No tendría que haberse acordado de eso cuando estaba entre sus piernas, sus caderas aumentaron el ritmo y los movimientos se hicieron mas bruscos y toscos, salía y entraba en ella con rudeza, lastimándola, ella grito, lloro y le pedía que parara, mientras trataba de empujarlo y cerrar las piernas, lo ruegos penetraron en su cabeza y se detuvo. _¡Andrea, lo siento, lo siento! ¿Estas bien? _¿Porque me hiciste eso? ¡Me lastimaste! _¡Perdóname, lo siento!. Yo no quería hacerte daño…… yo, yo te vi ese día, con ese universitario ebrio en la fiesta de la fraternidad. Los celos me cegaron, no pude evitarlo. ¡Lo siento! _¿Tu…? ¿Tu me… me viste en esa fiesta? – él asintió y ella lloro – Fue horrible, una estupidez, no se como es que me atreví a hacer eso, yo, yo era virgen, quería que fuera alg