Una noche de bodas excitante.

2787 Words
Hans Favre. Esta mujer me está volviendo loco. Primero dice que le gustaba alguien pero que no vive en Londres, después menciona su ciudad de origen y da a entender que el tarado que le dió su primer beso vive ahí, por Dios, estoy molesto, muy molesto, pero veamos que vas hacer ahora Molly, ¿Crees que puedes escapar? Pues yo no lo creo. -Iré a darme una ducha y a ponerme mi pijama. -Bien, toma la ducha que está aquí adentro y también lo que hay en esa caja. -¿Caja?.-Se acerca a la mesita de noche y lo abre.-¿Que es esto? -Le pedí a Rubén que te comprara un nuevo pijama. ¿No me digas que no te gustó? -Pero esto no es una pijama Hans, más parece un... Está con la cara roja, debí suponerlo. -¡Tú lo has hecho a propósito!. -¿A propósito? No sé de que hablas, tu sabes que yo no puedo moverme a voluntad y menos salir a comprar Molly, así que deja de decir incoherencias. Quiere matarme, esos ojos quieren matarme pero no tiene más opción, no creo que haya traído su propio pijama en esa pequeña mochila, a menos que quiera dormir con el vestido de novia blanco que tiene puesto aunque yo no me quejo. -Pues ni creas que me voy a poner esto, pero que se ha creido.-Susurra y se encierra en la ducha. Hasta renegando mi ángel es bello, pero si que me estaba pasando. Cuando ví lo que Rubén le había traído, me la imaginé en esa diminuta prenda roja, ¡Diablos! De solo imaginarla me estaba excitando, ya deseaba verla. Esto es lo que normalmente usan las mujeres para seducir a sus esposos, pero esto era algo que sabía, ella no se pondría o quizás sí. -Oye Hans, voltéate y cierra los ojos, voy a salir. -Hazlo, quien te detiene. -¡Tú solo voltéate!.-Ay mi ángel. Obedezco como niño bueno y miro hacia la ventana.Escucho que la puerta se abre, quiero voltear pero si lo hago, ella es capaz de lanzarme todo lo que tenga a la mano y como estoy en la cama me resultaría difícil esquivarlo. -¿Molly ya puedo? -Ni se te ocurra Hans.-Siento que mueve la sábana y se mete.-Ya está, me voy a dormir. Intento controlar mi risa, me pregunto cómo estará. Durante unos momentos no escucho ruido,solo el movimiento de su cuerpo en mi cama, mientras yo reviso unos pendientes de trabajo en mi laptop, sé que ella no puede dormir, inclusive para mí, es que aún no puedo creer que ella esté a mi lado, tan cerca. -Molly, ¿No puedes dormir? No responde pero sé que está despierta. Dejo mi laptop a un lado después de escribirle a Rubén que aliste todo para el viaje de mañana, quiero que solo estemos ella y yo, nadie más, aunque sé que debo tener ayuda, Molly no podrá ayudarme siempre. -Voy a salir, asi que tápate.-La escucho renegar. -Lo siento, pero esta vez no voy a taparme, ni que estuvieras desnuda. -No lo estoy, pero es como si lo estuviera. -Pero somos esposos, ademas no creo que me gane mucho viéndote.-Me burló y ella muestra sus ojos, me mira, me odia, lo sé. -¿Porque te estás comportando así? Solo deberías ignorarme, así fue como quedamos. -Yo no hice esa promesa que recuerde Molly, además yo no te obligué a que entraras a mi cama. -Tú eres...-Intenta acercarse dejando caer parte de la sábana y mostrando de la cintura para arriba y vaya, sí que se lo puso, mi ángel me estaba mostrando de más, era como si solo llevara su brassier pero algo más escotado ,más abierto, la tomo del brazo antes que en verdad me quiera pegar.-¡Hans! -Basta, ya basta de todo esto Molly, no te voy hacer nada. -¿Así? Entonces suéltame. -No quiero.-Respondo, ya no puedo resistir más tener tan cerca esos pechos, tan lindos, tan firmes, tan deliciosos. Aprieto más sus muñecas contra la cama y me pongo encima de ella, no sé cómo pero lo hago. La miro, ella hace lo mismo, creo que puedo oír los latidos de su corazón o quizás eran los míos, no sé pero de que estaba muriéndome por besarla eso era seguro. Nos quedamos mirándonos por varios segundos, segundos que parecían una eternidad. Me acerco hasta estar lo suficientemente cerca a ella, ya puedo oler su aliento, o quizá era de sus labios que aún permanecía de ese rosado claro que olía a cereza. -Hans espera yo... No resisto y la beso, sí, quería volver a besar esos labios que desde la mañana me tenían loco, esta vez no es un beso tierno como el que ella me dió, quiero más que eso, uno dónde pueda hacerle entender que así debe hacerlo de ahora en adelante. -M-me ahogas...-La escucho quejarse, pero la ignoro, vuelvo a acercarme más hasta profundizar ese beso. Ella se deja, sé que algo debe sentir, lo sé, me deja besarla intento bajar a su cuello pero ella me despierta. -Basta Hans, ¡¿Que crees que haces?!.-Dice agitada, yo estoy igual, vamos Hans piensa una buena excusa. -Asi es como se besa Molly, no como lo que hiciste en la ceremonia, eso fue demasiado simple y aburrido. -¿Que?.-Me mira sin poder creerlo, ni yo creo lo que dije. Molly hace que diga cosas que jamás pensé que diría.-¿Simple y aburrido? Esa es la única excusa que encuentro a lo que acabo de hacer. Jamás me había comportado así, nunca una mujer me había echo forzar a besarla, ni con mi última novia me sentí de esa manera, a ella la respetaba, decidía en que momento, pero con Molly todo era nuevo, si fuera un hombre normal, hace rato ya le hubiese quitado ese sexy babydoll que le cubría la piel y me la hubiese comido. Se mantiene en silencio sin dejar de mirarme, no creo poder resistir mucho aunque tampoco podía ir más allá, esta maldita situación de no poder mover mis piernas me estaba irritando. -Tú has debido de tener muchas mujeres antes de tu accidente,¿verdad? Ellas si debían besarte como lo has hecho ahora. ¿Pero que dice? -Eres un hombre después de todo y algún día recuperaras la movilidad de todo tu cuerpo y podrás volver a tu vida de antes, con tus mujeres bellas y atractivas y yo voy desaparecer de tu vida así que porfavor deja de ... No dejo que termine, no quiero oírla, ¿Porque dice eso?, no, no voy a permitir que Molly desaparezca de mi vida, no quiero, no voy a dejarla, prefiero quedarme discapacitado para siempre asi Molly se quedará a mi lado. Suelto lentamente una de sus muñecas y bajo mi mano acariciando la mucha piel que está expuesta. Es suave, tercia, es como lo imaginé, mi ángel era como una delicada flor que esperaba ser tocada por mí. Intento bajar mi boca a cuello, pero si lo hago, temo que me detenga, aún así corro el riesgo. -Ohhh... La escucho, aún no dice nada para detenerme. Acaricio su muslo, bajo hasta llegar a su centro, mi ángel está húmeda, la siento, la miro al rostro, ella tiene los ojos cerrados y está mordiéndose esos apetitosos labios, eso hace que quiera más. Introduzco mis dedos en su sexo, ella lo nota. -Hans no.. Intenta apartarse pero no la dejo. Muevo mis dedos, ella agacha su cabeza en mi pecho, la esconde pero yo quiero ver su expresión. Los muevo más rápido, sé que ella intenta controlarse pero no va a poder. -Oh Dios Hans detente, porfavor detente. Me súplica.-¿Segura?.-Muevo más rápido mis dedos, escucho por fin sus gemidos, alza su rostro, me mira, suplica ,lo sé, sé que quiere más. Me acerco y la beso de nuevo, sin dejar de satisfacerla , le gusta, sé que le gusta. -Hans más.-Porfin es sincera, porfin admite que le gusta lo que le hago, la veo morderse el labio de nuevo, eso me enciende, cierra sus ojos, hasta que suelto su otra muñeca y su mano va hacia mi rostro, lo acaricia, tiene la expresión más linda que haya visto, mi ángel me mira con deseo. Vuelvo a besarla, hasta que gime de placer y la veo moverse hasta sentir como se viene, respira como si le faltara el aire. Siento que mi ángel me da más acceso, intenta acomodarse, yo solo puedo besarla sin dejar de mover mis dedos dentro de ella. -Oh santo Dios Hans. -¿De nuevo?.-Pregunto y ella abre sus ojos, me mira pero no dice nada.-De acuerdo.- No necesito que diga algo para entender, vuelvo a besarla sin dejar de mover mis dedos , esta vez parece más sincera, ¿Y si Molly siente algo al igual que yo? No, no estoy seguro pero tampoco pierdo nada preguntándole. Sigo besándola, quiero preguntarle pero no me deja, pone su mano detrás de mi cuello y me presiona hacia ella, ahora es Molly quien lo hace, mi ángel es quien no me deja apartarme.-Hans yo... Verla solo hace que mueva más rápidos mis dedos, me provoca, mi ángel vuelve a gemir de placer, me gusta, eso solo hace que la abrace y la presione más a mí. Ella vuelve a venirse, eso fue increíble, su olor y aroma son únicos, la veo agitada, apoya más su cabeza, no quiere que la vea. -¡Ya fue suficiente, no debías hacer eso!. Está llorando, mi ángel está llorando. Intenta levantarse de la cama pero no la dejo, la sujeto del brazo y la jalo hacia mí. -Lo siento, lo siento, no debí hacerlo pero no te vayas, quédate Molly, porfavor.-Me desespero. Deja de forcejear, se queda quieta pero con el aire faltándole, y yo que creí que lo estaba disfrutando. -Lo siento Molly, lo siento.-La abrazo lo más que puedo, no está llorando pero si siento que fui brusco con ella esa última parte. -Eres malo Hans, muy malo. -Sí lo soy. -Eres un idiota, estúpido, cretino, pervertido. -Sí, sí, lo que digas Molly, soy todo lo que tú digas. ¡Ay pero que estaba pensando!, Molly solo se estaba dejando llevar por el placer, nada más, no es lo mismo que siento yo por ella. Yo no le gusto. -Hans. Me llama pero no quiero responder, si hablo, solo diré incoherencias y ella saldrá corriendo de mi cama. -No estuvo tan mal. ¿Que dijo?¿Acaso está bromeando? La aparto de mi pecho, ella sigue ahí escondiendo su rostro de ángel. -No, no me veas, mi cara está roja. -La mía también, no sé porque he hecho eso Molly, no soy de hacer esas cosas a cualquiera. -¿Bromeas?.-Levanta su rostro y me mira a los ojos, claro, ahora tiene la valentía, no se puede ver mucho. -No, no me gusta bromear con esas cosas Molly, te prometo que no lo volveré a hacer. -¿Que?¡No! Digo que ... Se queda en la mitad, no sabe que decir. ¿Quien entiende a las mujeres? Primero pareciera que le desagrada lo que le hice , después dice que no estuvo tan mal y ahora quiere que lo vuelva a hacer. -Digo que no estuvo tan mal, además si para satisfacer tu necesidad de hombre necesitas a una mujer, yo puedo hacerlo, soy tu esposa después de todo. No puedo creer lo que está diciéndome esta mujer. -¿Hans? -Molly deja de decir estupideces, no necesito a nadie para eso, aunque...-La miro y quiero volver a besarla. Contrólate Hans, contrólate.-Puedo tomarte la palabra. ¿Pero que estoy diciendo? -¿Seguro? -Molly vas hacer que me enoje.-Le reclamo porque sé que estoy diciendo tontería y media. -De acuerdo, de acuerdo, mas bien, discúlpame por intentar huir, pero es que tenía miedo. -¿Miedo? -Sí, miedo.Es la primera vez que un hombre me hace esto.-Se lleva una mano a la boca.¿Habla en serio? -Molly tu.. -No dije nada.-Dice y vuelve a esconder su rostro en mi pecho. Yo sonrío, la abrazo hasta que este lo más pegada a mi. En verdad no puedo creer lo que mi ángel acababa de decirme.¡Molly es virgen! -Deja de reírte, sé que te estás riendo.-Me reclama, pero la ignoro. No puedo creerlo. Veo la ventana mientras la luna aparece en el cielo, veo a Molly, se quedó dormida, mi bello ángel está junto a mí. Esto no lo hubiese creído hace meses, jamás pensé que me gustara tanto esta mujer.¿Pero que tiene de diferente? Su sonrisa, su forma de ser, de querer luchar por lo que quiere.Oh Molly, me gustas. Cierro mis ojos mientras esas últimas palabras se quedan en mis labios y en mi mente. *** ".... Mañana vendré en tu cumpleaños Molly y prometo darte un lindo obsequio, lo prometo" ¿Pero que diablos fue eso? Me levanto un poco mareado.¿Fue un sueño acaso? No lo sé, pero parecía tan real.¿Yo debía darle un obsequio a Molly por su cumpleaños? Eso es raro, ni siquiera sabía cuando era. Veo la ventana y ya es de día. Veo a mi lado a mi ángel, está dormida, se ve preciosa con ese babydoll. Me acerco y la huelo. Aún me parece un sueño saber que ella no ha sido tocada por otro hombre. -Eres mi esposa Molly y pronto vas a ser mía por completo.-Susurro a su oído, solo espero que para entonces pueda recuperar ya la movilidad de mis piernas, Molly se merece a un hombre completo, que la haga disfrutar y hacerla sentir mujer y yo aún no era ese hombre. Me la quedo admirando, ¿Le debo un obsequio a Molly? Muevo mi cabeza y decido olvidar eso, quizás solo fue un sueño. Llamo a Rubén por el celular, necesito que me ayude, para entonces tapo a Molly con la sábana, está casi expuesta con ese babydoll que espero vuelva a utilizarlo, se ve hermosa y no quiero que ningún hombre la vea, ni siquiera Rubén. Él no tarda y me ayuda a subir a mi silla de ruedas mientras Molly sigue dormida, parece una niña indefensa que dan ganas de comérmela ahora mismo, pero no, debo controlarme. -¿Ya está todo listo Rubén? -Como usted lo ordenó Sr Hans, el avión privado ya está listo, el capitán y un hombre que será su guardia lo están esperando. -Bien, ¿Y ya trajiste lo que te pedí? -Asi es, la Srta Lucía fue muy amable en ayudarme a elegir. -Ya veo, déjaselas encima del velador, iré a desayunar, no creo que sea tan dormilona. -Como usted ordene. Voy al comedor mientras Rubén obedece mi orden. Tomo un jugo de frutas y unas tostadas al estilo americano y todo listo, solo debo esperar a que mi ángel despierte. Muevo mis manos en mi chaqueta como buscando un lapicero, pero encuentro algo más, una carta. Pero claro, ayer Rubén me la dió antes de casarme con Molly. Era una de las cartas que dejé a mi última novia antes de sufrir ese accidente. Ya ni recuerdo que le escribí, estaba apunto de leerlo pero Molly llegó con su mochila a interrumpirme. No sé si deba leerlo. Esto es parte de mi pasado, algo que quiero olvidar, Molly es mi presente y quiero que también sea mi futuro. Muevo mi silla de ruedas y voy hacia un baúl que está en el despacho. Lo abro y lo tiró ahí, no quiero saber nada de esa carta, nada, aunque debo admitir que la curiosidad me mataba por saber que fue de esa mujer. No Hans, olvida eso, ahora Molly es lo más importante para tí, sí, solo ella. Voy de salida cuando escucho la voz de mi ángel, parece que ya despertó. Aunque ahora me preguntaba, si ella sería capaz de ser la misma de siempre después de lo que le hice anoche, yo no estaba seguro, incluso a mí me resultaba extraño mirarla a la cara como si nada hubiese pasado, pero que podía hacer ahora, pues nada, ayer disfruté como nunca lo había gozado, si lo pienso, le había dado a mi ángel un obsequio después de todo, sonrió de solo pensarlo, sí, le había regalado a mi ángel sus primeros orgasmos. -Sr Hans, la Srta Molly ya está lista. -Muy bien Rubén, gracias. Pues bien, veamos que cara pone mi ángel ahora, solo espero que no salga corriendo como lo intentó ayer, porque no soportaría que ella se aleje de mí por eso, no lo soportaría.
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