Soy tu ángel.

4513 Words
Yo seguía abrazándolo mientras aún seguía su boca en uno de mis pechos, oh mi lindo Hans, era tan atrevido que jamás pensé que ese hombre gruñón al que conocí hace meses me estuviera haciendo estas cosas. Abro mis ojos y me doy cuenta que este no puede ser ese hombre, se parecía más al Hans de mi primer beso, ese de hace años que desapareció sin dejar rastro, amable ,lindo, caballeroso, guapo y todas las cualidades que una mujer desearía. Abro mi boca al sentir que me mordía pero con una delicadeza que me mataba. -Molly.. -Hans.. Espera, este no es el Hans que me gusta, ¿porque me hace eso? ¿Le gustaré? No, no lo creo, cuando lo conocí me dijo muchas cosas crueles, horribles y siempre me trató así, porque ahora se comportaba distinto,¡Porque! Creo que la respuesta era obvia, yo era para pasar el rato. -Hans no, ya detente, este no eres tú. Reacciono y me aparto. -Molly.. -Lo siento, pero no puedo, no puedo. Me levanto y tomo la toalla para cubrirme y salir corriendo de ese sueño que me parecía imposible hace meses. ¿Pero que pensaba? Hans solo estaba jugando conmigo, soy la única mujer a la redonda que lo ha acompañado en los últimos meses, por eso me hace eso. Me termino de cambiar y recién me doy cuenta que le dije que sí pasaría la noche con él, pero como fui a decir que sí, ¿Y ahora que hago? Me quedo en mi cama, pensativa por todo lo vivido desde ayer y me parece una fantasía, sé que es algo pasajero, que Hans terminará por dejarme una vez que recupere la movilidad de sus piernas, de solo pensarlo me hacía poner triste. No quiero que me deje, no quiero, pero no podía obligarlo, él no ama. Me quedo toda la tarde entre pensando y revisando el nuevo celular, la cama era cómoda y se podía ver el mar y como el sol se ocultaba en el fondo, hasta que escuche la puerta. -¿Si? -Srta Molly, dejaré su almuerzo en el comedor, yo me tengo que retirar. Pero claro, Hans dijo que ella y Javier son los únicos que estarían con nosotros. -¿Y el Sr?¿Ya almorzó? -Bueno, le dejé la comida en su habitación pero no parecía tener hambre. -¿Estaba molesto? -Sí, cuando entré no dijo nada, solo miraba la ventana y después escuché un vidrio romperse. -¿Un vidrio romperse?¿Y Javier no fue a verlo? -Sí, intento entrar pero el Sr gritó diciendo que lo dejaran solo, que no quería ver a nadie. Oh Hans, de seguro debe estar molesto por haberme ido de esa manera. -Bien, gracias Martha, puedes irte. -Sra, si me disculpa, no quiero ser entrometida pero creo que usted puede hacer que cambie ese humor, eso dijo el Sr Javier. -Pues a tu Sr solo le gusta renegar y mandar, y hacer cosas atrevidas. -¿Cómo dijo? -Olvídalo, no lo entenderías, pero gracias por dejarle su almuerzo.Nos vemos mañana. Veo alejarse a Martha mientras veo que el sol ya se puso a lo lejos, aún así el cielo se ve anaranjado. Cómo me gustaría verlo con Hans, pero es que aún me resultaba difícil poder estar con él en esas actitudes. Me termino el almuerzo y salgo a dar una vuelta por toda la casa, es bonita, amplia, tiene todo lo que se necesita para relajarse, veo la piscina y recuerdo lo que me hizo hoy, hace solo unas horas, me tocaba, me acariciaba, me hacía sentir lo que nunca ningún hombre ha hecho. Oh pero que confusión, sé que debo enfrentarlo y aclarar varias cosas, nos estábamos comportando como unos indecentes que solo nos deseábamos, bien Molly, ve a verlo y... Espera, le prometí que pasaría la noche con él, si voy pensará que voy para cumplir esa promesa y después no voy a poder escapar, pero con el carácter que debe tener ahora no me importa. Tomo valor y voy a su habitación, muevo la perilla y está abierta. Al hacerlo lo primero que veo es vidrios en un lado, cuadernos y libros tirados por otro, esto era un desastre, levanto mi vista y ahí está él, sentado en la cama con esa odiosa laptop y unos lentes que lo hacen ver más guapo que antes, ay Dios porque tiene que verse así. -¡Que!¿Acaso no sabes tocar la puerta? -Lo siento, yo quería... -¡Vete!¡No te he llamado! Estoy trabajando. -Pero yo... -Te dije que estoy trabajando,¿Que acaso no entiendes?.-Alza la voz, vuelve a tratarme como antes. Odio que sea así, extraño al Hans de ayer y de hoy. Entro sin hacer caso a su advertencia, me va a oír, Hans me va a oír aún así este trabajando. Entro, le cierro la laptop y se la quito de sus manos. -¡¿Que crees que estás haciendo?! No lo escucho, guardo esa laptop dentro de un cajón y adiós. -¡Molly! Te estás pasando. -No, tú te estás pasando Hans.-Me pongo a su altura, firme, no debo mostrar miedo a sus gritos, ya estoy acostumbrada. -Molly devuélveme esa laptop. -¿Así? Pues ven por ella si tanto la deseas. -Molly, ya basta, devuélveme la laptop y haré como si nada de esto hubiese pasado. -No, no quiero, te prometi que pasaría la noche contigo, ya es de noche y tú sigues trabajando en tu odiosa laptop, ¿Acaso soy solo para pasar el rato, eh? Vamos Hans, al menos respóndeme, sé sincero. Me mira, cambia de expresión, al menos quiero oír la razón de su comportamiento, aunque me duela, quiero saberlo. -¿Que pasa?¿Porque no hablas? Ayer y hoy eras diferente y ahora vuelves a ser el mismo de cuando te conocí, no se quién eres realmente, me asusto. -Entonces si te asusto tanto, ¡Largarte y déjame solo! No quiero verte, no quiero que estés cerca de mí. ¿Que dijo? Me acerco a él apesar que ahora me rechaza, no me gusta verlo renegar, aunque se ve lindo pero prefiero verlo con una sonrisa. -¡No te acerques Molly! No respondo si lo haces. -¿A qué le tienes miedo? -No, yo no tengo miedo a nada, tu eres la que me tienes miedo. -¿Y como quieres que esté? Tú haces y dices cosas que jamás pensé que harías, me tocas, me acaricias, me besas, me dices cosas lindas y después me pides que este contigo, después sigues besándome y yo no puedo ni pensar, no puedo, me confundes y tengo miedo de enamorarme de verdad , que me rompas el corazón después de lo que hagamos. Mi gruñón no es así. Ya ni sé lo que digo, es que tenía tanto coraje que fuera verdad, que me dejara después de entregarle a Hans mi primera vez. -Molly.-Parece estar más calmado, me acerco mas y me siento a su frente. Ay, como me cuesta verlo a los ojos. -Te dije que vendría para pasar la noche pero no para que, bien podríamos ver una película y comer canchita. Me ve con cara de no creer lo que digo, lo sabía, él me pidio pasar la noche con él pero no para eso. Lo abrazo, quiero que quite esa cara de amargado, que me abra su corazón y me trate más como alguien especial. -Molly apártate de mí, no sé lo que estoy haciendo. -Yo tampoco sé lo que estoy haciendo, pero se siente bien. -Molly te vas a arrepentir. -Si me dejas, sí me voy a arrepentir Hans, eso solo depende de ti, no de mí. Me mira sin poder creer lo que digo, pero esta vez es en serio, no estoy a su merced como ayer que no podía negarle nada. Esta vez si estoy consciente de lo que pienso. Siento sus brazos en mi espalda, eso hace que mi piel se erize al sentirlo. -Molly.-Siento su labio en mi cuello.-¿Me llamaste gruñón? -¿Yo? -Sí, tú, acabo de oírte. No puedo creer que haya dicho eso en voz alta, creí que solo lo había pensado. -No, no lo dije. -Sí lo dijiste, no eres buena mintiendo Molly.-Dice sin dejar de besar mi cuello, mi hombro, ay Dios. -Eres un gruñón lindo, eso es lo que pienso, además me tratabas mal desde que nos conocimos, en verdad parecías un gruñón. -¿Así? No lo recuerdo. -¡Hans!.-Me quejo de solo pensar que no recuerde cuando nos conocimos. -¿Quieres que te trate como una princesita entonces? Asiento con un sonido y escondo mi rostro en su pecho.Huelo su perfume en su cuerpo, este hombre huele divino. -Molly,¿Estás segura de esto? Después no quiero que te quejes y te arrepientas. -No lo haré si tú no me lastimas. -No, no lo haré.-Quise creer en esas palabras, en esas hermosas y dulces palabras.Si me rompía el corazón,pues ni modo, pero al menos sabía que me iría con la sensación de que este hombre fue mío. Le quito esos lentes que lo dejaban mejor que un Adonis, Oh que lindo se ve de cerca mi gruñón. Me besa, acaricia mi espalda, sus manos hacen que mi cuerpo tiemble. Quiero que me bese pero de un momento a otro se detiene. -Molly, necesito hacerte una pregunta y contestame con toda sinceridad.-Me mira a los ojos fijamente, es la primera vez que me mira con esa seriedad. -¿Que? Vuelve y me toma de las manos, es la primera vez que lo hace. -¿Quieres que hagamos el amor como una pareja apesar de que no me amas? -¿Amarte?.-Me quedo pensativa. De que Hans me gusta, no lo dudo, pero amar era algo más profundo, no estaba segura de ello. -¿Y yo te gusto? -Responde tu primero Molly. Suspiro y me apoyo en su pecho de nuevo, vamos Molly dile. -Me gustas desde hace mucho Hans, creo que desde que te ví.-Respondo apenada pero es que quería que Hans lo supiera, aún si él dijera que yo solo era un objeto para saciar sus necesidades de hombre, creo que ya no me importaba. -¡¿Te gusto?! Molly mírame.-Pregunta sorprendido. -No, espera, no quiero, ahora no. -Molly porfavor.-Él me aparta y hace que lo mire, mi cara estaba toda roja por esa declaración, jamás me había declarado a un hombre, mucho menos pensé hacerlo con un paciente. -Hans, sé que no soy de tu gusto como tus otras mujeres, que soy desabrida, sí, soy atrevida, también, a veces digo las cosas que pienso sin pensar en las consecuencias, creo que también... -¡Molly! Hans me detiene, se da cuenta que estaba nerviosa , que decía cosas incoherentes pero es que no sabía cómo estar frente a él. -Lo siento, yo solo vine para cumplir con lo que te prometí pero tengo miedo de no complacerte, de no satisfacerte lo suficiente Hans. -Molly, yo solo te pregunté si estabas segura de querer hacer el amor conmigo, nada más.Pense que yo no te atraía, que no te gustaba. -¿Que? ¡No!. Tú me gustas desde que te conocí, suena tonto, pero es la verdad. -¿Tonto? No Molly, no digas eso. Tú también.. Se calla, suspira, toma aire, está como intentando controlarse.-¡Que idiota!.-Lo escucho susurrar. -¿Hans? Aprieta mis manos y las besa.¿Ah? ¡Hans besó mis manos! -Tú también me gustas desde que te ví Molly. Eso no me lo esperaba, dijo que le gusto, ¡Que le gusto desde que me vió! -¿Gustarte yo? Pero no soy de tu gusto Hans.No tengo las medidas perfectas de tus modelos, tengo las caderas más anchas y mi estatura no llega al metro 70, soy pequeña. -¿Y? A mi me gusta como eres Molly, no pido una Barbie con las medidas perfectas, nunca me ha importado esas cosas ,además ... Mira mis pechos, el polo que tengo es un poco apretado y muestra mucho mi delantera, pero podía ver los ojos de Hans perderse en ellos, después de todo ya los había probado. -¿Además que?.-Me hago la desentendida, pero ya sabía a dónde miraba. -Digo que.... -¿Quieres que me quite la ropa? -Sí, digo no, Molly... Me río al ver lo tonto que se pone, Hans me estaba mostrando una faceta que nunca la había visto. Levanta su vista y se cruza con la mia, se acerca y susurra a mi oído. -Estoy excitado Molly, ¿Que hago? ¿Yo lo excito? Hans, mi gruñón, no puedo creer que yo le ocasione eso. Una corriente pasa por mi espalda al sentir los labios de Hans en mi oreja, lo muerde, lo besa. Jamás pensé que se sintiera de esta manera con solo sentir su mordida.- Creo que he estado perdiendo el tiempo mi ángel. -¿Tu ángel?.-Oh Dios ,estoy que me derrito por dentro. -Asi te veo Molly, para mí eres mi ángel que ha estado a mi lado, ayudándome con tu sonrisa, tus palabras, tus acciones. No tienes idea de cuánto tengo que controlarme cuando me tocas para realizar tus masajes. -Yo, yo, no lo sabía. Cierro mis ojos , Hans presiona mis mano y las entrelaza con las suyas. Mi gruñón, quiero ser tuya. -Hans, sí quiero, pero tengo miedo de no complacerte. Él se ríe, esto le parece una broma.-¡Hans! -Pues yo me siento de la misma manera Molly, de no ser lo suficiente para tí. Entiendo lo que quiere decir, él debe estar lidiando con su yo interior, estar en una silla de ruedas varios meses, dependiendo de otras personas y ahora en lo íntimo, pues haré que lo olvide. Me lanzo y lo beso, él lo recibe y con su mano acaricia mi mejilla.-Pues intentémoslo. Ay Molly, estas que te mueres de los nervios pero dices cosas para animarlo, cuando tú eres la que debe ser animada. -Creo haberte dicho que eres mala mintiendo Molly. -¿Y ahora porque? -Porque estás muy nerviosa, se te nota lo tensa y ...-Baja su mano y la envuelve alrededor de mi cintura y con la otra me atrapa por el cuello, me acerca hasta estar a unos centímetros de su rostro. -y que... -...y que ya no puedo más contenerme.-Dice y me besa con la misma intensidad que lo hizo ayer, fue algo muy provocador, sus labios besándome de esa manera hizo que mi interior se humedeciera, no podía resistir, me aparté y sin pensar, me quito el polo en su delante dejando solo mi brassier a la vista, cosa que solo duró unos minutos. Hans sonrió al ver mi atrevimiento y la osadía con la que lo hacía. -Mi ángel, a veces creo que eres un demonio que lo hace a propósito, me seduces con tu mirada, tu sonrisa y ahora tu cuerpo. -Yo no hago eso. -¿A no?.-Se acerca y desabrocha con delicadeza lo único que ocultaba mis pechos.Los mira con ese deseo que jamás pensé que él sintiera, pero ahora lo veía. -Sr Hans, usted me trata injustamente. -Yo no hago eso a mi esposa, pero es normal hacerlo si ella me atrapa con esto.-Mira mis pechos y se muerde el labio. Se acerca y besa, ¡Oh Dios!, mi gruñón está besando uno de mis pechos, los lame, acaricia y después ahhh, este hombre, no puedo creer que yo haya gemido de esa manera al sentir que me mordía. Cierro mis ojos y solo deseo sentir, quiero sentirlo y pues ya lo estaba haciendo. Mi gruñón había introducido su mano en mi short y estaba jugando conmigo como ayer, solo deseaba más, que siguiera haciendo lo que estaba haciéndome, pero temía que él se burlara, ya que me dijo atrevida. -¿Quieres más?.-Preguntó como si leyera mi mente. -Sí, sí.-Respondí con los ojos cerrados y abriendo mi boca. Sentí como cada vez me apretaba más, jugaba más hasta que no pude contenerme y lo deje salir. Estaba agitada, cansada, no sabría decir. Hans sabía bien lo que hacía conmigo, lo sabía, y aún así siguió continuando con ese juego hasta hacerme venir de nuevo. Mi gruñón era una máquina de provocar orgasmos, si que lo era. -Sé ve que te gusta mi ángel. Mi Hans me estaba llamando mi ángel, no podía creerlo, siempre pensó en mi como mujer. -Sr Hans a usted si que le gusta verme sufrir. -Deja la formalidades Molly y llámame como te gusta hacerlo. ¡Ay Dios!, se parecía mucho a mi primer amor, su mirada era muy parecida, esa tierna y romántica mirada que me dedicaba ahora. Vuelve a mover sus dedos y ahhh, me vengo, esto era demasiado. -¿Molly? -¿Ah? -¿Estas bien?¿No fui muy brusco? -No, no, estuvo estupendo, tus dedos son increíbles.-Respondo mordiéndome el labio pero en verdad estaba resistiendo. ¡Diablos!.Otra vez se ríe. Hice un puchero mostrándole lo molesta que estaba, quise levantarme de la cama pero él me detuvo. -Molly lo siento, lo siento, es que es la primera vez que te abres a mí, que eres sincera, que me muestras tu corazón y no quiero perder este día. Sonreí ante sus palabras y esta vez, quise ser yo quien lo deleitara. Me suelta lentamente y con las mismas, me quito el shorts que me cubría, solo me quedo con una ropa interior que ya estaba completamente mojada, oh vaya, lo que me había hecho con sus dedos, pero en fin, ya estaba casi desnuda ,solo faltaba eso y quise quitármelo pero mi gruñón me lo negó. -No, quiero hacerlo yo Molly. Si mi cara ya estaba roja, ahora debía estarlo más. Me acerque a él y me senté en sus rodillas, lo envolví con mis brazos y escondí mi rostro en su hombro mientras él me quitaba lo único que me cubría y ahora sí estaba completamente desnuda, mi corazón latía cada vez más rápido, y mi piel se erizó al sentir el contacto de sus manos en todo mi cuerpo. Este hombre estaba matándome con sus caricias. -Espera, no es justo que solo yo esté así.-Quise jugar pero no esperé su respuesta. -Tienes razón mi ángel, tú también tienes derecho.-Dijo y me hizo levantar para que él se quitara el polo, pero lo detuve. -Yo quiero hacerlo, déjame a mi disfrutar, tú me lo quitaste, lo justo es que yo también lo haga. -Tienes razón de nuevo Molly.-Sonrió y yo estaba que me moría de los nervios, si con ropa se veía como un manjar, sin ropa debía verse como el mismo Dios. -¿Molly? -¡Ya! No me mires. Me acerqué y con esa sonrisa de la que ya me estaba acostumbrando, le quite el polo y ¡Oh Dios! calma Molly, resiste,¿Porque ahora? Si cuando le hacia masajes para sus terapias me mantenía tranquila, pero ahora no podía. -Molly mi ángel sé que te mueres por darme masajes. -No sea presumido Sr gruñón. -Entonces deja de mirarme así y apúrate, no voy a resistir por mucho. -Tú también me miras así y no me quejo. Además no es fácil hacer esto, yo no soy una experta como tú. Me quejo y él pone una expresión de molestia, ay pero que digo, no quiero arruinar este momento. -Molly, a veces eres insoportable. -Lo sé, a veces, pero entiéndeme, es mi primera vez y sigo nerviosa.Ademas, recién me dices que te gusto, que quieres hacerlo conmigo, no es fácil digerir todo esto en unos minutos y hacer como si nos conociéramos de años. Cambia de expresión, me entiende, sonríe y veo que intenta quitarse el shorts que tenía puesto. -¡No! Quiero hacerlo yo. -Ves, a veces no te entiendo, pues adelante, date prisa. ¡Rayos! ¡Tenía que ser sincera!. Me acerco con toda la vergüenza del mundo, le bajo el short y veo su m*****o erecto, respira Molly, mantén la calma y quita ese pensamiento. Si me sentía así con solo quitarle el short, quitarle el boxer sería mi suplicio. Él lo notó y tomando mis manos me ayudó a quitarlo. Santa virgen María, no podía creer lo que estaba viendo y encima que estábamos desnudos, ni en mis sueños podía imaginarlo de esa manera. -Mi angel quita esa mirada de pervertida y ven. -Presumido, eres un presumido.-Me quejé pero solo lo decía para resistir. Me acerque más a su cuerpo hasta sentarme en su encima ,pero esta vez abriendo mis piernas mientras él se echo de espaldas a la cama.¡Ohh Dios! yo estaba encima de él y podía sentir como su hombría quería entrar en mí. -Mi angel.-Se levanta y acaricia mi rostro, sabe que soy una torpe por mi inexperiencia.-¿Quieres que nos detengámos? -¡No, no quiero!.-Ay tenía que ser sincera de nuevo. -Me gusta que mi esposa sea sincera. Me mira tiernamente, su voz ,su forma de ser, adoraba a este Hans, si tan solo fuera así siempre, creo que podríamos ser un matrimonio real. Me muevo más hasta estar en su centro, él me ayuda con sus grandes manos, me guía , yo lo dejo y sentí una ligera molestia, sabia que estaba deseoso pero no imaginé que tanto, Hans ya estaba disfrutando, podía verlo en sus ojos, en sus labios, como pasaba su lengua para saborearlos. Cerré mis ojos y puse mis manos en su pecho. -¿Va a doler?.-Pregunté, pero sabía que sí, pero que tonta. -Quizás un poco pero creo que después lo disfrutaras. Dejé que sus palabras se quedarán en mi mente y apreté más hacia él, hize presión y lentamente él dirigió mi entrada hacia su desmedida hombría que comenzó a entrar. -Hans.. Quise hablar, pero Hans me besó acallando mi temor y dolor, él sabía cómo, y lo hizo. Por un momento no lo sentí hasta que se movió de nuevo y fue entrando cada vez más, gemí de dolor, eso sí dolió.-Mi ángel abre más las piernas.-Yo obedecí creyendo que sería menos doloroso pero no , era para su entero deleite. Aparté mis ojos y traté de soportar este dolor, ya estaba dispuesta a seguir, no podía retroceder, ya no y tampoco quería. Abrí más piernas mientras Hans besaba mis pechos y se introducía más en mí.-Oh Hans.- El placer de sus mordidas se combinaban con el placer del dolor que fue desapareciendo poco a poco aunque seguía entrando, hasta donde , no sé pero si me excitaba imaginarlo. -Mi ángel, esto es un sueño del que no quiero despertar. -Un sueño que duele Hans.-Dije agitada por el placer de estar dentro de él.-Prefiero una inyección, eso duele menos.-Ya ni sabía lo que decía. Él volvió a reírse.-Mírame Molly, mírame mientras lo hacemos.- Dijo y nuestros labios se encontraron, quería sentirlo por completo, quería más y como si mi cuerpo supiera que hacer, se movió por su cuenta, quería entrar más, quería estar por completo dentro de él. -Mi angel más... Me exigía y yo obedecí como niña buena, pues también queria más. El dolor se fue transformando en un placer indescriptible, quería más así que me moví cada vez más rápido, él apoyado en la cama, cerrando sus ojos viendo como se mordía el labio por el placer que le daba y yo encima de mi gruñón, esto era un sueño, sí, debía serlo. Si ahora no podía mover las piernas no quería imaginar cómo sería con su movilidad completa, sería catastrófico para mi cuerpo. -Molly, Molly.. Su sexy voz diciendo mi nombre hizo que me moviera más rápido, no sé pero mi cuerpo me pedía hacerlo, eso me provocaba un goce increíble ya que dentro de mi se formaba algo, no se, hasta que después de varios minutos montada en su encima exploté, no podía resistir, pero Hans no me dejo descansar, tomo mis caderas y las movió más rápido. -Hans espera, espera... Me quejé, pero es que acaba de tener un orgasmo y de nuevo se formaba otro, mi gruñón no me dejaba ni descansar. -Me gustas Molly, me gustas. -Hans.-Volvi a cerrar mis ojos, arqueé mi espalda dejando caer mis cabellos detrás mientras me movía cada vez más rápido, estaba fuera sí, Hans me tenía loca, no pensé que me pusiera así hasta que me vine de nuevo y él conmigo, fue hermoso, más de lo que imaginé. Caí apoyada en su pecho que era otra tentación, apesar de estar en una silla de ruedas, hacia ejercicio y ese pecho bien marcado lo demostraba. Cerré mis ojos y respiré agitada por el esfuerzo que había hecho, mi cuerpo ardía y mi interior pedía más apesar que acaba de recibir algo especial. -¿Molly?¿Estas bien? -Ajá, creo que sí, no morí.-Sonrió, lo escuché. Los brazos de Hans rodearon mi espalda, me calentaba, pero hasta su toque era matador. Él también se notaba cansado. -Tu cuerpo es muy adictivo Molly, quiero hacerlo de nuevo. -Yo también.-Dije levantando mis ojos para ver qué expresión ponía. -¿Así? Mi ángel atrevida es demasiado sincera. -¿y te gustó? -¿Porque crees que quiero más? Wow, no pensé que dijera que quería más. Me acerque a sus labios y lo besé, mirarlo a los ojos después de lo que hicimos era un poquito difícil, pero la vergüenza ya no existía, volví a acomodarme y otra vez volví a hacerlo mío, era como un si cayera de un rascacielo, que volvía a bajar y subir. Hasta yo me estaba volviendo adicta a él, sabia que después de ser suya, eso pasaría. Él siguió acariciando mis pechos mientras me movía dentro de él, no sé hasta cuánto tiempo más la pasamos, solo mi mente estaba bloqueada después de tantos orgasmos y venidas que Hans me había dado, sí, no me había percatado que no nos estábamos cuidando, pero era mejor así, no creo que pase nada por ser la primera vez, pensé. Solo cuando vimos los rayos del sol aparecer por la ventana es que nos detuvimos. Yo volví a acomodarme en su pecho ya exhausta por el ejercicio s****l que nuestros cuerpos habían hecho. Cerré mis ojos y ya perdiéndome en el paraíso escuché susurrar en mi oído la sexy voz de mi gruñón. -Me perteneces Molly, porfin eres mía mi ángel. Quería decirle que si era suya, que lo era desde la primera vez que lo ví y aunque no fue el mejor encuentro, me alegraba que Hans me dijera que le gustaba, que siempre le gusté. Oh Dios, lo lamentaba por mi primer amor pero me había enamorado de un hombre con su mismo nombre, él ya debía tener su vida y haberme olvidado, pero aún así, yo ahora era feliz, inmensamente feliz ahora con mi Hans, con mi lindo gruñón.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD