Con sumo cuidado, le ajusto el collar de perlas blancas a mi madre detrás de su cuello, mientras que el maquillador profesional que Caroline trajo para que nos arreglara, termina de darle los últimos toques a su rostro. El collar se lo obsequió Caro, yo le obsequié los pendientes y Chris eligió la pulsera en su muñeca. Los tres accesorios son de perlas blancas, y aunque parece que los tres hicieran un juego, en realidad los compramos por separado para que ella tuviera algo de cada uno de nosotros en este día tan especial. La lencería y sobre todo el liguero eligió solita y por su cuenta. Yo ni opiné. Termino y me alejo mirándola con una gran sonrisa en mis labios. Su vestido es simplemente precioso, la falda es de seda y en la parte de arriba es de encaje, con mangas y un sutil escote co