Entro al spa buscando a Dana con la mirada. Laverde me acaba de dejar en la puerta junto con Drogo. Me despedí de mi cachorro dándole muchos besos en su cabeza y pidiéndole a mi cuidador/chófer que lo trate con el mismo amor que su mami humana.
No sé a dónde lo llevará, mucho menos si se quedará aquí dentro del centro comercial esperando por mí. Lo único de lo que estoy segura y le aseguré a él, es que lo llamaría al finalizar.
—Buenos días, ¿en qué puedo ayudarla señora?
Me pregunta la misma mujer de cabello rojo que me recibió la última vez que vine aquí. Le sonrío y ella a mí recordándome.
—Buenos días, estoy buscando a Dana.
—¿Dana Connor?
—No me sé apellido —le respondo algo nerviosa—. Pero ella trabaja aquí. Su cabello es castaño, ojos marrones claros, un poco más alta que yo…
