Aless.
No lo pude evitar y tapó mi mano con mi boca al dejarme caer en la silla junto a mi. Por supuesto que no puedo ser más tonta.
Mi tío era hermano de mi madre y olvidé por completo mencionar ese dato.
Cuando giro mi rostro para hacérselo saber a la enfermera, ella ya no está aquí asique voy a esperar a que llegue su médico para informarlo.
Vuelvo mi atención a mi pequeña. Es tan frágil que no creo que la vida sea justa con ella.
Mi celular comienza a vibrar dentro de mi bolso y enseguida noto la cantidad de mensajes que tengo sin responder.
La mayoría son de mis amigas preocupadas por mi pequeña. Brevemente les cuento las novedades que tengo y ellas se ponen a disposición para lo que nosotras necesitemos.
-Salir de aquí con mi hija a salvo, necesito.
Ya creo que estoy volviéndome loca que hablo sola. Miro la hora en el celular y noto que han pasado apenas seis horas desde el incidente. Realmente siento que llevo años aquí dentro.
Me concentro en mi pequeña y noto que comienza a removerse, asique me dispongo a hablarle para que esté tranquila.
El sonido de la máquina que marca sus pulsaciones me indica que ya está saliendo de su estado actual y una sonrisa surca mi rostro. Tengo que ser fuerte, me digo una y otra vez.
-Hola, princesa mía. ¿Cómo estás?
Dos gruesas lágrimas caen de sus ojitos miel y me parten el corazón al instante.
-Está mamá contigo mi cielo. No te asustes.
-Mami. ¿Qué estoy haciendo aquí?
-Te caíste de la hamaca mi cielo y te trajimos al hospital porque mamá se asustó mucho.
Ella, siendo tan inteligente como es, comienza a mirar con sus ojos muy abiertos todo lo que la rodea, hasta que levanta su mano izquierda y ve la intravenosa que tiene colocada y puedo ver como sus ojos cambian la expresión de asombro a miedo en un instante, asique trato de hablarle para que esté calmada.
-Te pusieron eso para darte líquido con un remedio, mi vida. Todo está bien.
Ella asiente aún asustada, pero puedo ver lo valiente que trata de ser para mí.
-Esta bien mami. No llores.
No había notado que estaba llorando hasta que me lo dijo. Puso una mano en mi mejilla y yo inclino mi rostro para sentir su piel junto a la mía.
-Buenas tardes mis queridas amigas- entra el doctor que la recibió.
Nosotras giramos nuestro rostro hacia el lado izquierdo donde el se para para escuchar atentas lo que tenga que decir. La enfermera rubia pasa por detrás mío para anotar algo en una planilla y yo trato de concentrarme en el doctor.
-Usted, señorita, ha dado una excelente paciente.
Mi hija le sonríe y puedo ver el orgullo pasar por su mirada asique yo también le sonrio.
-Tal parece que pronto podrás regresar a casa, preciosa. Me gustaría hablar con tu mamá un instante. ¿Me la prestas?- sus cejas se levantan con una sonrisa que transmite tranquilidad y yo siento que puedo volver a respirar.
-Si. Un ratito nada más así me voy a casita.
-Esta bien, princesa. Ya regresamos.
El doctor me hace una seña para que lo acompañe afuera. Yo asiento con mi cabeza y me levanto girandome hacia mi pequeña.
-Mamá ya vuelve. Voy a hablar con el doctor mientras está linda enfermera se queda contigo.
-Si, mami.
La enfermera nos sonríe y eso me da algo de tranquilidad, así que decido seguir al doctor. Paso mis manos por mi pantalón, que se encuentran muy sudadas. El doctor ya me espera al costado de la puerta con un expediente médico en sus manos.
-Estuvimos revisando los análisis y podemos notar que ya estuvo en emergencias por un caso de gripe. ¿Eso es así?
-Si doctor- los acontecimientos del último mes vienen a mi mente- ha estado resfriada por unos cuantos días y la traje para que le dieran medicación. - lo miró y veo que me escucha muy atento- como hoy la vi mejor decidí llevarla al parque a que tome aire.
-Eso explica la cantidad de glóbulos blancos que arrojan los resultados. Aún no está del todo curada esa gripe. Con la medicación que le dimos se espera que ya pueda lograrlo.- yo asiento haciéndole ver que presto total atención a lo que me dice.- Le vamos a dar el alta y le recetaré reposo y un antibiótico que le ayude a explicar el virus gripal. Asique ya pueden ir a casa.
-Muy bien. Gracias.
Que susto me dió esta gripe, pero ahora podemos ir a casa tranquilas.