Bran.
Luego de aclararle lo que es un hermano Salvador y supiera todas las opciones que tenemos, decidimos intentar hacer esto por Noemí. Se supone que es un proceso que no lleva mucho tiempo. Se deben extraer alguno de sus óvulos, algunos espermatozoides y esperar que la ciencia haga lo suyo.
Por mientras tenemos la parcial tranquilidad de que la quimioterapia va a ayudar a nuestra hija a mantenerla estable y podremos ir a casa.
Casa. No tengo casa acá pero es algo que pronto voy a solucionar, en cuanto sepa donde viven. No pienso apartarme de mi hija ahora que la tengo conmigo.
Cuando el doctor vuelve a las dos horas, Noemí ya está despierta y feliz de que puede ir a su casa y que me va a llevar para mostrarme todo lo que tiene.
-Buenas tardes, señores. ¿Tomaron una decisión? Disculpen que sea directo pero hay que buscar las alternativas. - se apresura a aclarar.
-No pasa nada. Se la urgencia del caso- le digo. - Estamos de acuerdo con proceder en su sugerencia.
-Muy bien. Entonces no me queda más que darle el alta a esta pequeña valiente para que valla a casa,- le regala una honesta sonrisa- solo si promete que va a venir una vez a la semana a hacerse el tratamiento. -condiciona.
Yo la miro a los ojos y ella me sonríe de costado.
-¿Tu vas a venir conmigo, Brandon?- me pregunta con sus ojitos aguados.
-Por supuesto que si, princesa. Todas las veces vendré contigo.- acaricio su mejilla y borro las lágrimas que escapan de sus ojitos miel.
-Entonces si, porque mi mami siempre está conmigo y ahora Brandon también. - mira al doctor mientas apoya su rostro en mi abdomen.
-Muy bien. ¿Puede acompañarme a firmar los documentos señor Ferreira?- me pregunta y puedo ver las dudas en su rostro.
-Si. Ya estoy con usted. - miro a mi hija a los ojos y la tranquilizo.- voy a firmar tu alta y ya regreso. ¿si?
Ella me dice que si con un movimiento de cabeza y miro a Alessandra para indicarle que ya vuelvo.
-Ya vuelvo, Alessandra. - es la puerta vez que hacemos contacto visual directo desde el café.
-Ve tranquilo que aquí vamos a estar.
Salgo de la habitación y mientras lo sigo a enfermería trato de hablar para sacar sus dudas, pero el se adelanta.
-Pude notar que no le dice papá. Disculpe mi intromisión pero me causa curiosidad.
-La verdad es que me enteré ayer en la mañana que es mi hija. No tiene de que disculparse. Yo vivo en otro país y por eso demoré en llegar- pienso en que mi hija me necesita y me rio antes de aclarar- Vivía en Uruguay, pero creo que ya no.
-No hay problema. Solo quería saber. Ahora hablando entre colegas, ¿le explicó todo el procedimiento a la señora Lioret?
-Si. - suspiro- Aparentemente le quedó claro.
-Bien. Si quiere ya que está afuera puede hacer la primera parte. Pude notar que es difícil que se desprenda de su pequeña, igual o más que la mamá.
-Mejor así. Si. No quiero dejarla sola - me levanta las cejas haciendo alucion a que no esta sola- Esta bien, colega. Mi pilló. - emito una sonrisa nerviosa- No quiero alejarme más que el tiempo necesario de mi hija. No puede culparme. - me defiendo
-No se preocupe. Ja ja. Yo no tengo hijos pero le aseguro que tampoco me apartaria.
Me da un golpe en el hombro y paso a firmar los papeles que corresponden al alta médica de Noemí. Luego bajo un piso al área de reproducción asistida con el expediente de mi hija para registrarnos y prepararnos para comenzar con todo.
En menos de lo que esperé tengo una hija y muy pronto otra u otro. Solo ruego que las posibilidades estén a nuestro favor y no haya que repetir todo porque no hay mucho tiempo y tampoco vamos a jugar a la familia feliz con niños inocentes.
Agradezco haberme duchado en la madrugada mientras ellas dormían para poder hacer esto. No es agradable, pero todo lo que haya que hacer por mi princesa lo haré, así tenga que recorrer el mundo buscando ese uno por ciento.
Terminado todo el proceso, que se puso lento por mi ansiedad de volver con mi hija, salgo corriendo para su habitación. Supongo que ya deben de estar casi listas para irnos a su casa.
En el camino me topo al doctor.
-Pídale a la señora que venga a firmar su parte y de ese modo gana tiempo para hacer lo mismo que usted. - sugiere cuando ve los documentos en mis manos.
-Esta bien, doctor. Gracias.
Al entrar la veo sentada en su cama, pero ni cerca de estar lista.
-Pense que te querías ir. - pongo mis manos en mis caderas mirando incrédulo a mi princesa.
-Si, pero quiero que me ayudes a elegir que ponerme. - me dice con esa voz tan angelical.
-Ja ja ja. Esta bien princesa. - me giro hacia Alessandra y le comunico. - El doctor pidió que vallas a firmar los papeles de alta, también. Después te toca bajar, yo ya lo hice. -
-Esta bien. - me contesta y se retira.
-Vamos a ver como vestimos a la princesa.
Afuera no hace frío, pero elegimos un vestido de hilo que le llega a sus rodillas, unas medias para usar debajo y unas sandalias cerradas.
Cuando elijo su ropa, va al baño a cambiarse. Se ve preciosa y sus mejillas rosadas me dan años de vida.
-¿Como me veo, Bran?- pregunta timida.
-Como la princesa mas linda del mundo. - la abrazo muy fuerte a la vez que ella tambien rodea mi cintura con sus brazitos y beso su cabeza antes de colocarle una tiara para sacar sus cabellos de su rostro. Se tomó su tiempo, pero el justo para que Alessandra esté de regreso y nos puedamos ir los tres juntos.