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Quizás me levanté muy tarde, porque cuando abrí los ojos ya Jon no estaba en la cama. Era domingo, ¿qué estaría haciendo?
Me puse mis pantuflas y me dirigí al baño, soltando un bostezo, tomé mi cepillo dental y me miré al espejo frente a mi.
“No hay despertar mas lindo que abrir los ojos y ver que estás a mi lado.
Jon.”—había escrito en el espejo con un labial mío, pegado a este había una pequeña nota, la abrí y esta decía “Tu mañana empieza ya, ve a desayunar.”—leyéndolo escuchaba su voz en mi cabeza, escuchándolo con su voz.
Hoy teníamos formalmente nuestra primera cita.
Me entraban nervios después de todos estos días estar esperando el momento.
Me cepillé con prisa y arreglé mi alborotado cabello que últimamente no me hacía caso.
Cuando abrí la puerta de mi habita
