Gemelos idénticos.

2134 Words
Mi mañana había empezado un poco movida, con un mañanero subido de tono, algo apretado. Me senté en el borde la cama, tocando la pierna fría de la mujer, esperando que solo se hubiera desmayado después de apretarle tan fuerte su cuello durante el sexo, pero ella tenía aguante. No había nada más placentero para mí que correrme mientras mis dedos se apretaban en torno a un cuello, nada más excitante que estar en su interior mientras su rostro se iba tornando rojo y eventualmente pálido, la respiración se le iba y sus vidas estaban literalmente en mis manos, apretar o aflojar, parar o seguir hasta complacerme. Amaba cuando peleaban y sus movimientos luego cesaban porque ya no podían más. Lo malo era cuando excedía mi fuerza y terminaba estrangulándolas, solo que aquello se sentía aún mejor. La primera vez que tuve sexo con alguien que acababa de morir, fue sencillamente alucinante, fue…como si su interior cambiara y fuera totalmente diferente, descubrí y amé esa parte tan diferente y sensacional. Me envolvía una especie de d***o enloquecedor y solo podía pensar en aquello, pero era algo que no podía hacer, no a menos que quisiera levantar sospechas. Mis gustos tenían que quedar bajo las sábanas, pero cada vez estaba siendo mas difícil llevar la vida que no era mía. No quería salirme de control y arruinar mi elaborado plan. Encendí el porro, apagado en el cenicero. Debía de terminar antes de que llegara Aurora. Salí al balcón para terminármelo todo, sentirme liviano para comenzar el día, fingir y poder sobrellevar estar dentro de una oficina, cerca, muy cerca de Esus y Darek; luego me fui a duchar con agua fría. Cuando regresé a la habitación, ya ella estaba despierta. ¿Cuál era su nombre? Creo que era Nora. —Lo siento, te apreté muy fuerte.—dije a modo de disculpa. Era sexi ella y joven, su piel era muy suave y tan blanca como la leche, fue una maravilla ver con tal claridad como su sangre escapaba dejando todo aún más pálido, sus labios se teñían de morado y sus ojos se agrandaban. Había mordido con mucho d***o sus enormes pechos, gordos y naturales. Ella se movía con lentitud sobre la cama mientras yo buscaba mi ropa, todavía se estaba orientando. Odiaba este tipo de ropa pero era lo que ahora me tocaba. Debí afeitarme, solo que ya no me daba tiempo. Arnau Martin era un hombre con una educación y forma de hablar intacta, puntual hasta la médula, con un sentido del deber muy elevado, demasiado responsable, algo callado y muy justo en todo lo que hacía. ¿Podía ser más contrario a mi? ¿Cómo es que físicamente pudimos ser tan parecidos pero luego tan opuestos? Su amistad con Darek Fletcher era inquebrantable, confiaba ciegamente en el hombre que le quitó la vida y era su mejor amigo, confidente y amaba a ese hombre tanto como amaba a su propio hermano. Aquello me daba una mezcla de risa y melancolía. Lo extrañaba siempre que me miraba al espejo y me veía siendo él, como si estuviera conmigo. —Buenos días.—dijo con la voz baja y ronca. Tocó sus pechos enrojecidos al igual que su cuello y levantó su mirada hacia mi. —Sabes donde está todo, ya tengo que irme. —Si. Tomé mis cosas y ya Aurora estaba allí, esperando en el coche. —Buenos días, Arnau. — y siempre que la veía era que me daba cuenta que perdí una gran oportunidad al no probarla cuando pude. Había cambiado mucho y todos lo sabíamos. Ahora me resultaba totalmente imposible. Para empezar, ella me daría una paliza, no sería ni de cerca como la otra vez donde después de darme un poco de pelea pude con ella y pues… Estaba Esus. Parecía un completo asesino a su alrededor, él me daba miedo. Pero la realidad era que Aurora pasaba muchas horas del día junto a mi, además de eso, aunque al principio la notaba muy distante, eso era cosa del pasado. Ella me era muy llamativa. Sin embargo, no sé qué me gustaba mas, sus pechos o su cuello. Quizás la combinación de ambos, aunque los pechos de Aurora eran magistrales, tenían un peso perfecto que agradaba en las manos y la vez no lo hacían caer tanto, sus pezones rosas seguro que eran muy sabrosos, pero su cuello, se veía un cuello fuerte. Ya había visto una vez su rostro ponerse rojo, pálido y luego sus ojos ponerse blancos mientras se desmayada. A veces me la imaginaba así y pues ya tenía material para alimentar mi imaginación. Nos habíamos hecho amigos, eso no lo podía negar, pero aún así mis deseos eran fuertes y difíciles de controlar, incluso con la dulce Aurora. Solo era cuestión de esperar, no tenía prisa. Aurora, Aurora. La dulce y fuerte Aurora. Mi guardaespaldas. —Buenos días, Aurora. Esta mañana me sentaré aquí detrás. —Como gustes.—ella comenzó a hablar, pero mi mente pensaba en otras cosas. —Aurora.—interrumpí su relato que tenía que ver con perros.—¿Cuándo fue la primera vez que nos vimos? La primera vez que la vi como Arlen Martin fue aquella vez que fingió robarme mientras fingía ser una ladrona mugrienta, como cuando yo buscaba mujeres vulnerables que nadie fuera a extrañar o buscar, pero la primera vez que la vi como Arnau Martin, fue cuando empezó a ser mi guardaespaldas. ¿Cuándo fue la primera vez que ella conoció a mi hermano? —Fue en una fiesta a la que mi amiga Caroline me invitó. Fuiste con Darek, no nos conocíamos, pero sé que estabas allí en compañía con Darek. Creo que tu no me viste.—para ese entonces ya mi hermano estaba muerto, por lo que a la persona que vio fue a mi. —Ah. Ya veo. Cuando conocí a Aurora y supe de inmediato sus planes en mi casa, no pude matarla, no pude violarla, no pude hacer nada, porque ella solo había sido la prueba que se me envió para ver si yo caía en la trampa, pero la trampa se viró cuando yo la devolví a la persona que la envió, sin un rasguño o más o menos. Sabía que ella había visto el vídeo en mi ordenador y era como para matarla, solo que me dejaba expuesto si lo hacía. Darek. Dándome cuenta poco después de que ella seguía con vida, lo que confirmaba que había sido cosa de Darek y lo que me ponía alerta, tanto de él, como de Esus. Me habían d*********o. ¡Lo sé! Hice mal en matar aquella p***a, pero ¿quién hubiera previsto que sentiría tanto placer con su cuello entre mis manos hasta el punto de no poder detenerme, verla morir y luego tener sexo con su cuerpo sin vida? Fue la persona equivocada, ya que era alguien cercana a Darek y eso fue lo que me puso en evidencia, porque ellos sabían que ella y yo andábamos. Darek me tenía en la mira. Aquello me perturbaba y me hacía sentir un miedo incontrolable. Sabía que intentaría matarme a pesar de su fuerte amistad con Arnau, ya aquello no iba a detenerlo. Pero…yo no tenía planes de morir. Estaba preparado para su ataque, de hecho tardó un poco. No me iba a matar y que aquello pareciera un asesinato, se supone que él no se implicaría y yo esperaba que fuera Esus. Su fiel servidor. Pero, cuando recibí esa llamada de él, a pesar de estar preparado, me tomó por sorpresa. Drogué a Arlen, sí, con el dolor de mi alma, y lo llevé a mi casa, dando entrada a Darek y Esus. Él moriría por mi. Yo abandoné la casa, pero podía ver todo lo que pasaba allí. Algo que quisiera mejor no haber visto. Ese fue mi plan, hacer pasar a Arnau por mi, facilitarle las cosas a Darek. A Darek le costó y Esus insistía en que era mejor solo darle un disparo en la cabeza, pero a pesar de que Darek no podía matarlo él mismo, lo hizo, cuando pensé que lo dejarían con vida. Sus manos se aferraban al cuello de Arnau y al poco tiempo lo soltaba mientras este le suplicaba, aterrorizado y drogado, sin entender nada de lo que pasaba, apenas pudiendo balbucear palabras. Fue duro para ellos dos y por eso tuve dudas de que si terminarían matándolo, Darek veía en aquel rostro a su amigo, sin saber que realmente era él. En el audio se escucharon al final los gritos de Darek de una forma desgarradora luego de que Arnau estaba muerto, pero eso solo era por el sufrimiento que él sabía que sentiría a su amigo al saber de la muerte de su otra mitad; Esus preparaba la escena del crimen, para que pareciera s******o. Llevaron a un informático y se deshicieron de todas las cámaras que ellos sabían que había en el interior de la casa y en los pasillos, borrando todo rastro de ellos o de lo que pasó. Fue algo horrible, verme morir, agonizar de aquella manera. Fue fácil suplantar la identidad de Arnau, era una persona muy básica en casi todo el sentido de la palabra. Y la excusa del duelo me sirvió de mucho para perfeccionar sus gestos, movimientos y charlas sin sentido, estudiar sus trabajos, hackear sus cuentas solo fue la parte mas sencilla, saber sus contraseñas, familiarizarme con su vida, su entorno, su casa. adueñarme y hacer mía su vida. Pero pasado todo ese tiempo, ya era muy aburrido ser él, porque Arnau siempre fue aburrido, lo único divertido en su vida era el desgraciado de Darek. Pero poco a poco iba siendo yo y ya ellos lo veían un tanto normal, como si solo hubiera cambiado debido a muchas circunstancias. Con quien me sentía un poco incómodo siempre, era con Jonathan. Él y mi hermano tuvieron una especie de amistad un tanto rara. Y como yo no sabía de que se trataba, pues me sentía nervioso cuando estábamos solos. Intenté vengarme de Darek de forma apresurada, con una mala información sobre una mercancía comprada, haciendo que ese cliente en específico se relevara contra él, quería que ellos lo mataran, pero desgraciadamente fue con Jonathan con quien dieron, el cual pagó las consecuencias. De allí me quedó claro que, uno, Jonathan era un punto importante para él, era como su hermano pequeño, su protegido, un ser muy amado, dos, no necesitaba apresurarme en mover las fichas porque él no tenía la más mínima idea de mi, por lo que prisa no había, y yo lo haría de una manera muy sutil y satisfactoria. La muerte para Darek solo sería victoria. Ahora, hacerle sentir el desprecio de su familia hacia él, eso si que sería algo hermoso. Mi idea era exponer ante su familia el ser oscuro que era Darek y yo empezaría por Jonathan. Aunque a su debido tiempo. —Estás muy silencioso esta mañana. —Tengo un fuerte dolor de cabeza.—le dije a Aurora. —Oh, seguro por eso tienes los ojos algo enrojecidos. —Si, hasta los ojos me duelen. Llegamos a la empresa. ¿Cómo se podía soportar tantas horas en una oficina, hablar tanto o ir a juntas con personas aburridas? ¿Será que en algún momento me acostumbraré? El dinero para era algo ahora mismo sin mucho sentido. Mi hermano tenía una empresa tan sólida que no dejaba de crecer, mientras más destinos se iban agregando a la aerolínea. Pero además de eso, todo el dinero que pertenecía a mí, todo el dinero que “dejé”. También estaba Dirty Desire. Lo mejor de estos últimos años. Allí las ganancias iban por los cielos sin el mínimo esfuerzo, aunque se debía admitir que estaba siendo bien dirigido sin la intervención de nosotros. Y dada la magnitud de las ganancias, Jonathan había sugerido hacer algo útil de parte de cada uno hacia la sociedad y se habían planteado tres opciones, a elegir cada uno una. Estaba donación a los orfanatos, esa me apresuré a elegirla yo, ya que quería contar con una experta en el área, Aurora, Darek eligió ayudar a refugiados, por lo que quedó una libre, la que tendría que elegir Jonathan. Ayuda universitaria para estudiantes menos agraciados, pero que merecieran esas ayudas. Había al menos cinco universidades, para elegir de cada una de ellas a cincuenta alumnos de diversas carreras para pagarles todos los gastos universitarios. Ya se estaban haciendo las gestiones, mientras yo también tenía una lista de los orfanatos mas cercanos para hacerle donaciones. Solo era cuestión de hablarlo con Aurora y planificar nuestro tiempo para hacerlo juntos. Sería interesante estar con ella lejos de los demás.
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