Decir que el ambiente se ha vuelto sumamente tenso, es quedarse corto. La tensión no es como la s****l que estábamos experimentando hace unos segundos; es una totalmente diferente. Una tensión que hasta me resulta peligrosa debido a la mirada que Cedric le está dando a Abril por haber ingresado a la oficina sin tocar. Al menos yo no la escuché hacerlo. Así como tampoco escuché el teléfono sonar. «¿Realmente llamó?» Yo estaba tan metida en mis pensamientos para darle una réplica memorable, sumergida en lo oscuro de su mirada, que me desconecté totalmente de todo a mi alrededor. —¿Quién te crees para ingresar a mi oficina sin tocar? —le pregunta con mordacidad. —Discúlpeme, señor Reed, es que estuve llamando a Bárbara para anunciarle lo que he venido a decirle, pero ella nunca respondió