Scarlett se despertó sintiéndose muy cómoda, acurrucada en un agradable y cálido c*****o, aunque algo le estaba pinchando el estómago.
Frunciendo el ceño, bajó la mano preguntándose qué había en su cama, lo agarró y lo apartó escuchando un gruñido. Se quedó quieta dándose cuenta de que la cosa gruesa y dura que le pinchaba no era un objeto aleatorio en su cama, algo que se dio cuenta en el momento en que lo apartó.
—¡Joder, roja!
Elijah gimió, soltándola y rodando hacia su espalda. El empujón agudo en su pene no era la forma en que quería despertar.
Scarlett se tapó la boca conteniendo una risa.
—Ups, lo siento, pero ¿por qué demonios estás en mi cama?
Elijah levantó una ceja, sus ojos aún llenos de sueño mientras la miraba, haciendo que su corazón diera un vuelco al darse cuenta de
