Horas antes… Briana se quedó allí en la habitación de pie pasmada por lo que había hecho el presidente. Ella no pudo negar que se quedó un poco confundida por lo que hizo. —¿Pero porque me besó? ¿No y que el fue el que puso las reglas? —Se preguntaba tocándose los labios, pero no pudo negar que le encantó ese beso. La mujer, en ese mismo instante, se sentó en el borde de la cama, mirando hacia la puerta sintiendo como su corazón latía, por él. Ese beso del presidente, fue suave, tierno, y lleno de mucha dulzura en comparación con los de antes. Por lo tanto, Briana estaba viendo otro lado del presidente que no conocía y también le estaba gustando, al igual que al sentir su suave barba en su piel. Entonces, ella tumbándose de espaldas sobre la cama, llevó una de sus manos sobre su pecho,