¿Cómo inició todo?

1183 Words
Regularmente, uno no se sienta en el salón de clase y decide que un día va a ser escort, eso tiene que ver más con la vida, las deudas o las malas decisiones. Yo decidí prostituirse la primera vez a los 26 años, cuando estaba en un lugar clandestino y poco religioso, muriéndome por un poco de heroína y sentía que compartir mi v****a con alguien era el menor de mis problemas. Estaba al final de un callejón, con mi vendedor usual, el tipo que al inicio me regalaba la droga y ahora me dejaba acumular una deuda impresionante. El joven a quien llamaremos Beans, me dijo que solo me podía dar una probadita pequeña por metérmela en el coño, pero, si me dejaba hacer por las tetas y correrse en mi rostro, podía darme un poco más de lo que solía permitirme. No me importó que me quitara ropa interior en un callejón sucio. Me obligó a sentarme en el suelo y le chupara la polla, para luego introducirse como el enfermo que es entre mis tetas, las acarició de una forma desagradable. Jugó con ellas, las mordió y las lamió a modio que dejara marca, para que siempre recordara que había estado ahí, pero yo solo quería un poco más de droga y el dolor que me dejó, la forma sucia en la que me trató no me dolía porque al acabar en mi rostro me dio la dosis. El problema… Me estafaron porque no me vendieron heroína sino algún tipo de mezcla barata residuos de droga que me hicieron volar tan alto que acabé en el hospital, no sé cómo, quién o por qué, pero alguien se esforzó porque recibiera la atención médica que requería. Al borde de mi cama conversando por teléfono estaba mi padre. Demetrio mirándome con la decepción en los ojos y la preocupación en todo su cuerpo, el hombre llevaba su traje de diseñador arrugado el pelo desordenado y a barba de dos días que terminaban de denotar su horror por lo que me había pasado, para entonces yo tenía seis meses reportada como desaparecida y él … Bueno, estaba intentando ser la mejor versión de un padre irresponsable pero con moral. —¿Sabes cómo te llamas?—pregunta Demetrio. —Carmina. —Sí ¿y sabes dónde estás? —En un hospital. —¿Me recuerdas? —Sí, papá, te recuerdo. —Llamaré al médico, Carmina. Demetrio es una de esas personas que ni él mismo se comprende. Todo inició con mi madre; quien me abandonó entre los brazos del hombre y él decidió dejarme en. orfanato y vetar mi adopción a cambio de mantener ese lugar en el que había sido víctima de todo los tipos de abuso que existen. Después, como si fuese poco me comentó que tenía una familia, con una esposa, hijos a los que amaba y no podía darse el lujo de hacerme parte de esa familia, pero podía darme comodidades, como un apartamento, educación, accesos a las mismas oportunidades que sus hijos. Me gustaría de verdad tener una respuesta clara de por qué he consumido drogas o algo traumático que contarles para justificar mis actos. Me gustaría una excusa para mis actos posteriores, por ejemplo; vender todos los muebles del apartamento que mi papá me dio para comprar drogas, no tengo claros los siguientes dos años porque están llenos de cocaína, heroína y crack y además de los momentos en blanco, están los momentos cargados de culpa. El día del cumpleaños 18 de Brenda, mi mejor amiga y hermana, llevaba cuatro días limpia, de verdad que intenté estarlo por ella, porque no compartimos padre y sobre todo porque lo único constante en mi vida es su amistad y su amor. Ella estaba poco emocionada por cumplir la mayoría de edad. Me senté a su lado mientras me hablaba del efecto de las drogas en su padre, como lo habían perdido todo múltiples veces por las drogas. —¿No entiendo esta conversación Brenda?— comenté confundida. —Es la piel, el pelo, la ropa, el peso, esta no eres tú, Mina. —¿De qué estás hablando? —Necesitas dejar las drogas. Sé que no es marihuana, ni alcohol, sé que es algo más fuerte. —Oh… —Tengo un papá drogadicto y conozco todas las etapas. Probablemente, estés planeando mentirme, pero no puedo con los dos, no puedo batallar más no pueden pasarme tantas cosas, creo que si mueres de verdad no voy a poder recuperarme, así que… necesitas dejarlo. No pude mentirle, ni inventar, ni justificar, solo la miré, mientras lloraba y sentí cierta tristeza porque lo único en lo que podía pensar era en drogarme para no sentir nada de lo que estaba sintiendo en ese momento. El papá de Brenda me estaba esperando a la salida de su casa, prometió acompañarme a la parada de bus. Me dio mil dólares y me pidió que me alejara de Brenda que volviera a desaparecer. —¿Le has hecho daño mil veces y yo soy el problema?—pregunté enojada. —Yo soy su padre y mi misión es hacerla lo más feliz posible, en compensación de todo el daño que le he hecho. —Rodrigo, esta es tu quinta salida de recuperación, no eres mejor que yo. —Brenda y yo somos familia. —Brenda y yo somos familia, soy su hermana biológica y lo sabes —Rodrigo me tomó de la mandíbula. —Carmina, cuál es tu plan, volver a casa y soltarle esta bomba. Sé perfectamente quién eres, pero no vas a volver a verle si sigues drogándote porque Brenda ha tenido suficiente conmigo. ¡¡Límpiate y si no no vuelvas!! Dale diez centavos a un drogadicto; se los va a fumar, dale mil, y pasarán una multitud de drogas por su cuerpo. Esa vez cuando me desperté estaba amarrada a una cama. En un centro de rehabilitación carísimo en el que te desintoxicas sin más opción. Mi padre furioso mirándome desde el otro lado de la habitación. El hombre tomó su saco y su maletín se acercó a mí y me acarició al frente y el pelo. —Mina, de verdad, no sé qué más hacer. —¿Dónde estoy? —Si no logras rehabilitarte emocional y físicamente. Dejar por completo las drogas o no te dejarán ir. Hay dos formas de salir de aquí pequeña; colaboras y permites que te atiendan. Decides y trabajas duro para curarte o te obligan. Yo de verdad espero que colabores, que hagas esto por ti. Vendré cada mes, vendré cada que me llames, pero sea como sea vas a estar viva y encerrada hasta que lo logres. El plan de Rodrigo probablemente era que me sobreedificara y muriera. El plan de mi padre era que estuviese limpia a como dé lugar y el de dios… porque sé que tiene que existir, era que sobreviviera. Para quienes no conocen a Dios; les aseguro, que en la biblia considerarían todo esto como una prueba, una batalla para que pudiese disfrutar de lo que estaba por venir.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD