ANDRE Siempre estuvo una avalancha obligatoria de saludos que tenía que dar y recibir cada vez que entraba al Empire Stadium. Entre Julian y yo, yo era, con diferencia, el Evans más amigable y menos aterrador, por lo que tenía sentido que la gente viniera a hablar más conmigo. Desde miembros de la oficina principal hasta chicos del personal de mantenimiento, siempre tenía docenas de personas con las que me encontraba antes de llegar a mi asiento. Normalmente a mí también me encantaba. Pero hoy no tanto. Hoy sólo quería estar con Alianna. Solo quería tenerla a solas para poder besarla, tocarla y abrazarla como quisiera, pero mientras caminábamos por el pasillo, nos detenían constantemente. Podía sentir a Alianna prácticamente sonriéndome mientras yo ponía buena cara y charlaba con todos,