Elijah se dejó caer lentamente en la cama a su lado, atrayéndola hacia su pecho y besando suavemente su frente. Apoyó su barbilla en la parte superior de su cabeza, ninguno de los dos habló, el peso total de lo que acababan de hacer estaba claro en sus mentes. Ninguno de los dos se arrepintió, incluso si se suponía que eran hermanastros y que si alguien en casa se enteraba, causaría problemas. A Elijah no le importaba, quería a Scarlett a su lado. La quería como su Luna. Si su compañero aparecía, no dudaría en arrancarle el corazón. La pura realidad de sus pensamientos hizo que él se alejara lentamente. La miró, sin perderse la forma en que su pecho se levantaba y caía. Sin querer que el ambiente se pusiera serio, esbozó una sonrisa presumida en sus labios. —Entonces, ¿fue todo lo que