Es una escena embarazosa, no sé por qué creí que al abrir las piernas me escaparía de la colisión, sin embargo, resultó peor.
Pax está sobre mí, su cadera presiona contra mí centro, estamos a centímetros de que nuestros rostros se encuentren, y al parecer ninguno reacciona del todo, hasta que lo veo pasar saliva, y alejarse en tan solo un instante.
Me da la espalda, no da más batalla sobre las almohadas y mantas, simplemente toma un cojín del sillón y lo pega a su entrepierna, para luego decir: Haz lo que quieras.
Salió de la habitación sin soltar el cojín, y solo cuando estuve sola, me levanté para ir al baño y mojar mi cara.
—¿Qué pasó? —le pregunto a mi reflejo en el espejo—. Aún no puedo creer que todo esto esté pasando en un solo día. Primero este matrimonio inesperado, luego ese detestable y ahora esta incómoda situación, ¿qué sigue?
Exhalé largamente, apoyando mis manos en el lavabo. ¿Realmente podré vivir en medio de esto por dieciocho meses? Y más sabiendo que ese sujeto resultó ser el esposo de Arya.
—¡Debí decirle las cosas en la cara! Al menos advertirles de la clase de hombre que es, pero…
Bajo la cabeza y soy más realista.
Es una gran tontería que le crean a una que recién llega a su casa, cuando es evidente que a él lo conocen más tiempo. Odio decirlo, pero él tenía todas las de ganar, además, Arya se ve tan ilusionada con él. Cuando me habló de él, fue como si describiera a un ser totalmente opuesto al que yo conocí.
—Bien, sé que este matrimonio solo será temporal, pero eso no quiere decir que quiero vivir en una pesadilla de año y medio.
Estaba decidido, así arriesgue mi cabeza, diré quien es Zack, ya sé que es imposible que crean en mí, pero al menos mi conciencia estará más tranquila.
Regresé a la habitación, encontrando a Pax recostado en el sillón que no me dejó usar, no llevaba mantas ni almohadas, aún así se quedó con los ojos cerrados.
—Mañana se lo diré —dije en mis pensamientos.
Me acerqué a la cama, tomé una de las sábanas y la coloqué sobre él.
Incluso dormido tiene cara de haber recibido malas noticias, pero siendo sincera, ¿quién podría sonreír en un día como este?
Luego de cambiarme a uno de mis pijamas, me acomodé en la cama, estuve despierta por algunos minutos, mirando como Pax se removía en el sillón. No se veía cómodo, sus piernas estaban apoyadas en el suelo.
Yo cabría perfectamente allí, pero él fue el necio.
Después de estar contemplándolo durante un buen rato, me quedé dormida, me asugaría de despertar temprano, para así decirle a Pax que regrese a su cama y que nadie en la casa sospechara la verdad de este matrimonio, pero nada resultó como lo pensé.
—¿Cómo?
—Creí que te lo diría, salió en la madrugada con sus maletas —Arya acababa de revelarme que Pax se había ido por un mes, el cual probablemente se extendería.
Ahora logro recordar que en la junta se había previsto sobre la alianza que haría el grupo Palmieri con una cadena de T. V. en otro país, pero esto era parte del trabajo, son sacrificios que se deben hacer.
—Bueno… —suspiré—. Arya, hay algo que quisiera hablar contigo, no sé si me pudieras dar unos minutos de tu tiempo. Te prometo que seré muy breve, pero necesito que me prestes toda tu atención, porque es algo muy importante.
—¿Mi hermano te faltó el respeto anoche?
—No, no se trata de eso, pues realmente no ocurrió nada importante. Debo admitir que se comportó adecuadamente. Lo que te tengo que decir se trata de un tema delicado.
—¿De qué?
—Arya, en realidad…
—¡Pero qué maravilla! ¿Cómo amaneció la mujer más hermosa y bella que ha pisado este mundo de simples mortales?
Como si supiera lo que yo estaba a punto de decir, Zack apareció desde las escaleras, estirando sus brazos para bajar a abrazar a Arya.
—Amor, no estoy sola —contestó Arya, sonriendo entre dientes, pero dejando que él la abrazara desde la cintura.
—Oh cierto, ¿cómo amaneció la recién casada? Imagino que tiene muchos planes con mi cuñado.
—Ay amor… Lo que sucede es que Pax tuvo que viajar.
—Qué mal… Eso no es tan bueno para un matrimonio que recién inicia, ¿verdad? En todo caso hubiera sido ideal que él llevara consigo a su esposa.
Pude notar el cierto tono de burla que él utilizaba al dirigirse a mí, sin embargo, si creía que esto iba a bajarme la autoestima como lo hizo en aquel tiempo en el que yo fui su esposa, estaba muy equivocado.
—El hecho de que una pareja esté junta, no significa que todo ande bien. Además él viajó por negocios, no por placer ni diversión.
—¡Vaya, qué sorpresa! Mi cuñado tiene una esposa con su mismo carácter, dicen que cuando dos personas de igual actuar se juntan tienen muchos problemas. Realmente espero que no sea su caso señora.
—Despreocúpese, no lo será. Tengo la confianza suficiente en mi marido, además mi esposo ha sido claro en decirme que prefiere que sea así de respondona, y si me disculpa, debo cambiarme para ir al trabajo.
—Oh espera, María. Había algo que querías decirme, ¿verdad?
—Prefiero decírtelo en otra oportunidad, es algo privado entre ambas.
Regresé a mi habitación donde empecé a sacar la ropa del armario qué usaría el día de hoy.
—Qué inoportuno tenía que ser, ¿por qué alguien como él tenía que ser esposo de una persona tan bella como Arya? Es un…
Sorpresivamente, las puertas de la habitación se abrieron con velocidad, para luego cerrarse con seguro.
Di la vuelta con prisa, hallando a Zack con el ceño fruncido.
—¿Qué demonios haces?
—Shh… —me hace la señal con su dedo en sus labios—. Antes de que digas una sola palabra más, He venido a dejarte algo muy claro.
¿Acaso había venido con sus amenazas? ¿Es tan tonto como para creer que voy a dejarme manipular a su antojo como cuando tenía diecisiete?
—Escucha, no sé ni me interesa lo que tengas que decirme. Entre tú y yo no hay ninguna conversación pendiente, así que hazme el favor de salir por esa puerta, que esta es la habitación de mi marido la mía, por lo tanto, a no ser que seas un empleado de esta casa, no puedes ingresar.
—María, estás mal interpretando las cosas, no son como tú crees, aunque te parezca mentira, realmente me preocupas. Yo sé que tu matrimonio es una simple farsa, y vas a salir lastimada.
—¡Que descarado! ¿Te atreves a cuestionar mi matrimonio? ¿¡Quién te crees!? ¿¡Qué derecho tienes!? ¡Eh! Preocupate por tu matrimonio y déjame en paz. ¡Me destruiste! ¿Y dices ahora preocuparte? ¿Acaso no tiene sangre en la cara?
Realmente quise mantener la calma, pero no pude contenerme al oír lo sinvergüenza que puede llegar a ser.
—María, ya sé que esto puede parecerte una locura, pero realmente he cambiado. Soy consciente de mis malos actos y el daño que te hice, por eso me siento responsable al decirte que este matrimonio no va a traerte nada bueno, no sabes realmente quién es Pax.
—¿
Así que quieres usar el chantaje emocional conmigo, Sabes que no te va a funcionar ¿verdad? O simplemente temes que le diga a Arya la clase persona que eres.
Él tensó los puños, creí que soltaría su verdadero carácter, pero se mantuvo sereno.
—Todo el mundo tiene derecho a cambiar María, tal y como te lo he dicho, no soy perfecto y he cometido demasiados errores, pero todo eso se acabó. Arya es especial.
—Las personas como tú no cambian, sé de lo que eres capaz. Usas una máscara de tipo confiable, amable, respetuoso y caballero para ganarte el favor de una dama, y cuando al fin la tienes, sueltas todo el veneno que tienes en la sangre.
—María, errar es humano y perdonar es divino. Soy un hombre nuevo, ¿acaso no tengo derecho a una nueva oportunidad? ¿A enmendar mi vida? Recuerda a aquél ladrón que se arrepintió de sus pecados cuando fue crucificado, pues yo también he sido tratado de esa manera, tal vez no tenga clavos en mis manos, pero sí los estragos de mi vida. Lo he perdido todo María, mi riqueza, la pequeña herencia que tenía, así como mis propiedades, todo se perdió.
—¿Se perdió o te lo quitaron?
Por un instante pensé en Annet.
—No sería correcto de un hombre hablar de una mujer, no te imaginas lo mal que me sentí luego de lo que ella y yo te causamos ese dolor.
Realmente él quería mostrar lástima, y su rostro lo expresaba muy bien, sin embargo, yo no le creía absolutamente nada. Sé de lo que es capaz, mas no puedo ser tan tonta como para decírselo en su cara.
—De acuerdo —fingí tragarme su cuento—
. Si te volviste un nombre de bien y Dios te perdonó por todo lo que hiciste, pues te aplaudo, y si realmente amas a Arya, espero que su relación sea duradera y estable, pero te voy a pedir un único favor.
—Adelante, haré lo que esté en mis manos.
—Evita poner tu presencia cerca de mí, no voy a ser tan hipócrita y fingir que somos la familia perfecta. Sigue fingiendo no conocerme, y si me disculpas, tengo que ir a mi trabajo, así que, hazme el favor de retirarte.
Por su expresión parecía que no esperaba esa respuesta de mi parte, apretó los labios y asintió con la cabeza, saliendo de la habitación sin decir una sola palabra más.
—Que sujeto tan desagradable —dije, estando sola.
Me senté en la cama, tomando aire para calmar este mal humor, hasta que noté una hoja sobre la mesa de noche.
Estiré mi brazo y leí las líneas.
—Es de Pax —susurré.
—Solo te informo que me voy por un mes, como te dije antes, tienes el derecho de hacer y deshacer lo que quieras en casa. Todos deben creer que eres la señora y ama. Encontrarás en el primer cajón unas llaves que dan a cada rincón de la casa, salvo una que a la que yo tengo en único acceso, por lo que no está de más decirte que no te acerques ni vayas al ático. Hablo muy en serio, es una orden que todos tienen impuesta, y nadie será la excepción.