El sueño de una princesa (2)

2274 Words
Hay un momento, justo al despertar en el que no soy yo, mis recuerdos, mi pasado y mi presente, nada existe y me pregunto dónde estoy, quién soy, luego miro alrededor y al ver la ventana me sorprendo de su color, es como si el cielo debiera ser naturalmente rojo, no azul. Y unos minutos después, los recuerdos vienen a mí. – Señorita, tiene visitas, es…, su prometido. – ¿En verdad? – Preparamos el quiosco en el jardín para que tenga su visita, recuerde ser recatada, señorita. – Sí, lo recuerdo. Debo comportarme, mi cabello está bien, mi aliento también, llevo un vestido diferente al de la última vez, ¿cierto?, por favor Sasha relájate y por lo que más quieras, ¡no seas estúpida! – hola – él está aquí, Axel Sharov, sobrino del marqués de Cartemier, el hombre que le pondrá fin a mi maldición, gracias a él seré normal, podré quedarme despierta toda la noche, no habrá más homicidios y saldré de mi exilio – bienvenido. Cuando lo conocí, lo primero que noté fue su altura, después su elegante uniforme con una insignia en la solapa y más adelante su rostro y el gesto analítico con el que me miraba, el hombre amable, atento y brillante que me rescatará como el príncipe de los cuentos, o como el demonio que salvó a la reina del norte, o como el tritón que salvó a la princesa de ahogarse, o como el… – ¡No vas a sentarte! ¡Ah!, cierto. Él es tan amable y tan brillante, y ¿ya mencioné que es atento? – Buenos días, señorita Leonidova. – ¡Buenos, buenos días! El espacio es pequeño, con una mesa redonda y adornos diminutos, durante varios minutos permanecemos en silencio, tengo que pensar en algo – el juego de té fue comprado en Nelsira, mamá dijo que fue hecho por el artesano personal de la realeza. – No es posible, Nelsira tiene un estricto sistema, los artesanos que trabajan para la familia real son exclusivos, si alguno de ellos trabajara individualmente, el rey les cortaría las manos. ¡Ah! – es un castigo horrible. – Es la ley, en este mundo las reglas son lo único que nos separa del caos. ¡En verdad es así!, significa que él está de acuerdo con que una persona sea mutilada por aceptar un segundo trabajo – yo pienso que es horrible, ellos viven de sus manos, no solo los castigan, les quitan lo que más aman – aquella vez cuando le pregunté a la modista ella me dejó ver sus manos callosas y se escuchaba feliz, su trabajo, su experiencia, todo estaba en sus manos y sí las perdiera, sería como perder su sueño. Axel baja la mirada y…, ¡ahí está!, ese gesto, el mismo que se forma cada vez que me visita, dije algo estúpido, puedo sentirlo y quiero cambiar el tema para borrar esta sensación – este dulce jamás lo había probado, me gusta mucho. – Es de Selder, lo llaman, ¡gotas de miel! – Es muy dulce y muy suave, Selder debe ser un país muy afortunado – ¡ay no!, de nuevo esa mirada, ¿qué fue lo que dije?, ¿qué fue esta vez?, ¿qué hice mal?, solo es un caramelo, ¿en qué me equivoqué?, di algo por favor – ¿no lo crees? – Yo no llamaría a Selder ¡afortunado!, su situación es complicada. ¡No fue por el dulce! – no lo sabía, ¿qué sucede en Selder? – Muchas cosas, el nuevo rey es joven, por ejemplo. – Entiendo, las sucesiones son complicadas. ¡Ahí está de nuevo!, es la tercera vez, debí quedarme callada, esta maldita boca mía, ¿qué demonios hice mal esta vez? Suelta un resoplido – es complicado, tendrías que estar familiarizada con la historia político–económica de Selder y sus relaciones con los países vecinos para poder entenderlo. – Tú la conoces, ¡podrías contarme! – No es algo por lo que tu pequeña cabeza deba preocuparse. De nuevo esa mirada, esa mezcla de fastidio y resignación con la que siempre me mira y que parece decir, ¡no sabes de lo que hablas!, ¡pierdo mi tiempo explicándote!, ¡tienes una cabeza muy pequeña! Rápido, tengo que hacer algo. Es – es verdad – sonreír, tengo que sonreír mucho – no me preocuparé. Los adornos no son de Nelsira, son locales, comprados en el mercado porque papá dejó de enviar suficiente dinero, yo lo sé, solo quería parecer interesante y romper el silencio, tampoco debí hablar sobre un reino que desconozco, pero, sí no hablo sobre la comida, ¿de qué puedo hablar? Fui exiliada por mi familia, no tengo acceso a libros o a periódicos, desconozco todo lo que pasa en el mundo y la única persona que me visita, me echa en cara todo lo que ignoro, ¡cómo si fuera mi culpa! – Habrá un baile en un mes, por el festival de las flores. ¿Me está invitando? – Debido a tu situación, me gustaría… – Si. – Invitar a otra mujer. ¿Eh? – Me alegra que lo entiendas, será solo para ser parte de la celebración, nada importante. – ¿A quién? – tengo miedo y mis labios están temblando. – Nadie por quién debas preocuparte. Si dices que no necesito enterarme de los conflictos entre países extranjeros, entonces es así, y si dices que no debo preocuparme por leyes y castigos, también lo entiendo y si me dices que no debo preocuparme por esa otra mujer, no me queda otra cosa más que sonreír y decir – ¡espero que te diviertas mucho! – Es un festival, el único propósito es divertirse. – Cierto. Quiero decir algo más, algo que me haga parecer interesante, o culta, o todas las cosas que no soy. – Debo irme. – ¡Tan pronto! Está mirando el reloj que dejó sobre la mesa, debió venir con poco tiempo disponible, siento que acaba de llegar, solo he visto su rostro un momento y no volveré a verlo hasta después del festival, ¡no quiero que se vaya! – por favor, quédate un poco más. – Tengo asuntos que atender. – ¿Qué asuntos? – Nada por lo que debas preocuparte – se levanta, toma su saco para ponérselo y desvía la vista hacia el jardín – este lugar, es exactamente cómo tú. Se refiere al jardín, al bosque, o a las flores, acaso, ¿acaba de decir que soy hermosa? – lo es. Me sonríe – vendré en cuánto pueda. – ¿Y cuándo será eso? – Pronto. – ¿Qué tan pronto? – lo sigo hasta la entrada del quiosco con esperanza, tal vez pueda verlo antes de un mes o quizá cambie de opinión y le pida a mi padre llevarme al festival de las flores o tal vez… – Pronto. ¿Qué cantidad de tiempo es ¡pronto!? Hay una ráfaga de viento y está alborotando mi cabello rubio, los sirvientes recogen los platos y…, ¡el reloj!, su padre se lo regalo, de prisa, tengo que tomarlo y alcanzarlo antes de que se vaya, es un reloj importante, siempre que viene a verme pasa todo el tiempo mirándolo, este reloj, tengo que devolvérselo, ¡ahí está!, ¡Axel! – ¿Cómo te fue con tu prometida? – pregunta un hombre montado a caballo. – Es tan estúpida como siempre. Creo, que escuché mal, ¿cierto?, porque, sí tú, mi salvador, dices que soy estúpida, ¿qué otra cosa me queda?, ¡aparte de serlo! Voltea a verme. – Olvidaste tu reloj, me dijiste que era muy importante. Su mirada es de sorpresa y su compañero se cubre los labios y mira hacia atrás. – Sasha, tú… – ¡Dime! – esta debe ser la primera vez que mi prometido se queda sin palabras – quizá, nada por lo que mi pequeña cabecita deba preocuparse – me doy un pequeño golpe en la frente indicando lo vacía que está mi cabeza – ¿cierto? – Vendré a verte en cuanto pueda. – Lo sé. Dicen que los sueños no duelen, pero, desde que tengo memoria, mis sueños siempre han sido dolorosos. El viento sopla y trae consigo el aroma de las naranjas, mirar los árboles y la forma en que el viento agita sus ramas es mi única actividad, aún es temprano, pero me gustaría quedarme dormida. ***** ¿Qué clase de mierda fue esa? – ¿Por qué de todas las cosas en este mundo tengo que soñar con una persona tan patética? – ¿De quién te quejas? Lo único que me faltaba – ¿qué quieres Epidemia? – Nada en particular – dice y se pasea enroscando su cabello verde entre los dedos – escuché que te recuperaste y Tinieblas quiere saber sí participarás en la confrontación. ¡Recuperarme!, perdí la mitad de mi alma, no tengo sensibilidad en la parte izquierda de mi cuerpo, mi piel está quemada, necesito apoyarme en un bastón para caminar y sí no fuera por Viola estaría muerto – ¿no es él nuestro padre?, sí pensara en curarme ya habría venido a verme, dile que estoy para él como él está para mí, es decir, toma mi dedo medio y mételo por dónde te entre. – Eso pensé. La guerra que mi padre inició, me importa una maldita mierda, todo lo que quiero, es dejar de tener esos ridículos sueños. – Tengo hambre, Viola, ve por un bocadillo. ***** ¡Quiero vomitar! Eso no fue un sueño, fue una pesadilla, me comí un…, un ¡bebe!, no, era otra cosa, tenía la forma de un bebe, pero la piel estaba roja y quemada, no tenía ojos y era muy inteligente, manipuló a una bestia para defenderse, y ¡por todo el patio de Verium!, sus dientes eran puntiagudos, voy a vomitar de nuevo. – ¡Señorita! Nunca había tenido un sueño tan horrible. – Señorita, el joven Sharov desea verla. ¿Qué?, ¡él vino!, ayer estuvo aquí para visitarme y hoy volvió – voy – necesito limpiarme, peinarme, tengo que estar lista, no pueden saber que vomité, él está aquí, vino a verme y se ve tan lindo como siempre. Pausa, mi aliento, bien – buenas tardes. – Buenos días – me responde. Cierto, es de mañana, ¡qué tonta! – no pensé que regresarías tan pronto, aunque ayer lo dijiste, que vendrías pronto y hoy es pronto. – Me escuchaste ayer. Mis manos se aprietan – ¿escuchar qué? Su mirada baja en ese gesto con el que estoy tan familiarizada, me siento un poco aprensiva, debo decirle que no escuché. – Planeaba hacerlo tarde o temprano, y veré esto como una oportunidad. ¡No lo digas!, por favor, ¡no lo digas! – Sasha, quiero romper nuestro compromiso. – ¿Por qué? – Notificaré a tu padre en cuanto pueda. – ¿Por qué? – tengo que insistir, no puedo dejarlo ir así – siempre dices que te da gusto verme y ayer dijiste que era hermosa. Frunce el ceño – jamás lo dije. Sí lo hizo, estoy segura, no lo soñé, sé que mi imaginación se desborda y todas las noches veo criaturas horribles, pero no lo soñé – sí hay algo que hice mal puedo corregirlo, solo, ¡por favor!, no rompas el compromiso, dame algo de tiempo, déjame intentarlo, puedo hacerlo mejor, dime qué necesitas que haga y lo haré, en verdad. Mis lágrimas caen sobre sus mangas y él aleja sus manos evitando que yo pueda aferrarme, ¡por favor, no lo hagas, no me dejes!, eres mi salvador, el único que puede ponerle fin a mi maldición, sin ti tendré pesadillas por siempre. – Después del festival de las flores, se volverá oficial. – No lo hagas, te lo imploro. – Cuídate, Sasha. – ¡Por favor! De nuevo ese gesto, a fuerza de verlo aprendí su significado, pero nunca quise aceptarlo, cuando Axel me mira, él siente lástima, creí que podía salir adelante, ser obediente, olvidar los desaires, los gestos de desagrado, jamás molestarme y siempre sonreír, pero nada funcionó, no sé qué más hacer. – Señorita, ¿se encuentra bien? ¿Por qué?, ¿qué fue lo que hice mal? ***** Yo te lo diré, ¡eres patética!, eres tan insufrible que podría matarme solo de escucharte, y lo más que rabia me da, es que estés llorando por un idiota que jamás te quiso, ¡cómo es posible que no te des cuenta!, te dio muchas pistas, cuando miró el jardín no quiso decir que fueras hermosa, dijo que eras simple y vacía. ¿Qué mierda haces con ese idiota?, sí ese imbécil fuera real ya le habría metido la punta de mi lanza por el trasero y se la sacaría por la boca. ***** Cállate, tú no lo conoces, Axel es amable, él nunca me lastimaría, deja de decirme esas cosas tan horribles. ***** Alguien tiene que decírtelas, maldita sea, ¿por qué estoy discutiendo con un invento de mi imaginación? ***** ¿De qué estás hablando?, tú eres un invento de mi imaginación, ¡yo soy real!, y tú no. O eso es lo que yo creo, pero, sí no fuera así, sí todo en lo que creo fuera una fantasía, si la realidad estuviera torcida y tanto tú como yo fuéramos reales, ambos malditos, entonces, ¿cómo podemos ponerle fin? ¿Tú también necesitas enamorarte? – Demonio de cabello rosa, ¿quién te maldijo? ***** – Princesa patética, ¡es una larga historia!
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