Dejo mi móvil sobre mi mesita de noche y desbloqueo el iPad para trabajar un poco antes de irme a dormir, pero al ver de reojo cómo abren la puerta de mi habitación, me detengo. —Mami… —murmura, con su voz adormecida—. ¿puedo dormir a tu lado? —Claro que sí, mi amor… —le sonrío, dejando a un lado el iPad, abriendo mis brazos para recibirlo—. Ven conmigo. Chris sube a mi cama, gateando por ella hasta acostarse a mi lado boca abajo. —¿Me extrañaste? —Mucho… —Yo también —musito con dulzura y me inclino, dejando un beso en su mejilla—. ¿Acaso no tienes frío? —niega con su cabeza y yo me rio—. Está bien, duérmete entonces… yo apagaré la luz, pero estaré despierta unos minutos trabajando, ¿no hay problema? —No… —murmura—. Debes trabajar para comprarme mi consola de videojuegos nueva para