Ava empezó a abanicarse con las manos, Mateo vio que su rostro estaba enrojeciendo, en ese momento se preocupó mucho más, la tomó por la mano para ayudarla a levantar, después colocó su mano alrededor de su cintura para guiarla. —Debemos irnos, debes recostarte, quizá así logres sentirte un poco mejor. La chica se dejó llevar, el contacto con Mateo se sentía muy bien. Cuando salieron, Máx el chofer ya los estaba esperando, durante el trayecto al hotel, la cercanía del cuerpo de Mateo, encendió aún más el calor que la chica sentía, él notó que cada vez se acercaba más, al llegar, la ayudó a bajar, la guió hasta el elevador, ahí dentro la situación se puso por demás extraña, Ava se acercó a él hasta arrinconarlo contra la pared, mientras su respiración se volvía agitada. Mateo no dijo na