La sala de exhibición estaba cerrada, los guardias de seguridad custodiaban la puerta y un equipo especial estaba apostado en la entrada. Julián se sintió un poco aprensivo y aflojó su corbata – sonríe, yo negociaré – se aclaró la garganta y se preparó para hablar en el lenguaje del comprador – señor Landevon, me da mucho gusto verlo, este es el experto que le mencioné, Dominick Kilian, no se deje llevar por su edad, está muy capacitado, fue él quien detectó que el collar de la amante del rey Maximiliano Daemonium era falso, es muy conocido en nuestros círculos. Escuchando tanta palabrería Dominick se sintió cansado, se tronó el cuello y al mirar hacia el techo descubrió que había una persona mirando desde una de las ventajas y rápidamente se escondió de su vista. – Entiendo, claro, Dom