Una posibilidad

1729 Words
Se acerca el fin de semestre y las fiestas de fin de año, solo quedan un par de días de exámenes finales antes de pasar oficialmente al que será mi último semestre de la preparatoria. Ha pasado casi un mes desde que hable con Kalila por última vez, y para ser sincero la extraño. Pero ahora estoy con Ericka, no formalmente, pero somos novios ¿eso es formal? Intento no presionarme en cuanto este tema, definitivamente Ericka se esta esforzando y trato de corresponderle, es por eso que no he hablado con Kalila, en definitiva, si hablará con ella las cosas entre Ericka y yo se complicarían, aun que me parece algo inevitable. En algún punto, supongo, volveré a hablar con ella. Siento que le debo una explicación a Kalila al respecto de no estar tan presente y enserio me muero de ganas por hablar con ella. -       Al demonio. Le escribiré. – digo en voz baja prendiendo la computadora. Solo espero, que me haya escrito algo, pero seguramente no ha escrito nada. ¿por qué lo haría? Estoy demasiado presionado al respecto. -       ¿Hijo? – Irrumpió mi madre en el cuarto con voz curiosa. -       Dime mamá – espere a que ella hablará. -       Voy a salir a cenar con Julián – ese era el nombre de su novio, resultó ser un buen tipo y se veía que quería a mi mamá, por lo que me alegre de escucharlo - ¿quieres venir con nosotros? – continuó- El llevará a sus hijos y me gustaría que fueras, si no tienes deberes. Mire de reojo el monitor de la computadora que está prendiendo, tomándose su tiempo, más de lo habitual. Me lo pensé unos segundos. -       Sí, voy má, solo déjame ducharme y salgo, dame 15 minutos. -       El está llegando, tienes 5 minutos. – dijo riéndose un poco de mi cara sorprendida - ¡Ah!, ponte guapo. No muy formal. Cerró la puerta, y en tres segundos yo ya estaba desvestido y en la ducha. el agua fría me servía para concentrarme en lo que estaba haciendo y olvidarme de que había decidido escribirle a Kalila. Salí después de dos minutos y me dispuse a afeitarme, peinarme, perfumarme y lavarme los dientes lo más rápido posible. Cogí un pantalón fresco, unas alpargatas de hombre y una camisa de manta, todo en tonos oscuros de azul. Monocromático y elegante. Cogí mi reloj, estilicé las mangas de la camisa para verme más casual y salí. Mi mamá y Julián ya me estaban esperando para salir. -       Siento haberlos hecho esperar. – mi madre me miro haciendo gesto de sorprendida -       No, para nada, acabo de llegar. No te preocupes. – indicó Julián a lo que yo asentí. -       Te ves muy bien. – Me señaló mi madre muy bajo cuando estábamos por salir – ¡hasta te vez guapo! – Lo dijo con cierta ternura, yo reí por su broma. Si bien no me consideraba guapo, debo admitir que sí, me veía bastante bien. No paso mucho tiempo antes de llegar a un restaurante algo lujoso del centro de la ciudad, la verdad yo prefería comer tacos o algo mucho más sencillo, pero parecía que esta vez serían algunos cortes argentinos. El lugar estaba bien, los hijos de Julián eran más o menos de mi edad, el mayor de 21 y la menor de 17; ambos estaban en sus cosas, sin prestarme mucha atención, aunque mi mamá y Julián insistían en que platicáramos todos juntos. Fue ahí cuando empecé a darme cuenta, mi mamá se veía algo rara, por su parte Julián se veía algo nervioso y de vez en cuando nos veía a todos como analizando lo que iba a decir. Empecé a portarme más a la altura, tenía razones para sospechar que ellos tenían una relación de más tiempo de lo que pensaba. Así que empecé a prestar más atención. En el transcurso de la cena mi madre estuvo algo insistente con los hijos de Julián para hablar con ellos, así que también yo intentaba hacer platica hasta que funcionó. -       ¿Qué vas a estudiar? – me miró Damián el hijo mayor. -       Ingeniería mecánica, en la universidad tecnológica aquí en Mazatlán. -       ¿por qué aquí? ¿podrías ir a estudiar a cualquier parte? Las ingenierías son mejores en el IPN en Ciudad de México. -       Bueno, sí, pero no conozco a nadie allá. – Solo a Kalila, pensé, pero continué hablando – y por supuesto dejaría sola a mi mamá. -       Por mi no debes preocuparte. – interrumpió mi mamá. -       Por supuesto que no, yo la cuido, si tú te vas – replicó Julián. -        Y yo vivo allá, estoy terminando mis clases en la universidad, aún me falta un año y medio para terminar, así que si quieres puedes instalarte conmigo, por que por lo que veo, seremos familia en algún punto. – cuando dijo eso pude notar como mi mamá y Julián se sonrojaron, Julián aclaro su garganta… -       Respecto a eso – Julián volvió a interferir en la conversación – Está comida tiene la finalidad de que ustedes se conocieran entre sí. Y por supuesto hacer más formal mi relación con Ana, ya que sí ella acepta en algún punto nos casaremos. La cara de mi mamá se iluminó notablemente, la hija menor de Julián, Alejandra, hizo una mueca con la boca mientras rodaba los ojos, por su parte Damián solo sonrió; yo no sabía que pensar, la verdad es que me había quedado con la idea de ir a Ciudad de México a estudiar muy presente, claro que me alegraba la parte del compromiso de mi mamá con Julián, pero solo pensaba en la posibilidad de estar cerca de Kalila lo más pronto posible, así podría… -       ¿Le retiro su plato señor? – interrumpió el mesero mis pensamientos previos. -       ¡Sí, por favor! -       Yo estoy estudiando Ingeniería en negocios en la IBERO, mi casa está en Polanco, si quieres puedes ir un fin de semana en estas vacaciones para que veas donde es y sí quieres lo consideres realmente como una opción. Solo vivimos mi hermana y yo en esa casa, y la verdad es que nos queda bastante grande. -       Suena bien – conteste tras pensármelo un poco, - Solo que me temo que tendría que ir en enero, por mi trabajo y por las fiestas. -       Nos tendremos que poner de acuerdo, porque en enero iremos a casa de mi mamá en Cancún… Y bueno, cambiemos de tema. Ale ¿A dónde quieres ir? – dijo volteando a ver a su hermana que no había hablado en toda la noche más que para pedir su cena. -       Que nos lleve él a algún buen lugar – dijo Alejandra señalándome. -       ¿quieren bailar? Porque yo no salgo mucho, pero pues creo que conozco un lugar… -       Eso es obvio – Replicó ella de una manera muy enérgica -       Bueno pues entonces, les hablo a algunos amigos y a mi novia para que nos alcancen. -       Pensé que no tenías novia… - no le tome importancia al comentario, me disculpe y me retire de la mesa para hacer las llamadas. Me tomo un par de minutos acomodar todo, nos despedimos de mi mamá y Julián y posteriormente salimos hacia el antro más exclusivo de la ciudad. La verdad es que yo no salía a ese tipo de lugares, era muy reservado, pero ellos tenían notablemente más dinero que yo, y no les interesaba disimularlo. Ellos se ofrecieron a pagar el consumo de mis amigos y el mío. Ericka aún no llegaba. No me había contestado las llamadas por lo que le envíe dos mensajes de texto para saber si podía y quería alcanzarnos. > > Ella no había contestado y tenía un mal presentimiento a eso, ella siempre contestaba, prácticamente en el acto, o tal vez estoy alucinando, ella debería estar durmiendo ya que era cerca de la 1 am. Sí seguro era eso y yo haciéndome ideas. De cualquier forma, le envíe un mensaje más. > ** Salimos de ahí alrededor de las 5 am y todavía querían seguir la fiesta, pero yo tenía examen dentro de unas horas, así que me disculpe y me retiré, no tenía carro, pero mi casa no estaba muy lejos así que decidí caminar hasta allá, después de todo no hacía mal caminar y me haría bien pensarme la opción que estaba en la mesa, irme a estudiar a Cuidad de México. Eso significaba bastantes cosas, por una parte, moría de ganas de estar cerca de Kalila, pero por otra me aterraba que aún cerca ella decidiera seguir haciendo su vida, pues yo solo era un amigo más para ella. Llegué a mi casa en cuestión de 15 minutos. La computadora seguía encendida y solo apague el monitor. Ya era suficiente por hoy. e mataba la curiosidad de saber si Kalila había escrito algo, pero me temía que no podría dormir si así fuera. Me tumbé en la cama y puse mi alarma para salir en unas horas hacia la preparatoria. *** Antes de salir, ya listo noté que el post-it con el número de Kalila no estaba en su sitio, lo busqué por todo el escritorio y el suelo cercano, pero no lo encontré. Tuve un mal presentimiento al respecto. Me giré para ver si… en efecto. Estaba en el bote de basura, arrugado y el número rayado varias veces por encima… Yo, yo nunca hubiera hecho eso. No estuve tan borracho la noche anterior para haberlo hecho, y con sinceridad aun lo tenía ahí porqué quería escuchar la voz de Kalila en algún momento... ¿Mi madre? No, no creo que hubiera hecho eso, ¿la señora que nos ayuda con la limpieza? Ella no tocaba ese estilo de cosas. Estaba realmente muy confundido al respecto. Pero se hacía tarde y necesitaba irme ya. Tome el post-it y lo coloque debajo de mi teclado. Ya tendría tiempo de intentar recordar o deducir los números del teléfono. Estaba muy liado con esto.    
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