Desde la entrada de mi antigua casa, observo con dolor en lo que terminé. La vida que me sonreía dejó de hacerlo y en cuestión de segundos lo perdí todo.
Zac y su padre acabaron con el patrimonio de mi familia sin que yo pudiera hacer algo y fue por ello que me marché de aquí prometiendo algún día volver. Pero jamás pensé que sería así. Jamás creí que sería de esta forma.
Como una película que se reproduce en mi mente, recuerdo mi última vez aquí. En ese tiempo tenía cinco meses de embarazo y era sacada de mi propia casa de quien era y sigue siendo mi esposo. En ese tiempo no podía creer su cambio y aún no lo entiendo. Pero ahora no es momento de pensar en mí, cuando mi bebé me necesita.
Mi niño, ese hijo que también es de él y poco le importa. Ahora necesita de su padre para poder soportar esa enfermedad que lo mantiene en el hospital. Es por ello que, sabiendo lo cruel que me tratará, vengo aquí por su ayuda.
El sonido de un auto acercándose, hace que giro mi rostro viendo como el auto que era de mi padre, se acerca a mí.
Si tan solo ellos estuvieran aquí. — me digo mentalmente.
Del auto se baja mi verdugo y quien ahora es el salvador de mi hijo. Cuando me ve, sonríe con arrogancia mientras guarda sus manos en sus bolsillos.
— Jamás creí que vinieras a mendigar. Por un momento pensé que tendrías orgullo. — se burla.
— Zac, por favor. No vine aquí para recordar el pasado, sino para pedirte un favor. — susurro.
— ¿Un favor? ¿La mujer que prometió aplastarme me pide un favor? — se burla acercándose a mí — Dime, Charlotte ¿por qué te haría a ti un favor cuando no obtengo algún beneficio?
— Jamás vine a molestarte de alguna forma y lo sabes. Después de más de un año vine a ti porque…
— El porqué no me importa, pero la verdad, si vas a desaparecer ¿Por qué lo hiciste en tan poco tiempo? Yo ya estaba muy feliz hasta que volviste a aparecer.
— Zac, no vine aquí por loa dos. Yo vine aquí por nuestro hijo. Él necesita de ti. Por eso, necesito que te hagas unos exámenes para ver si tú eres compatible con mi bebé. Porque…
— No me interesa. — dice pasando a mi lado, por lo que, trago mi enojo y me aferro a su brazo.
— Por favor, solo es un estudio y si sale positivo, ayudarías a salvar la vida de tu hijo.
Zac suspira molesto, pero yo no me alejo de él.
— Vete o llamare a la policía. — comenta con molestia.
Si no fuera algo que es importante para mi bebé, me iría y escupiría sobre él. Pero no puedo hacerlo, no cuando en él puedo obtener el alivio que mi bebé necesita.
Molesto, me empuja con fuerza haciendo que caiga al suelo.
Suspiro profundo para tener las fuerzas para levantarme del suelo. Todo esto lo hago por mi hijo, solo por él.