Viviano me miró mientras comíamos la pizza, yo le sonreía de tanto en tanto, tenía un poco de vergüenza por el fracaso de la cena romántica. Pero después de un par de minutos, su mirada se volvió incomoda, de hecho la sentía ahora como una burla. — ¡Deja de mirarme! Me pones nerviosa — Él apartó la mirada pero después se rió. ¡Que desgraciado! — ¡Ya basta! No estuvo tan mal, y la culpa es de la tipa del video, ella no explicaba bien — Le dije para defenderme. Viviano se metió un pedazo de pizza en la boca y asintio con la cabeza. — ¡Eres horrible Viviano! — Le dije. Él dejo de lado el trozo de pizza y me miró. — Solo no vuelvas a cocinar, acepta que no se te da bien — Le hice un puchero. — ¡Se que puedo, ya verás! — Le dije. — Ok, se que puedes, pero no en mi cocina, acabaste con