Llegamos a emergencias, y tanto Evans como Laverde, salen de inmediato del auto. Evans me ayuda a salir tomando mi mano, mientras que Laverde va en busca de una enfermera para que me atienda. No tarda mucho, aparece con una de ellas quien trae una silla de ruedas para que tome asiento. —Del uno al diez, ¿puede decirme el nivel de su dolor? Con voz calmada y tono profesional me hace la pregunta. —Ocho… creo que lo que comí me ha caído mal… Respondo sin pensarlo. —Muy bien, la ingresaremos para que la revise de inmediato el doctor. La mujer rueda la silla con rapidez hasta ingresar al área de emergencias. Tanto Evans como Laverde quedan afuera en espera por mi. Una vez dentro, todo ocurre demasiado rápido para mí. Las preguntas del doctor, su chequeo, los estudios que me hacen, y lueg