Ella es igual a mí

1861 Words
"Saber como ser una esposa" Esa palabra se repite una y otra vez en mi cabeza, mientras estoy sentada en el asiento trasero de un auto, que me lleva a la casa que será mi hogar durante los próximos dieciocho meses. —¿Todo bien? —me pregunta Arya, quien me hace compañía. Reacciono sacudiendo mi cabeza y pensamientos, para asentir con calma. —Solo estaba distraída —contesté, manteniendo la mirada en mis rodillas. —Oh, eso es normal. Casarse es una experiencia única. Yo no dejaba de temblar de nervios cuando me casé con mi esposo, y aunque las circunstancias de tu boda y la mía son distintas,no deja de ser un momento inolvidable. El auto giró a la derecha y continuó con el camino, cada vez nos acercabamos más. —Es por una buena causa —me dije en mis pensamientos. —Me pregunto si Pax ya estará con el abogado y juez, voy a llamarlo —ella sacó su celular, procediendo a averiguar si su hermano ya tenía todo listo, la confirmación, fue la sentencia a mi destino. No pasó mucho tiempo, hasta que llegamos a la casa Palmieri, aunque llamarla casa, sería un insulto. —¡Vaya! —dije, sin contenerlo. —Lo mismo dije cuando mi hermano la compró. Le hizo unas remodelaciones y quedó aún más lujosa y espectacular. Es una mansión muy grande, lo cual no me explica la razón de que su antiguo dueño viviera solo aquí. —¿Solo? —Tal vez hayas oído de él, se llamaba Bernard Bercelli. —Por supuesto, conocí a su familia. —¿En serio? —dijo sorprendida. —Digamos que fue algo accidental, ocurrió hace años. —Que raro, nunca te he visto en esas fiestas. —Solo ocurrió una vez. Mi ex esposo fue invitado a un evento que hizo la empresa "Bercelli" y yo lo acompañé —declaré, omitiendo parte de la verdad. En realidad, Zack me había obligado a ir. Apenas habían pasado unos días desde que fui encerrada por él, cuando una de sus empleadas entró con un vestido en las manos. "Que desperdicio que un vestido tan bello, se gaste en ti". —Es cierto, estuviste casada. Entonces, esto no es nada nuevo para ti, estarás bien —Arya sonrió, invitándome a seguirla. … Nos recibe un mayordomo, quien se hace a un lado para que pasemos. Arya le hace unas preguntas, y al obtener las respuestas, vuelve a mí. —Vayamos a la sala, están esperándonos. Sigo a Arya, hasta llegar donde los hombres están esperando. Pax al verme, se aleja de su abogado y da la orden de subir a su despacho, donde el juez está esperando. Arya y algunos de los empleados asienten, y suben al lugar indicado, yo estoy por hacer lo mismo, pero él levanta la mano, haciendo una señal de que debo quedarme. —¿Pasa algo? —quiero saber. —Quiero que todo sea transparente, no deseo tener un gran dolor de cabeza más adelante. El abogado me entrega un bolígrafo, haciéndome la señal de que debo firmar el documento que está sobre la mesita de centro. —¿De qué se trata? —exijo saber. —Es el contrato del que tú y yo hablamos en la oficina. Me estás dando un servicio como esposa temporal, y yo te pagaré. Gozarás de algunos beneficios, así como responsabilidades, tales como… —¿Asistir y organizar galas como su esposa? —añado, al leer las líneas. —Por supuesto —agrega—. En la oficina te dije que harías las cosas que hace una esposa, y es precisamente para lo que te necesito. —Oh, con que a eso se refería —suspiré aliviada. —¿De qué otra cosa hablaría? —No, no es nada. Solo deme unos minutos para leer. —Adelante, debes estar de acuerdo para firmar, para que luego no haya reclamos. Asiento con la cabeza, mientras voy leyendo las lineas de cada texto del documento. Todo estaba en orden, no había nada fuera de lo normal, por lo que no tuve mayor problema para firmar. Una vez conforme con el acuerdo, Pax y yo nos dirigimos a su despacho, donde ya todo estaba listo para la breve ceremonia. Durante las palabras del juez, me sorprendió lo serio que lucía Pax, ¿acaso no tenía otra expresión? Yo estoy muriendo de nervios. —Acepto —dice sin emoción, a la pregunta del hombre, quien me hace la misma interrogación, para obtener una respuesta afirmativa de mi parte. Llega el momento donde él pone el anillo en mi dedo, no me observa a los ojos, parece que trata de evitarme, lo cual solo me trae un recuerdo. Zack hizo exactamente lo mismo cuando nos casamos. Mis pensamientos se ven interrumpidos, cuando escucho el "puede besar a la novia". Miro de reojo a Pax, pienso que hará lo mismo que Zack, quien en aquel entonces, tomó mi rostro para y hundió sus labios con los míos, sin embargo… —¿Es necesario? —Pax cuestiona. —Es solo una formalidad —le responde el juez. —En ese caso la ceremonia se acabó —se levanta de la silla donde habíamos estado sentados todo este tiempo, luego de firmar y sale de su despacho. —Lo lamento, son los nervios —lo justifica Arya, quien sale detrás de él. Pero en lugar de sentirme decepcionada u ofendida, me da tranquilidad. Lo cierto es que yo tampoco quería besarlo. Quizás ni siquiera tendríamos que estar cerca, dieciocho meses pasan muy rápido. Unos minutos después de que yo firmara, el juez y abogado se despidieron. Me quedé sola en el despacho, y miré mi anillo contra la luz que ingresaba por la ventana. —Aquí vamos de nuevo —murmuré—. Tal vez debería aprovechar mis dotes de esposa temporal y dedicarme a esto —reí ante mi propia broma, pero con un ápice de dolor en mi pecho—. Bueno, esta vez es por una justa acción, y sobre todo ha sido sincero conmigo, no me ha pintado el cielo con estrellas para creer que me ama. Es un buen punto. Me levanté de la silla para retirarme, mas mis ojos verdes se iluminan cuando veo las mariposas blancas volando fuera de la ventana. Me acercó y colocando mis manos en el cristal, les muestro mi anillo. —Me casé —les digo—. Pero será la última vez que sea temporal—. La próxima si será real y eterna. —¿María? —escucho a Arya buscándome. —Ya voy —contesto rápido, para ir con ella. Encuentro a Arya afuera del despacho, quien al verme toma mi mano para llevarme a la sala. —Esto debería hacerlo mi hermano, se supone que como tu esposo debe enseñarte la casa, pero ya que somos cuñadas, lo haré con gusto. —Oh, eso no es necesario, me iré acostumbrando, además esto es un matrimonio tem… —ella cubre mis labios, antes de que diga algo más, mira de un lado a otro y susurra cerca a mi oreja—. Evitemos hablar de eso. Hay muchos oídos en esta casa, y si alguno abre la boca, mi hermano estará en problemas. Creo entenderla, pues en mi tiempo como la esposa de Zack, estaba la empleada que le contaba todo a él. Asentí y ella se disculpó por taparme la boca, ofreciéndome recorrer todo el espacio de la casa. —Por cierto, no he visto a tu esposo —comenté, al recordar que ella me había mencionado que estaba casada. —Oh, ya lo conocerás. Ha tenido mucho trabajo, y esto no le da ni tiempo para estar en casa. Viajó hace más de un mes, pero está muy ocupado. Pobre de mi esposo —su expresión transmite lo mucho que lo extraña. —¿Es un buen hombre? —El mejor de todos, es atento, detallista, romántico, tierno, hermoso, realmente tuve mucha suerte con él. El hombre que ella describe parece un sueño. —¿Y qué hay de Pax? —quiero saber un poco más, pero ella lo toma como si yo tuviera una segunda intención y sonríe. —Bueno, como habrás notado es algo intolerable, pero es muy bueno. Hace obras de caridad para diferentes grupos, aunque, lo hace a nombre de la empresa, nunca usa su nombre. Es muy trabajador, y se preocupa por sus empleados, podrías preguntarle a cualquiera y te dirán que es algo gruñón, pero cuando se trata de alguna emergencia, está allí para ayudar desinteresadamente. Si realmente él era así, ¿por qué no podía conseguir una esposa real? —Aunque tiene un gran defecto, espero que se solucione. Detesta el compromiso, no soporta la idea de tener que estar casado. Sus antiguas relaciones solo duraban a lo mucho dos meses. Seguro que nunca has oído de alguna de ellas, pues no era nada serio o formal, mas bien diría que eran salientes ocasionales, hasta que él decidía cortar con ellas. —¿Y nunca tuvo la idea de pasar a algo más serio? —Él odia la vida de familia, así que, deberás ser paciente cuando te inviten a galas y él haga gestos de aburrimiento al tener que presentarse. —Comprendo. ¡Esto es perfecto! Seriamos como vecinos, empezaba a verlo de una manera menos estresante. —¿Estás sonriendo? —señala mis labios. —Oh, no es nada, pero me gustaría ir al baño un momento, y luego ir a mi departamento por mis cosas. —Claro, no hay problema, le pediré a nuestro chofer que te lleve. Arya me dio las indicaciones del baño, subí para mojarme la cara, mas cuando iba a prisa por el pasillo, resbalé por el piso mojado, afortunadamente logré caer sobre mis codos y no me golpeé tan fuerte, pero sí provocó un gran ruido. De inmediato vi a una figura que se balanceaba con su escoba, y reconocí a quien fue la empleada de Zack, que me miró con total desagrado. —¿Qué demo…? —Pax fue el primero en salir, levantando las cejas con incredulidad—. ¿Qué se supone que haces? —Me dieron ganas de trapear el suelo —respondí con sarcasmo—. Me resbalé. —¿Y siempre eres así de torpe? Que problema —murmura para sí mismo, creyendo que no lo oiría. Los demás empleados no tardan en llegar, al igual que Arya, quien al intentar socorrerme casi resbala, pero en esta ocasión, Pax logra sostenerla de los hombros, avisándole del estado del piso, para luego acercarse a mí y estirar su mano que me ayuda a ponerme de pie. —Lleven a mi esposa a mi habitación, revisen que no tenga un golpe y atiendan todo lo que necesite y ordene. —Sí señor —contestan sin objetar, incluida aquella empleada. —Y ya saben, ella es igual a mí. Si ella da una orden, será como si la diera yo. Están todos advertidos. Dirige una mirada petrificante a todos, hasta llegar a mí, para luego darse vuelta y dejarme.
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