Capítulo 5

2448 Words
— Hoy que estamos todos aquí reunidos — dice Ji-ho haciendo que nos concentramos en él — hay muchas emociones que nos rodean. Al momento de comenzar este viaje, anhelamos este momento en el que nuestro esfuerzo arroja los resultados que queremos. Por ello, hoy nos sentimos felices y vemos que todo lo sufrimos y vimos como imposible de alcanzar, hoy lo vamos a tener en nuestras manos. >> El día de hoy, al haber culminado este proceso tan maravilloso, acompañado de personas que manejan el arte de enseñar, nos sentimos tan agradecidos por todo lo que nos enseñaron y desde ahora vamos a usar para motivar y enseñar a otros como ustedes lo hicieron con nosotros. El día de hoy, no solo recibimos nuestro diploma que nos dice que ya somos profesionales, sino que, nos entregan una carga de ser los profesionales competentes, éticos y amables que nuestros docentes nos enseñaron a ser. Por eso el día de hoy, estamos felices porque podremos mostrarle cuando bien aprendimos de ustedes para dejar en alto la academia. Pero también nos sentimos tristes porque ahora, debemos emprender nuestro vuelo cada uno de nosotros y ello puede significar despedidas de las que no estábamos preparados para hacer. Su discurso me hace pensar en esa despedida que tendremos que pasar los tres. Esa que nos prometimos no hacer y ahora resulta inevitable — Hasta el día de hoy, viviremos con nuestros compañeros de habitación. Hasta el día de hoy, correremos por ir a clases o tener buenas notas. Hasta el día de hoy, veremos a nuestros docentes como tal para ser sus colegas y tener la responsabilidad de seguir tu propio camino enalteciendo nuestra academia y nuestros profesores. >> A partir de ahora, no seremos los niños aprendiendo a ser grandes, sino los grandes siendo el ejemplo de quienes nos anteceden. Hoy, con nuestro diploma, recibimos la responsabilidad de las vidas que debemos proteger con nuestro buen desempeño y no por sacar una buena nota, sino, por proteger las vidas que llega a nuestro cargo al momento de arreglar, despachar o dirigir un avión. Claramente lo que a partir de ahora nos viene, tiene más carga para nosotros y nos llenará de miedo muchas veces el no escuchar el apoyo de tu docente diciendo que lo estas haciendo bien. Quizás en algún momento se te olvidará algo y dirás ¿Por qué me dormí en la clase aunque estaba aburrida? Todos ríen al saber a que clase se refiere. — O diremos ¿Por qué no recuerdo esto si lo di? Y aparece el motivo de tu distracción con el cabello suelo, ropa genial y cuerpo perfecto — susurra con 7na sonrisa y todos silban ante su descripción. Sin duda, Ji-ho esta loco. — Pensaras en algún momento y extrañaras tu estancia en la academia. Esa donde contamos sueños. Pero también disfrutaras la realización de cada uno y la adrenalina que sientes al despegar un avión. Esa que 5e acompañará a partir de ahora y te ratificará que sufrir tanto sirvió para ser feliz. Tanto o más como lo somos ahora. Así que, chicos. Aunque ahora nos toque solos o con nuestros compañeros, no se les olvide que comenzar a construir tu sueño, es una felicidad que debes disfrutar y mantener presente para cuando tengas momentos oscuros. Después de todo, aún en el cielo podemos pasar malos ratos. Por último, recuerden siempre. Cerca o lejos de los tuyos, en el cielo o en la tierra. Vuela alto… — Pero no te olvides de pisar el suelo — repetimos todos y aplaudimos. Con los aplausos, Ji-ho regresa a su lugar y esperamos como todos reciben sus diplomas. Para no hacer desorden o demorarnos más, piden que no aplaudan por estudiante sino, al final de haber entregado a todos. — Choi Ji-ho — llaman y de inmediato se escuchan los gritos y aplausos fuera del salón. Todos se miran entre sí, mientras yo quiero abrir un hueco en el piso y esconderme. — ¡Grandioso, Ji-Ho! ¡Eres grande de inteligencia, porque de estatura…! — gritan y todos se burlan ante ello. Ji-Ho se levanta apenado, mientras yo no sé qué hacer para que mi padre no me avergüence más. — A los padres fuera, les pedimos que tengan compostura — dice quien dirige el grande mientras yo no se que hacer. — Manda un mensaje o cuando me llamen grita más fuerte y no quiero imaginar cuando te llamen — murmura Adara y yo asiento tomando mi teléfono. “Papá, no se permiten gritos ni aplausos. Déjalos para el final, por favor” 21:23 Le envío el mensaje y lo lee pero no me responde. Por lo que, preocupada le mando el mensaje a mi madre y esta hace lo mismo. — No me respondieron — le respondo asustada. — Entonces esperemos que lo entiendan. — Ambas sabemos que no lo entenderán. — susurro — Fe, tengamos fe. Ji-Ho regresa con su diploma. Los demás compañeros pasan hasta que llega el turno de Adara. — Roy Adara — llama y de inmediato comienzan los aplausos. — ¡Esa es mi niña, jamás dudamos de ti, Adara! — grita mi padre. — ¡Te lo mereces, mi amor! — grita mi madre. — Que alguien los deje entrar por favor — dice uno de los docentes mientras yo me muero de la vergüenza. Si así fueron con ellos estando afuera, ahora que me llamen y ellos estén dentro, el escándalo será más grande. Y si alguien no sabía de quién eran padres. Ahora sí lo sabrán. Como lo había pedido el docente, abren la puerta y de inmediato mis padres comienzan a tomar fotos a Adara quien camina hacia su diploma. — Nos dejaron entrar en el momento perfecto — comenta mi madre mientras toma las fotos. Adara sonríe para la fotografía y me observa burlona — Yuen Charlott — me llaman y es en ese momento en que el lugar parece un estadio de fútbol cuando anuncian un gol. Avergonzada me levanto de mi asiento y camino hacia la tarima, mientras mis padres, los padres de Zac y él, hacen mucho ruido con cosas que solo se ven en un estadio. — ¡Esa es mi hija! — grita mi padre. — ¡Esa es mi nuera! — grita mi suegro. — ¡Ella el amor de mi vida! — grita mi novio y es más que evidente la vergüenza que siento mientras mis compañeros aplauden ante tanta locura. Recibo mi diploma entre aplausos y me regreso q mi asiento esperando que todo termine pronto. Sin embargo, después de que tres compañeros más reciban su diploma. Vienen las actas de reconocimiento y con ello, más aplausos y escándalos por parte de mis padres. Finalmente, la ceremonia termina y con ello, vienen los aplausos y fotografías familiares en las que mi familia y la de Ji-Ho se unen. Los tres caminamos hacia las dos familias y recibimos los abrazos de cada uno de ellos. Tanto la familia de Ji-Ho, como la mía y mi suegro, me entregaron ramos de flores, por lo que con tres ramos me tomo las fotos. Para Adara, la familia de Ji-Ho y la mía le dieron flores por lo que ella tiene dos ramos. Así que, rodeada de tantas flores, los tres nos tomamos las fotografías con todos y después con cada familia. Ya finalizando las fotografías familiares, comienzo a tomarme fotos con Zac quien me abraza y besa para las fotos. Sus caricias me hacen sentir en el cielo y es por el amor que nos tenemos que no me arrepiento de entregarme a él, pero sí de hacerlo antes de casarnos. Zac me abraza cuando terminan las fotografías y me susurra al odio. — Estoy tan feliz por este logro, el cual es el primero de muchos que vendrán y la verdad, me alegra estar aquí en estos momentos. — Siempre estas aquí a mi lado. Tu lugar es aquí y desde hace años lo hemos comprobado. — susurro y él asiente para después darme un beso en la boca. Uno que queda retratado en una fotografía que toma Adara. — Ay, Ji-Ho. Dañaste la foto melosa de los enamorados. Ahora tendré que recortarla — se queja Adara. — Lo siento. — dice Ji-Ho acercándose a Adara para ver la foto — Yo la recortare y tendré listas como todas las demás ¿Te parece? Adara asiente satisfecha y se marcha. — Zac, ven un momento. Te necesito. — lo llama su padre. — Ahora vuelvo ¿Sí? — me dice Zac y yo asiento. Con mis padres hablando con los de Ji-Ho y Adara tomándose fotos, camino lentamente hacia la fuente en forma de avión que tenemos en la academia. Con una sonrisa melancólica, me quedo mirándola mientras veo al fondo todos los que se graduaron conmigo y su familia. — Ha pasado muy rápido el tiempo ¿No es así?— pregunta alguien acercándose a mí. — Sí, hace años nos conocimos aquí ¿Te acuerdas? — pregunto a Ji-Ho y él asiente. — Ese día estabas tan desesperada por llegar a clases a tiempo, que caminando por el camino empedrado tropezaste y caíste. — comenta Ji-Ho y yo cubro mi rostro apenada. — Creí que nadie me había visto. Pero descubrí que no era así al ver como me ayudabas a levantar mientras me preguntabas preocupado si me había hecho daño. Otro se habría burlado de mi torpeza, pero tú te preocupaste por si me había golpeado. Ji-Ho se encoje de hombros. — No esperes que haga lo que todos aquí hacen, cuando me enseñaron que uno primero debe asegurarse de que la persona esté bien. — Bueno, ese día entendí que hay chicos amables y caballeroso. Además, también entendí que un camino de pedrería no es bueno para tacones de punta aguja. — Exactamente. — comenta sonriendo para finalmente ver la fuente — fue un gran día y se siente que fue ayer, cuando ya ha pasado cierto tiempo. — Así es — digo acercándome a él. Cuando todo es genial, mi pie se dobla y termino cayendo hacia un lado. Sin embargo, Ji-Ho me sostiene. — Esta vez si llegue a tiempo ¿No es así? — comenta con su mano en mí espalda y una sonrisa en sus labios. Las emociones me ganan al saber que a partir de hoy nos separaremos. Así que, lo abrazo aferrándose q su cuello. — No te vayas, por favor. No sé qué podría ser de Adara y yo si te vas. Ji-Ho se sorprende ante mí abrazo, pero después corresponde el mismo. — Realmente necesito irme. Si no, me volveré loco. — Sé que debes extrañar a tu familia, pero aquí tienes tu trabajo y a mí. ¿No es suficiente? Lentamente me separo de él al no escuchar su respuesta. Es allí cuando Ji-Ho me sonríe. — Quédate por nosotras, por favor. — pido. — Si se besan vomitaré — dice Adara frente a nosotros. De inmediato nos separamos y arreglamos nuestra ropa nerviosos. — Lamento todo eso — dice Ji-Ho. — Si siguen así, Zac podrá golpear a Ji-Ho por pensar que ustedes dos son amantes — se burla Adara y yo ruedo los ojos. — Déjate de tonterías — digo al ver como Ji-Ho se torna rojo — y toma una foto de los tres. — Como digas, jefa — dice colocándose en medio de los tres para tomar una selfie. La cual, es el inicio de muchas fotografías que nos tomamos los tres. Ya después de ello, nos dirigimos a la salida, donde mi auto se encuentra en el medio. Apenada, camino al mismo y lo desbloqueo para marcharnos. Adara me sigue, pero Ji-Ho no lo hace. — ¿Qué te sucede, Ji-Ho? — pregunta Adara. — Recuerden que me tengo que ir. — Sí, pero me imagino que el viaje será después de la cena ¿Cierto? — pregunta Adara y Ji-Ho niega. — No, Ji-Ho. Aceptamos que te marches de la nada. Pero yo no voy a permitir que no cenes con nosotros el día de nuestro grado. — se queja Adara. — Hijo, vamos a la cena. Ya se los prometimos a los Yuen — susurra la madre se Ji-Ho. — Pero madre… — Podemos pedir el vuelo para mañana. Así que, disfruta con tus amigas. — dice su padre y él asiente para marcharse con nosotras. — Padres, si no vivo después de esto, los amo — dice en tono dramático al ver que Adara me pide las llaves y yo se las entrego. Adara sabe manejar, solo que es muy loca al volante, por lo que, Ji-Ho tiene miedo cuando está en él. Sin más que hacer, Ji-Ho sube al asiento de atrás y se coloca el cinturón mientras ora a todos los ángeles, santos y demás a los que les ora. Adara rueda los ojos porque siempre hace lo mismo y yo subo al auto. Es allí cuando noto que esta descalza. — Adara — le llamo — ¿Cuándo te quitaste los zapatos? — pregunto al no darme cuenta de ello. — Lo hice casi de inmediato cuando me los colocaste. Sabía que no los dominaría, así que, subí a recibir mi diploma descalza. Después de todo, con mi toga nadie se dio cuenta de ello. — No lo puedo creer. Esto es increíble — susurro — Nada es increíble conmigo. — responde Adara y sé que con ello eso es cierto. Adara enciende el auto y de inmediato nos pega al asiento con la velocidad en la que da la vuelta y se marcha de la academia. Como si nos estuvieran persiguiendo, salimos del lugar claramente preocupados de la locura que ella pueda hacernos. Como siempre, Adara sobrepasa los autos como si estuviera en un auto de carrera. Aumentando los latidos de mi corazón. Como todas las noches en diciembre, hay muchos autos y más cuando es fin de semana. Por lo que a ambos nos perturba lo que Adara pueda hacer para llegar a nuestro destino. Rayos, me olvidé de eso cuando le di las llaves — me regaño mentalmente. — ¿Sabían que quería ser corredora de carreras de autos? — pregunta Adara al tener cerrado la doble vía por ambas partes. — No nos habías dicho eso, pero por favor… — susurra Ji-Ho. — Agárrense del asiento, porque hoy aprenderán a manejar. — pide y yo cierro los ojos. — Hola, Dios. Soy yo de nuevo. — susurro sin querer abrir los ojos para ver como moriré por culpa de la locura de Adara.
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