Me besa y pasea sus manos por mi cuerpo y yo hago lo mismo es fascinante, su cuerpo no tiene un gramo de grasa, esta tonificado y marcado, mide alrededor de un metro ochenta y cinco, es un maldito dios griego ¡¡JESUUS!! —Estas aquí —no es una pregunta pero igual le respondo. —Aquí estoy y no me voy, hoy. —No te vayas, nunca. No pude responder, me plantó un beso de padre y señor nuestro, es un beso fogoso de novela. No de novela no, lo que pasa despues de las novelas. Este es un beso porno, capaz de satisfacer cada fantasía en lo recóndito de tu memoria. Me lleva a la cama de reyes, no se cuantas mujeres pasaron por aquí, pero no es lo más importante ahora. Se detiene para ver mis labios hinchados y húmedos por nuestros besos, respira entrecortadamente, me ve como un francotirador en s