Ericka

2071 Words
Apenas llegue a tiempo para el examen, para ser sincero, no había estudiado nada, pero las matemáticas se me daban bien, y el cálculo no era la excepción. Traté de concentrarme lo más que pude en el examen, pero me era difícil, a menudo me detenía pensando en alguna posibilidad para lo que ocurrió con el número de Kalila, después de eso recordaba que tenía rendir y sacar una buena nota para mantener el promedio. Pero, no mentiré, me fue bastante difícil concentrarme. Espero al menos obtener un 7 para que mi promedio no baje mucho, pero la verdad es que no creo ni llegar al 6, seguro lo repruebo. Tenía que ir a trabajar. Pero antes tenía que pasar a cambiarme a casa, me sentía fatal, sumamente agobiado por un post-it. Bueno, no. No era el papel lo que me tenía sí, era el contenido. Saber que pude haber perdido el número de Kalila me ponía bastante mal. Y además mi cabeza daba muchas vueltas, ¿por qué? ¿en qué momento lo raye? Estaba bastante agobiado y comencé a caminar hacia mi casa. Mi teléfono sonó un par de veces, no quería verlo. Era una llamada, y conocía perfecto el timbre que emanaba el celular, era Ericka. No es que no quisiera hablar con ella, es que realmente no tenía ganas de hablar con nadie. No quería contestarle mal a ninguna persona. Llegue a mi casa y solo me cambié, deje el celular en mi escritorio, tome mi reproductor de música y me fui. Caminé hasta el trabajo, tenía tiempo de hacerlo y el aire me caería bien. * En el trabajo todo estaba normal y me servía perfecto para distraerme. Hasta que voltee y Ericka estaba ahí, buscándome entre la gente. No quería verla, en general no quería ver a nadie, así que me dí la vuelta para ir al área de empleados y a donde Ericka no podía pasar. Había dado tres pasos y alguien me tomo del brazo con algo de fuerza, cuando me giré Ericka me invadió el espació personal y me planto un beso en los labios; si alguien de mis compañeros de trabajo veía eso, podían reportarme. La separe lentamente de mí… -       Ericka, no puedo hacer esto en el trabajo, me regañarán o pueden despedirme – le dije en volumen bajo mientras daba un paso hacia atrás. -       Es que, no te he visto desde antier, y no contestas mis llamadas, pensé que algo te había ocurrido. Por eso vine a buscarte. ¿Cómo les fue ayer? – dijo cambiado de tema. -       Bien, a decir verdad bien. Fui a cenar con mi mamá y los hijos de su novio y después fuimos a “Mándala” un rato. Pensé que te gustaría ir, pero no contestaste. -       Emm… sobre eso… - dirigió sus ojos hacia el suelo y cambio su tono de voz – Estaba algo triste… -       ¿todo está bien? – revisé mi reloj, faltaba una hora para que saliera del trabajo, así que continúe diciendo - ¿quieres cenar? Salgo en una hora, yo no he comido y sería bueno que me acompañaras por unos tacos o una pizza ¿está bien? -       ¡¿Una hora?! Es mucho tiempo – dijo levantando la voz -       Shhhh... baja la voz, me van a regañar. – ella sonrió. -       Está bien. Te espero afuera. – me dio otro beso en los labios y se dio media vuelta con dirección a la salida ** -       Ya está bonita, he terminado por hoy ¿nos vamos? -       Pero por supuesto que sí, guapo. -dijo mientras se ponía de pie, levantándose del banco en el que estaba de manera enérgica y su sonrisa se hacía amplia -       ¿Te molesta que vayamos escuchando música mientras caminamos? -       Para nada – dijo negando con la cabeza mientras empezábamos a caminar. Había hecho aquello para hablar lo menos posible con ella, no quería contarle lo del post-it, ella estaba intentando con todas sus fuerzas tener una relación conmigo, y temó que, si le cuento, ella se ponga mal. Y ya era suficiente con que yo me sintiera, así como para que ella también lo estuviera. Habíamos caminado por unos minutos sin rumbo fijo, hasta que preguntó -       ¿Qué comeremos entonces? -       Yo quiero tacos ¿pero si tú quieres otra cosa, está bien por mí. -       No, tacos está bien. -me sujeto la mano y me sentí algo incomodo cuando entrelazo sus dedos, pero solo le sonreí, lo más honestamente que pude. Pedimos de comer, o más bien de cenar. Hablo acerca de sus exámenes e imagine que era por eso que se sentía triste. -       ¿Te fue mal en alguno? ¿O por qué estabas triste ayer? -       Shhhh, -soltó un largo suspiro- pues tuve una conversación con cierta persona… no quiero hablar mucho de eso, pero enserio tengo que hacerlo, tengo un terrible remordimiento al respecto. -       Oh. – incliné un poco la cabeza, la verdad no entendía nada – pues si no quieres hablar de eso, no pasa nada, hablemos de otra cosa… -       No quiero, pero tengo que hacerlo, dijiste que serías completamente honesto conmigo y yo quiero serlo contigo. – me sorprendí, no entendía muy bien lo que estaba pasando, sentía un poco de remordimiento porque ella me estaba contando y yo no le había dicho lo que me ocurría, para no herirla. -       Me asustas Ericka, ¿Qué sucede? – solté por fin, después de meditarlo un poco y de analizar su semblante, se veía tensa, triste, ella siguió. -       Yo no… no sé cómo decírtelo, así que supongo que solo lo diré… - levantó su vista y miro mis ojos fijamente – se te cayó el papel… -       ¿El papel? – pregunte extrañado, volteando hacia el suelo, buscando a donde ella había señalado con su dedo. -       El papel en el que venías envuelto, bombón… - y seguido de eso estalló en una carcajada tremenda, yo me sonrojé y me reí un poco de su mal chiste. Cuando termino de reírse seguimos platicando, los temas eran variados, y había muchas risas de por medio, ella es bastante agradable, y realmente creo que sí no estuviera enamorado de Kalila, hubiera llegado a sentir algo más por ella en ese momento; se veía hermosa, los ojos le brillaban cuando me veía, sus mejillas se sonrojaban, y tenía una hermosa sonrisa decorada con unos labios rosas carnosos. Después de un rato, era hora de irnos, eran casi las 10 de la noche y ella no vivía precisamente cerca, así que me ofrecí a llevarla hasta su casa. Y ella asintió. Fuimos caminando, a la orilla del malecón, con la brisa y el sonido de las olas rompiendo. Casi no hablamos, y yo lo agradecía, no tenía muchas ganas de hablar. Pero ella interrumpió con algo que me dejó atónito. Estábamos a unos minutos de llegar a su casa… -       Ayer por la tarde, hablé con Kalila… - palidecí, creí que no había escuchado bien lo que dijo, no pude hablar ni emitir ningún sonido, solo seguí caminando igual que ella. Después de un rato ella continúo diciendo- Tomé el número del post-it y le marqué, ella no contestó el teléfono contestó uno de sus hermanos y me la pasaron. Pero antes de que digas algo, lo hice para saber que siente ella por ti… -       ¿tu borraste su número y arrojaste el post-it a la basura? -       Si, pero… - la interrumpí. -       ¿Cuándo? ¿Cómo entraste a mi casa? -       Ayer en la mañana la señora que hace el aseo estaba ahí. Esa señora trabajaba solo tres días a la semana en mi casa, aquello era casi imposible de creer para mí. Solo había una pregunta en mi mente ¿por qué? No quise hablar nada, tenía ganas de gritarle, pero ella no se lo merecía, después de todo, Ericka me estaba contando la verdad, me lo estaba diciendo todo. Solo seguí caminando. Y ella a mi lado. -       No vas a decir nada… -       No. -       ¿No quieres saber que me dijo, qué le pregunté? -       No. – mentí, si quería, pero estaba luchando contra mis emociones, cualquier palabra podía exasperarme muchísimo, prefería que guardará silencio hasta que la pudiera dejar en su casa. -       Le dije que era tu novia, que, si podía preguntarle, qué tipo de relación tenía contigo – Continuó- Kalila se limitó a decir que eran amigos en línea, y que deseaba que nuestra relación fuera buena, que hacía casi un mes que no hablaban, y que te extrañaba, pero que ahora entendía por qué no habían hablado estos días. Le pedí que no volviera a hablarte… -       Ericka, -dije enérgico – dije que no quería saber nada. -       Pero yo solo estoy cuidando de ti, de nuestra relación, Gary… -       Ericka, tu… no tenías derecho a hacer eso. -       Si Gary si lo tengo, soy tu novia. Me gire para verla, su casa estaba delante de nosotros. -       No, no lo tenías, yo nunca he hablado con ella desde que empezó la relación, te he respetado y he procurado que esto funcione, pero lo que acabas de hacer… has cruzado un límite… -       Entiende que lo hice por ti, por nosotros, yo necesitaba hacerlo porque yo quiero hacerte feliz -       ¡Pues acabas de hacer justo lo contrario! – levante la voz, al darme cuenta de la expresión con la que me miraba pause mis palabras para retomar la compostura – será mejor que lo hablemos luego, me tengo que ir. -       No, no te vayas así, estás muy enojado, por favor, perdóname. No fue mi intención lastimarte. -       Pero lo hiciste Ericka. Después hablamos. Ahora tengo que irme – me sujeto del brazo para voltearme. -       ¿Nos podemos despedir? -       Adiós… -       ¿no me vas a besar? – la miré atentamente, no quería hacerlo, pero ella estaba llorando, no quería hacerlo, lo dudé, pero ella se aventó hacia mí, yo la separé sutilmente pero no quería soltarme del abrazo con el que me había prensado. -       Ericka, por favor, déjame irme, nos veremos después. -       No, no te voy a dejar hasta que te despidas de mí. -       Entiende que no quiero, en este momento me siento muy mal. Debes entenderlo, me siento traicionado… -       Yo me siento igual, hace unos momentos dijiste que no habías hablado con ella, pero cuando fui a tu casa, tu computadora estaba prendida, pero el monitor no, cuando lo encendí, vi lo que ella te escribió… ella decía “te quiero Gary” y otras guarradas, te felicito por tu cumpleaños, te contó de su novio, te pedía que se conectarán a cierta hora... tú me mentiste, dijiste que no habías hablado con ella, seguramente borraste tus mensajes…  no sabía si confiar en ti después de leer aquello. Tenía que hablar con ella. Yo solo la escuché, atentó a cada palabra, tenía muchas ganas de llorar, pero no lo hice enfrente de ella, en cuanto aflojo los brazos me solté, no le dije nada, absolutamente nada, solo di media vuelta y empecé a caminar. No me lo creía, ni yo había leído esos mensajes, ¿Qué tanto había leído Ericka? Antes de seguir caminando Ericka volvió a hablar… -       Gary, borré el mensaje donde Kalila te daba su número de teléfono, la bloqué y la eliminé de tus contactos también. Acordé con ella que cambiaría su nombre de perfil para que no la encontrarás. Y así lo hizo… Varias lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos, no volteé a verla, solo seguí caminando, me dolía el pecho, el estómago lo tenía hecho nudos, en la garganta habitaba una bola, las cuerdas vocales las tenía tensas. Me coloqué los audífonos y caminé hasta mi casa, caminé tan rápido como podía, hasta que empecé a correr, necesitaba saber si lo último que había dicho Ericka era real o no. Necesitaba saber si había eliminado su teléfono, si la había eliminado a ella, si la había bloqueado, si Kalila había desaparecido de mi vida a petición de Ericka. Necesitaba llegar lo más rápido posible. No podía parar hasta llegar al monitor. No quería parar. ***
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD