LA OPORTUNIDAD DE MI VIDA

1833 Words
NARRA CHLOE Sentir el peso del brazo de Gerardo alrededor de mi cintura, solo me hace caer en cuenta que todo lo qué pasó entre nosotros durante la noche, no fue un sueño, fue real. Ambos nos entregamos y varias veces, al menos en cuerpo por qué, yo en alma, hace mucho tiempo que me entregué a él. Se que se sentirá abrumado, arrepentido y molesto, ahora que despierte. Se que estaba tomado y no se si algo más, así que ahora me toca hacer de tripas corazón. Yo, no dejaré que me pisotee como Tiago lo hizo con Luz. Me estiro a ver la hora y ya eran las 9 de la mañana. Muevo su brazo algo brusco para ver si despierta. Y lo único que logro es que el se dé vuelta en la cama dándome la espalda. Me levanto de la cama y siento algo de ardor en mi zona íntima, también como algo empieza a correr por mis piernas, no me asusta se lo que es por lo que no usamos protección y fueron varias veces las que estuvimos juntos durante la madrugada. Tendré en cuanta pasar por la farmacia y comprar una pastilla del día después. Tomo la ropa que usare hoy y entro a el baño. Después de estar lista para un nuevo día salgo del baño y lo veo despierto recostado en mi cama, se ve tan guapo. Lo único bueno que a salido de sus amistades, ha sido su iniciativa en el gimnasio los músculos marcados en brazos lo hacen ver aún más atractivo. Suspiro al verlo, ya que aquí viene la parte mas fea. Puedo verlo en sus ojos al verme con pena. Me acerco a la cama le ofrezco una botella de agua. Y soy yo quien toma la iniciativa de hablar. —Antes que digas cualquier cosa que provoque que nuestra amistad se vaya a la mierda. Te dire que ambos quisimos esto, nadie obligo a nadie, yo te pregunté varias veces y ambos estuvimos de acuerdo en que pasara. No usamos protección así que, yo me encargo de comprar la pastilla y aquí no ha pasado nada ¿de acuerdo? No te obligaré o incitaré a nada, jamás podría. Te quiero Gerardo, y es mejor dejarlo así. Te agradezco por haberme dado mi primera experiencia, fue increíble. No se si lo fue para ti, no se si lo recuerdes, pero no me arrepiento ni un segundo. Iré a prepararte un café puedes tomar un baño en la encimera del baño encontrarás la toalla. Tienes algo de ropa en mi armario que te puede quedar. — me acerco a él quien está con su mirada solo puesta en mi. Está sorprendido y la verdad que agradezco que no dijera nada. Me senté a su lado en la cama, quedando frente a frente. Tome sus mejillas entre mis manos y le di un último beso en los labios. Se que esto no se volverá a repetir, y esto sella este momento por completo. Lo que no me esperaba era que sus brazos me rodearan y me beso aún con más deseo. Cuando ya todo se estaba calentando más de la cuenta me separo de él. —No, Gera. No creo que pueda dejar por fuera mi corazón, si esto vuelve a pasar entre nosotros. No quiero que nos miremos diferente, somos amigos que cometieron el error de tener sexo. Yo, no espero nada de ti ,más que tu amistad. Así que sigamos como si esto no pasó, por favor. — no pude verlo mas así que me paré de la cama y salí de la habitación. Me saluda Mari, bueno Marisela, la señora en sus 50 que mi madre contrató para cocinar y encargarse de cuidar de la casa, por no decir directamente de mi, desde hace ya más de un año. Me llevo muy bien con ella, le he tomado mucho cariño. —¿Señorita, la esperaba más temprano. Tengo avena que puedo prepararle con frutas. Su jugo de manzana y pan con jalea. — me dice al sentirme llegar a la cocina. —Está bien Mari, ¿me preparas dos desayuno? Pero uno que sea con café en vez de jugo— ella se sorprende ante mi petición. —¿Hay alguien más contigo niña? — me interroga viéndome con su ceja alzada. —Gerardo bebió mucho ayer Mary, me pidió que lo fuera a recoger para no llegar así a casa de sus padres. — le digo tomando un poco de jugo. Ella relaja su mirada pues sabe que es común que Gerardo se quede. Más siempre lo hace en la habitación de invitados, esta vez se quedó en mi habitación. Más no dejaré que ella lo sepa, por eso pase desordenando la cama de esa habitación. —Señorita, si me disculpa, me gustaría comentarle algo. — me dice preparando el café, yo asentí viéndola a los ojos. —He notado que usted, quiere mucho a el joven Gerardo, puedo notar como lo ve con mucho amor y cariño cuando le habla, pero, él joven no la mira igual. Se lo que es que le rompan el corazón niña. Yo lo viví cuando me dejaron plantada en el altar en mi juventud y no le deseo que su corazón sufra. — me dice con tristeza. Se perfectamente a lo que se refiere, más no sabe cómo está mi corazón en este momento. —No te preocupes Mari, se lo qué pasa y entiendo tu preocupación, te agradezco que me adviertas, pero con ser su amiga me es suficiente. — le digo ella suspira y asiente. Sigue con los Bowl de avena con frutas. Llevo todo en una bandeja hasta mi habitación, Gerardo está sentado en la cama recién bañado. Me dirijo hasta mi escritorio donde dejo la bandeja. —Te traje desayuno, pero si no lo quieres no te preocupes. Solo tomate el café, ese si lo necesitas. — le digo sonriendo, él se levanta de la cama y se acerca la mesa. No me ha dicho ni una sola palabra y la verdad que tengo miedo que si lo hace, me destruya, que afecte la amistad que hemos tenido. Toma el café que está tibio de golpe, sacia su sed y luego me mira. —Necesito hablar algo contigo, Chloe. Espero que lo tomes de la mejor manera posible. — me dice y ya posiblemente se que me quiere decir, mi corazón comienza agitarse expectante a lo que saldrá de sus labios. Él toma mi mano y yo sujeto la suya. Y lo veo a los ojos —Yo te quiero, pero como una amiga, siempre te he visto como mi prima, nada más, lo de ayer no debió pasar, la verdad es que no se que me pasó, no pude controlar la necesidad s****l que tenía. Te pido perdón por haber robado de esa manera tu primera vez. No creo que seguir frecuentándonos sea lo correcto, no quiero lastimarte mas de lo que ya lo he hecho. Espero lo entiendas, no quiero seguirte lastimando. Conozco tus sentimientos hacia mi y yo no creo poder corresponderte como lo deseas. — me dice y entiendo cada una de sus palabras, son justo las palabras que yo no quería escuchar. Más yo no puedo obligarlo a hacer algo que no quiere. Retiro mi mano de la suya y asentí a su petición. —Está bien Gerardo, creo que solo nos miraremos en las reuniones familiares. — le digo tratando de tragarme toda mi tristeza. Le muestro una sonrisa. Él intenta sostener mi mano nuevamente, pero lo evito. Me giro a ver hacia la ventana. —Creo, que, es mejor que te vayas. Leo te llevará a donde lo creas pertinente. — le digo sentándome en la silla de mi escritorio a comer mi avena, dándole la espalda. Él sigue sin moverse de donde está, después de unos segundos, se acerca a mi y me da un beso corto en la mejilla. Para luego salir de mi habitación, no tengo ganas de comer así que me levanto y voy hacia la ventana, donde lo veo hablar con Leo, las lágrimas ya comienzan a salir de mis ojos sin poder controlarlas. Escucho que mi teléfono suena sacándome de mi aturdimiento. Camino hasta la mesita donde está, veo que es Patricia quien me llama. —Chloe, Buenos días ¿Como estas? — me pregunta y me encantaría decirle como me siento, pero no puedo, esto es algo que nadie sabrá. —Bien, bien ¿y tú, cómo va tu embarazo? — le pregunto ya que hace poco se enteró de su embarazo sin notarlo ya tenía un par de meses. —Bien, bien en dos semanas me dirán si es un niño o niña. Roger está muy emocionado. Hermosa, disculpa que te moleste sin previo aviso, pero una de las modelos que enviamos a Milán con la nueva línea de ropa, se intoxicó con alimentos anoche y no podrá desfilar, Tienen casi las mismas medidas y altura, así que quiero saber, ¿Si tú podrías ir a Milán y hacerlo solo será una semana? — me dice y mi mente estalla en emoción, guau, ¿Desfilar en Milán por una semana? —¿Estas hablando enserio, Pato? — le pregunto con emoción y aún anonadada por lo que me acaba de pedir. —Claro hermosa, si estás interesada en 2 horas sale el vuelo más próximo. Alguien te estará esperando en el aeropuerto al llegar y lo demás es igual a lo que has hecho para nosotros aquí. Por la paga ya tú sabes que eso no es problema. — me dice y no puedo evitar brincar de la emoción. —¡CLARO QUE SI! Ahora mismo me preparo para salir, Pato. Gracias por la oportunidad, no los defraudare. — le digo, ella termina de darme las instrucciones y detalles sobre el desfile y mi estadía en Milán. Me dice que me enviaría el itinerario por correo. Cuando cuelgo la llamada no puedo evitar gritar de la emoción. Voy hacia mi closet a buscar algunas prendas para llevar. —Señorita, ¿que sucede, porque grita? — Me pregunta Mari entrando asustada. —Patricia me llamo, quiere que modele en Milán. ¡Mari en Milán! — le digo caminando hacia ella, dando brincando como loca. Ella me sonríe. —Por un momento pensé que ese joven, le había hecho algo. — niego efusivamente. —Gerardo ya no debe de ser de tu preocupación Mari, hemos dejado de ser amigos, pero luego te contaré. Ahora estoy muy feliz, ayúdame a preparar una maleta tengo una hora para salir de aquí. — le digo con emoción. Hoy debería de ser el peor día de mi vida por perder a mi amor, a mi mejor amigo, a mi Gera. Más gane la oportunidad de mi vida y llego justo en el momento que más lo necesitaba. Ahora no tengo mas que decir “¡Milán, Ahí voy!”
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