Sin salida

1651 Words
Andrea estaba muy emocionada porque, Gris; su mejor amiga, le dijo que su novio era muy amigo de George Curi, el chico de la prepa que la traía de cabeza. Sus amigas le decían que estaba loca. Sí, el niño estaba muy guapo, pero era un “nerd súper ñoño”, sin embargo, a ella no le importaba. George era muy alto y tenia un cuerpo atlético, aunque usaba lentes no eran tan gruesos y llevaba siempre el cabello muy bien peinado, le encantaba y le habría gustado comérselo a besos. Tenia una voz firme, clara y profunda, adoraba escucharlo hablar en clase y se enamoro. Siempre imaginaba que le hablaba muy cerca al oído y se estremecía de solo pensarlo. Andrea aun era virgen a diferencia de sus amigas y quería, como cualquier colegiala tonta, que su primera vez fuera muy especial. Estaba segura de qué, si perdía la virginidad con George Curi, nada podría ser mas especial que eso. Despertó a las seis de la mañana, irritada por ese sueño estúpido. Era un sueño recurrente de años atras, aunque hacia tiempo que no lo tenia y casi lo había olvidado. El sueño se dividía en dos partes y era seguro que cualquiera de estos días soñaría con la segunda, la cual era la peor parte del sueño. Se quedo un rato mas en la cama, pero ya no pudo volver a dormir. Darío se había ido a media noche. La situación de la empresa era terrible, su capital de inversión no era ni la octava parte de lo que se necesitaba. Tendrían que vender activos de la empresa, los coches, la casa de Darío e incluso su departamento y, aun así, todavía faltaría cubrir la indemnización de los inversionistas, eso sin contar los gastos de operación para que la empresa siguiera trabajando con normalidad y además, los gastos del abogado defensor de Darío. No podía permitir que Crystal y sus padres se quedaran en la calle. Los abogados de Kuribreña estaban trabajando en soluciones integrales para el problema, así que, podría al menos por unas horas, olvidarse del problema y seguir su día normal, ya que, hasta la hora de la reunión no podía hacer nada. Mientras se sentaba a desayunar, se preguntaba ¿que ganaría Jorge Kuribreña con todo esto? El hombre estaba tomandose muchas molestias para ayudarlos y no podía creer que lo hiciera solo porque eran miembros de la misma Asociación. ¿Y si pretendía quedarse con la empresa? ¿Y si él planeo todo y le puso una trampa a Darío? ¡Por Dios! Si que estaba paranoica. Kuribreña era un gran inversionista, ¿que le podría interesar de una empresa tan pequeña? Si estaba acostumbrado a adquirir grandes transnacionales y monopolios internacionales, sería como un tiburón nadando en una piscina. Decidió, como siempre en su vida, aceptar que no podía hacer nada al respecto e iba a disfrutar del desayuno y a tratar de ser positiva. Había una gran sala de conferencias en el Hotel Continental, ahí se llevaría a cabo la reunión con los Franco. Ademas de ellos dos serian también su abogado y su gerente financiero. Por su parte serian: su asistente, sus dos abogados financieros, su gerente de adquisiciones, su abogado penalista y su abogado civil quien redactaría el acuerdo que Andrea tenia que firmar. Cuando los Franco llegaron, él ya estaba sentado presidiendo la mesa. Aline, su asistente, estaba sentada a su derecha y enseguida de ella todos los demás. A su izquierda se sentó Darío y al lado de este Andrea, después el abogado y su gerente. Los saludos fueron demasiado formales y sin perder tiempo pasaron una hora exponiendo la situación y una vez que todos estuvieron de acuerdo en que se entendía a la perfección la crisis financiera por la que atravesaba Franco Consultores, pasaron a exponer las consecuencias de las malas decisiones financieras que había tomado Dario Franco. Después de dos horas, por fin se expuso sobre la mesa las posibles soluciones y el nivel de control de daños que cada una ofrecía. Andrea no supo como paso el tiempo tan rápido que ya eran las 8 de la noche, tenia la cabeza a punto de estallar y Darío lucia completamente devastado ya que ninguna de las soluciones era tan buena. Las habían analizado una y otra vez, todas y cada una tenían cierto nivel de daño que no terminaba por convencerla. En todas tenia que renunciar a una u otra cosa y no estaba dispuesta a renunciar a nada, en pocas palabras, necesitaban un milagro. Y en todo ese tiempo, Jorge Kuribreña no dijo una sola palabra, se limito a mirarla tan intensa y fijamente que ya estaba harta que quería gritarle. La exasperaba que se limitara a comentarle cosas a su asistente en voz baja. Aprovechó una de esas ocasiones para anunciar que tenia que realizar una llamada y así poder salir un momento. Aline también aprovecho para infórmale a todos que harían una pausa para descansar, tomarse un respiro y comer algo y dio indicaciones para que los meseros atendieran a todos. Afuera ya los esperaba una cena tipo buffet. Todos respiraron aliviados, se levantaron y se dirigieron rumbo a la puerta. Andrea se levanto, le puso una mano sobre el hombro a Dario y salió de la sala. Entro a los servicios de la sala de conferencias que estaban desiertos, obviamente al ser solo dos mujeres en la mesa. Eran lujosos y muy limpios. Salió de un cubículo y una chica le ofrecio jabón liquido, se lavo las manos y le entrego una toalla para secarse. Al verse en el espejo se noto cansada y fastidiada, casi al borde de la depresión que no le era desconocida. No tenia idea de que opción tomar, ninguna era realmente buena, no como pensó que serian y aun cuando las dudas en contra de Kuribreña se despejaron, eso no le ayudo en nada. Su hermano estaba perdido, no había ninguna opción viable y eso lo tenia casi al borde del llanto, pero esperaba que fuera lo suficientemente fuerte para no hacer el ridículo delante de todos. Cuando regreso todos seguían afuera, unos comiendo y otros fumando, entro a la sala y vio a Darío llorando inclinado sobre la mesa muy cerca de Jorge, este movió la cabeza en su dirección y Darío rápidamente se limpio las lagrimas y se giro para verla. _¿Que pasa? –Jorge la miro fijamente de nuevo y su hartazgo subió dos grados. En cualquier momento iba a perder los estribos y le gritaría. Le ponía los nervios de punta que no hablara y solo la observara. _Nada Andy –se aclaro la garganta para pasar el nudo que le cortaba la voz. Iba a decir algo, pero el sonido de las conversaciones se apago y poco a poco todos regresaron y tomaron su lugar. Al final, Aline llego con un camarero, el chico retiro la taza y el platito que estaban frente a su jefe y se retiro cerrando la puerta discretamente. Aline fue directo a su lugar, pero no se sentó y todos la miraron cuando comenzó a hablar. _¡Señores, Señorita Franco! Ya se ha expuesto la situación, se han analizado las potenciales soluciones, se han calculado los riegos y se ha determinado el control de daños. La situación es muy complicada, no hay solución sin perdida. La único que falta es que el Sr. Franco y su hermana tomen una decisión y nos informen cual es el plan a seguir. Mañana mismo, sea cual sea su decisión, podemos iniciar el proceso y tomar las medidas necesarias, ya que, como saben todos, nos hemos preparado de antemano para cualquiera de los escenarios para no perder tiempo. Sr. Franco y Señorita Franco, ustedes tienen la ultima palabra. Después de eso se sentó y presto atención a lo que su jefe le dijo en voz baja, asintió y abrió su iPad. Darío levanto la cara, miro a su alrededor, luego miro a Jorge con expresión suplicante. Andrea odiaba verlo así ¿que era lo que le suplicaba a ese hombre que se mostraba tan frio e inexpresivo? Luego la miro a ella, la expresión de su cara era desesperada y sus ojos suplicantes. Se aclaro la garganta y hablo. _De ante mano les agradezco a todos su apoyo y la asesoría. Si, es una situación muy complicada, ahora veo que fui muy estúpido. No hay solución que pueda contener todo el daño y evitar la ruina de mi familia. Así que… tomo la decisión que nos conviene más y voy a afrontar las consecuencias de… _¡No, Darío no! –su voz apenas era un susurro porque sabia muy bien lo que eso significaba– No voy a permitir que vayas a la cárcel. _Andy, esta bien, déjalo así. Vamos a vender todos los activos de la empresa, los autos y mi casa, tengo algunas inversiones al igual que mi hermana. Jorge me asegura que podríamos llegar a una clase de acuerdo y que en seis meses puedo salir en libertad condicional. Pero lo que mas me interesa es llegar a un acuerdo para que los bienes de mis padres no se toquen. Podríamos, no sé, solicitar un crédito y… _Con la situación actual de la empresa, no creo que ningún banco nos otorgue un crédito –dijo el gerente de finanzas con determinación y algo de tristeza en la voz. _Pero Jorge puede, ¿no es así? En nombre de nuestra amistad. Andrea odiaba tanto verlo suplicarle a Kuribreña frente a todos y antes que él pudiera decir una sola palabra, se levanto y golpeo la mesa. _¡No lo hagas! No sigas humillándote de esta manera. Haremos lo necesario, venderé mi departamento, incluso liquidaremos el fideicomiso, lo que sea. _¡Cálmese, Señorita Franco! Jorge incluso se sorprendió así mismo cuando hablo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD