cuenta y se resbaló. - Le dice Francesco. -Es que no puedes andar así mi niña, todo el tiempo pensando en pajarito preñados. - Me gruñe Carmencita. -Nena ¿Te duele la pierna? - David se agacha a mi altura, muevo mi cabeza que no. -An..David, recuerda que tenemos una reunión, tenemos que irnos. - Le dice Francesco, se despide de las chicas. -Tengo que irme nena, si te sientes mal, me llamas para llevarte a tú piso. - Dice David se levanta, me levanto de la silla me paro delante de David, lo abrazó. - ¿Es con él, con quién estabas anoche, ¿¿verdad?? - Le digo al oído, que nadie más nos escuche. -Sí nena. - Se separa de mí, me da un casto beso en los labios. -Bueno Estefanía, fue un gustó conocerte. - Dice Francesco me abraza. -Francesco, que pena. - Le digo en un hilo de voz. -Tranquila Bella, soy una tumba. - Me da dos besos en las mejillas, guiña el ojo. -David espera, aquí tengo las llaves del coche. - Busco las llaves en mi cartera. -No me las des, quédatelas mientras lo necesites. - Está en la puerta, pone su mano en la boca, me lanza un beso al aire, cierra la puerta. L. R.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD