Ángel de la muerte

La muerte es extraña

Narra la escritora

Kagome toma a Inuyasha de la nuca uniendo sus labios en un beso, al principio Inuyasha no movia sus labios por la impresión que se llevó, pero luego los movio. Ellos dos se olvidaron que habían personas que los observaban muy sorprendidos. Inuyasha colocó sus grandes manos en la pequeña cintura de Kagome uniéndolo más a él, Kagome no sabía que pasaba, ella se sentia bien, cómoda... completa.

Inuyasha se olvido hasta de su nombre al sentir esos pequeños y provocativos labios junto a los suyos, pensó que jamás en la vida los volvería a sentir, pero para poder vivir todos necesitamos oxígeno por lo que se tuvieron que separar, aún así Inuyasha no queria soltar a Kagome, no quería dejarla ir...

Narra Kagome

Al separarme de Inuyasha me sentí un poco vacía, como si mi corazón en el fondo tuviera una lucha interna, me separo completamente de él, el cual me mira con esa mirada hipnotizante.

-Kikyo-miro a la nombrada con burla-espero nos volvamos a ver-Kikyo esta a punto de botar humo por las orejas y la nariz.

-Adiós Sango, monje y Shippo-doy vuelta y miro a Inuyasha-adios, inu...yasha-dicho esto hago lo que he estado practicado, pongo un poco de mi reiki y una nuve me rodea haciéndome desaparecer.

Narra Inuyasha

Kagome, sus labios no se comparan con nada ni nadie, son...únicos, los mas esquistos y delicios que he probado, me olvide de todo hasta de Kikyo, solo disfrutaba de su dulce sabor.

-Inuyasha-llama Kikyo pero yo aún sigo en otro lugar, o mejor dicho en otra persona-Inuyasha-vuelve a llamar.

-¿Eh?-la miro esperando que continúe.

--¡¿Por qué demonios besaste a Kagome?!-me reclama Kikyo histerica.

-¡No tienes ningun derecho a reclamarle!-grito tambien enojado por su tono.

-Inuyasha-calma su voz-¿te beso para darme celos verdad?-ahora que lo pienso creo que Kikyo tiene razon, pero cuando me besó, sentí que se entrego y se olvido del mundo al igual que yo.

-Eso no tiene respuesta-Kikyo parece más enfadada.

-Odio a Kagome-dicho esto se marcha enojada.

-Inuyasha-Miroku coloca una mano en mi hombro-¿estás bien?-me pregunta preocupado.

-Yo... creo... la verdad-suspiro-no lo sé Miroku, creo que necesito un momento a solas.

-Claro, pero recuerda que puedes hablar conmigo cuando lo necesites-me avisa Miroku y yo asiento.

-Gracias-dicho esto y empienzo a caminar con mi mente en una persona en especial.

Narra la escritora

En otro lugar se encontraba Naraku, Kagura y Kana caminando hacia un viejo sabio que daria la información de lo que quería Naraku.

-Es detrás de la cascada Maraku-dice Kagura y Karaku entra detrás de la cascada con Kagura y Kana siguiéndole los talones.

Detrás de la cascada se encontraba el bosque de los viejos sabios. Los viejos sabios eran árboles con siglos de vida que depende las personas te daban la información que querias.

-Usted es Soichi, el árbol que decreta el poder solo con mirar a la persona en el momento de la acción-asegura Naraku mirando con una retorcida sonrisa a el árbol.

-Ya que sabe quien soy me toca preguntar, ¿a qué se debe su visita?-pregunta el sabio árbol que solo desea el mal en todas las personas.

-Necesito saber cuanto poder tiene una sacerdotisa-responde Maraku.

- Dime, ¿quién es esa sacerdotisa?-Naraku sonríe triunfal.

-Es ella-Kana aparece con su espejo y lo pone delante del viejo árbol sabio, en el aparece Kagome haciendo su nueva tecnica.

-Es una joven muy valiosa-comenta el viejo árbol sabio.

-Eso lo sé-dice naraku con calma pero reflejando fastidio.

-Y muy bella-el árbol sabio se llevo una mirada de Naraku que lo dejo sin habla.

-¿Me dirás lo que quiero saber?-pregunta Naraku inrritado.

-Claro-contesta-esa joven tiene un poder muy fuerte, ella es capaz de hacer lo que le plasca con su poder, aparte que posee una hermosa figura, es fuerte, audazmente calcula todo lo que hará, el poder que tiene esta bella joven es...

Narra Kagome

¡¿Pero que demonios hice?! Si naraku se llega a enterar me va a matar, aunque poco me importa lo que haga Naraku, pero aun así lo besé, BESÉ, esto no me puede estar pasando.

Después de desaparecer de la presencia de Inuyasha, llegué al palacio, cuando entre no habia nadie por lo que solo subí a mi habitación y me acoste en mi cama, luego miro algo que me llama la atención, no me habia dado cuenta de eso, camino hasta que lo toco, es una puerta en la pared, trato de abrirla pero es imposible, la golpeo, empujo, pero nada.

-¿Qué haces Kagome?-salto del susto y me doy vuelta, la niña de cabellos blanco esta ahí.

-¿Qué te pasa?, me asustaste-le reprocho molesta sin embargo ella no muestra ninguna expresión.

-Kana, soy Kana-responde mis pensamientos-y solo pregunte que hacias-la chica lleva el espejo en mano.

-Nada que te importe-sé muy bien que sueno grosera, pero la verdad es que la niña no me da ni un poquito de confianza.

-Kagome...algun dia vas a morir-dice mirandome fijamente, un escalofrío recorre mi cuerpo, pero no lo hago notar.

-¿Porque me dices eso?-sin proponérmelo mi voz sale molesta, aunque hago bien, osea, que alguien te dices que vas a morir un dia, pero sé muy bien que moriré algun dia, el problema es que ella me dio a entender que será pronto.

-Solo te aviso, la muerte es extraña, llega sin que nadie la espere, algunos planean su muerte, otros la muerte ajena, y otros simplemente mueren-su voz en vacia, como si de un robot se trátase-tú deberías saberlo mejor que nadie...porque eres el... ángel de la muerte ¿no?-es la primera vez que habla tanto, pero aun no comprendo sus palabras.

-Si, soy el ángel de la muerte-digo con firmeza.

-Entonces demuestra tu maldad, deja de pelear en tu interior, deja que la maldad pueda vencer a la bondad, los sentimientos son debilidad y la debilidad es tu destrucción-sin nada más que decir sale de mi habitación dejándome en una batalla conmigo misma.

-Los sentimientos son debilidad y la debilidad mi destrucción-repaso lo que dijo en voz alta y sin pensarlo como cosa del destino, o un mal juego de mi cerebro pronuncio-Inuyasha...