Riley llegó a su habitación y giró la perilla para colocarle llave a la puerta, tenía miedo, ahora entendía lo que Larissa decía acerca de las niñeras anteriores, él mismo sentía terror de cometer un error en su supuesto trabajo, las palabras de Kalia habían sido claras Matenlo, estaba seguro que esa persona ya no existía en este mundo y si él hacía algo mal sería el siguiente, pasó una noche terrible, apenas había conciliado el sueño cuando el sonido fuerte de la puerta lo despertó, tardó en levantarse y abrir, Tayler se encontraba del otro lado.
–¿Qué carajos te pasa? No puedes cerrar la puerta –exclamó molesto.
–Creí que está era habitación –justificó Riley.
–Ninguna puerta se cierra, esa es la orden.
–Entonces compren puertas sin cerrojos –señaló Riley.
No tenía mucho sentido tener llave si no podía cerrarla, además, a excepción de Tayler todos tocaban la puerta y esperaban a que él abriera.
–Apúrate que debemos ir al entrenamiento.
Riley se apresuró a colocarse los tenis y salir rápido, ya sabía que si demoraba Tayler lo tomaría como una bolsa de papas sobre sus hombros o una maleta en sus manos y lo arrastraría al gimnasio.
El entrenamiento comenzó bien, el chico estaba concentrado en su rutina hasta que Kalia llegó, tenía un top azul marino y unos shorts del mismo color, se podía ver su perfecta figura y las partes de su piel blanca, está vez llevaba el cabello trenzado, la vio levantar unas pesas, su trasero redondo se marcaba en el momento que bajaba hasta el suelo, él estaba en una de las máquinas cuando ella pasó cerca, vio su escote y parte de sus pechos, no entendía cómo carajos los demás no la veían, se cuido que Tayler, ni nadie más notará que la veía, solo era un pequeño lapso de tiempo y usaba toda su fuerza de voluntad para no hacerlo aunque se le cruzará.
–Terminamos –mencionó Tayler.
–¿En serio? –dudó Riley. A diferencia de los últimos días está vez pudo completar la rutina sin sentir que era demasiado agotador.
–Tu cuerpo se está acostumbrando, poco a poco iremos cambiando, pero por ahora disfruta tu logro.
Riley salió del gimnasio bastante entusiasmado al pensar que ahora era menos debilucho, lo había sido toda su vida, no tenía para comer y siempre estaba intentando ganar algo de dinero para sobrevivir, en su país lo habían molestado en su escuela y lo habían golpeado por eso, si seguía así tal vez algún día sería él quien diera las palizas.
Llegó directo a la ducha, sintió el agua caer sobre su espalda y relajó su cuerpo, cerró los ojos y su mente lo traicionó cuando recordó a Kalia en el gimnasio, era una jodida tentación, todo su cuerpo gritaba lujuria, sus pechos levantados, su trasero firme y sus largas piernas, la condenada se cargaba un cuerpo de infarto, se imaginó tocarla y su mi.embro vibró levantándose, ya no recordaba la última vez que estuvo con una mujer, en los últimos meses con su ex novia se había alejado, llegaba con el pretexto que estaba cansada, muy tarde descubrió la razón que se estaba follando a otro para llevarse sus cosas, ¿cómo no lo había visto venir?
Aún era temprano, tenía tiempo para relajarse un poco, así que cerró los ojos imaginando cómo se sentía cogerse a Kalia, tomó su pene erec.to con su mano y comenzó a moverlo, imaginar sus pechos y las formas en que la penetraría solo hacían sentir el cosquilleo en sus partes.
Abrió los ojos al escuchar el sonido de la puerta de vidrio abrirse, lo primero que vio fueron esos ojos grises, sacudió su cabeza, pero para su mala suerte no era una alucinación, Kalia se encontraba frente a él.
Ella había entrado a la habitación para hablar con Riley, escuchó el sonido del agua en el baño y al entrar los sonidos que emitía Riley la hicieron abrir la puerta.
–Kalia.
Ella bajó la mirada hasta su miem.bro, dió un paso dentro de la ducha y Riley retrocedió, ella apagó la ducha y se acercó a él. Riley se quedó sin aliento cuando ella tomó el falo erec.to en sus manos, al principio se agitó por la pequeña mano, definitivamente no era una alucinación, podía sentirla y no podía creer que precisamente ella hubiera entrado a su baño y lo estaba martur.bando, Kalia sabía como hacerlo, tocaba la punta con su dedo pulgar, con una mano sostenía su miem.bro mientras que con la otra tocaba su escro.to, Riley sentía un placer inimaginable, se inclinó hacía adelante y los pechos de ella le quedaron al frente, entre gemidos levantó su mano y apretó uno de sus senos, eran tan suaves y firmes, ella lo permitió marcando su ritmo con la mano cuando él sintió que aceleró con la otra mano la tomó por la nuca y le estampo un beso en la boca, la besó deseoso, hambriento de ella dejándose llevar por el calor de su cuerpo, apretó sus pechos, pero ya no pudo resistir más y ey.aculó con un gruñido entre los labios, Kalia contuvo los líquidos en su mano mientras él seguía sintiendo las vibraciones en su cuerpo hasta que terminó, Riley sentía que apenas podía respirar, movio su cabeza para bajar a su cuello y lo beso, el ligero aroma del cuerpo de Kalia entro por su nariz, sus labios rozaron esa delicada piel, cuando quiso seguir ella dió un paso atrás dejándolo confundido.
La vio caminar al lavadero y limpiarse las manos con el agua, él aún se estaba recuperando, pero quería más.
–Estaré fuera unos días, dile a Klaus que estoy de viaje cuando pregunte en las mañanas.
Riley tardó en entender lo que ella le estaba diciendo mientras se lavaba las manos.
–¿A dónde irás?
–No tienes que saber.
–Al menos dime, ¿cuándo regresas?
–Está vez no lo sé, tal vez cinco o siete días por eso te lo informó–respondió secándose las manos –. Cuidar a Klaus es tu única responsabilidad –ordenó, dejó la toalla en su lugar y lo vio –. No quiero dramas, ni distracciones en mi casa, ¿entendiste?
En realidad, Riley no entendió nada, pero decidió mover la cabeza afirmando que había entendido.
–Es mi casa y sé todo lo que pasa en ella.
Se dio la vuelta y salió del baño, Riley se dejó caer al suelo, soltó un suspiro con su cuerpo relajado, aún tenía el cosquilleo entre sus piernas, no sabía cómo lo había hecho esa mujer, pero ese fue el mejor maldito orgas.mo que ha tenido en su corta vida, él quería seguir, tocar y besar su cuerpo, comersela toda hasta saciar sus deseos, pero ella no se lo permitió, ni siquiera parecía afectada, su voz era tan tranquila y amenazadora, la forma que actúo fue tan desconcertante y sus palabras eran confusas en ese momento, se levantó para terminar de ducharse y fue por Klaus para prepararlo llevarlo a la escuela.
Se detuvo de golpe llegando al comedor y encontrarse con Kalia tomando su café, ella lo ignoró cuando Klaus se apresuró a tomar su lugar.
–Vamos papi, siéntate aquí.
El pequeño señaló el lugar a su lado, Riley suspiro al tomar el lugar, Klaus fue el protagonista en el desayuno hasta que era hora de irse.
–Hijo, voy a ir de viaje unos días, cuidas de tu papi por mí –dijo Kalia al despedirse.
–Si mamí, yo lo cuido.
Al niño ya le parecía normal que su madre saliera unos días, se despedía como si fuera algo totalmente común entre ellos y se despedía, ahora estaba más que feliz por no quedarse solo cuando ella salía, Riley era el padre perfecto para él.
Riley dejó a Klaus en la escuela y cuando regresó a la casa Kalia ya no estaba, se encontró a Larissa cuando iba subiendo las escaleras.
–Hola –lo saludó.
–Hola Larissa.
–Voy a dar una vuelta para verificar que todo esté en orden, ¿quieres ir conmigo?
Fue ahí cuando Riley reacciónó y supo que significaban las palabras de Kalia.
Es mi casa y sé todo lo que pasa en ella.
¿Acaso Kalia se refería a el tiempo que él pasaba con Larissa?
–Tengo que hacer algo en la habitación de Klaus, quiero tenerlo listo cuando venga –respondió.
–Está bien, te veo más tarde.
–Si, adiós. –Él se alejó de ella lo más rápido que pudo, seguramente Kalia se había enterado que ellos compartían tiempo juntos y la situación se podía malinterpretar, los paseos en la noche y las pláticas en la cocina, ahora habían entendido perfectamente las palabras de Kalia y por su seguridad debía alejarse de Larissa.