Pov. Min Seok.
Ahora que me encuentro en esta situación me pregunto si fue el destino o tal vez la casualidad, es absurdo, porque para algunos sus significados pueden ser iguales y sinceramente para mí también, en fin, el punto aquí es que, habiendo tantas personas en corea, habiendo tantas personas en el mundo justo la vida quiso que conociera a Lujan o más aún que naciéramos en el mismo hospital o que nuestras madres se hayan hecho amigas en la sala de maternidad.
Han pasado tantos años desde que nos conocemos, desde que tengo memoria ¡Es una locura!, llevamos alrededor de quince años compartiendo literalmente pañales, chupones, ropa, zapatos, amigos, vecinos, escuela, anécdotas y experiencias, si revisan mi álbum de fotos en casi todas ellas está ese ciervo cara de niña y digo casi porque únicamente no sale en mis fotos individuales porque incluso en mis viajes familiares él está, ¡Oh, claro! eso es porque mi omma siempre lo invita y ya se ha convertido en una costumbre que ni invitación requiere.
Tal vez se pregunten el porqué de mi estrecha reflexión de lo que ha sido mi vida en estos últimos quince años junto a Lujan, pues, déjenme decirles que tan solo bastó una simple pregunta para ponerme a pensar en todo esto. “¿Nunca has visto a Lujan cómo un hombre?”, es decir, somos unos adolescentes, estamos en nuestra etapa de pasar de ser niños a adultos pero no soy tonto, sé a lo que se refiere.— ¿Minnie?
—¿Eh?— salgo de mis pensamientos y volteo para mirar a Teo.
—Te preguntaba si nunca has visto a Lujan como un hombre y no como amigo solamente.— nuevamente lanza aquella pregunta y sinceramente nunca me lo había cuestionado hasta hace unos minutos, miro hacia el frente y veo cómo ese estúpido ciervo está molestando o ligando que es casi lo mismo con Baek Hyun.
—¿Qué clase de pregunta es esa?— mis mejillas arden y no sabría exactamente el por qué.
—Esa no es una respuesta.— él me codea pero trato de evitar su mirada.
—Lujan es un hombre, claro que lo he visto como hombre porque eso es lo que es, al igual que tú y yo.— me hago el desentendido y trato de confundirlo.
—No me refiero a eso.— ¡Rayos!— Ustedes siempre andan juntos y pueden llegar a enamo…
—Sí Teo, eso es porque somos los mejores amigos, nos conocemos desde que usamos pañales, no, nos conocemos incluso desde que estábamos dentro de los vientres de nuestras madres pero eso no significa que nos lleguemos a enamorar, eso nunca, ¡nunca!, ¡NUNCA! pasará.— de inmediato lo interrumpo antes de que mis mejillas se pongan más rojas.
—¿Qué es lo que nunca pasará?— como siempre el gran Lujan llega en el momento preciso.
—Le preguntaba a Min Seok si…— abro enormemente los ojos y piso su pie para que se calle, ¡Uff qué bien se siente tener el control!
—¡Yah, Min Seok ge!— me mira furioso mientras trata de levantar su extremidad y sobarse.
—Lo siento pero no entiendo chino.— sonrío triunfante ganándome una mirada fulminante de su parte.
—¿Minnie de qué hablaban?— tomo de mi jugo restándole importancia a su pregunta.
—De nada importante.— no lo miro porque lo conozco y sé que seguirá preguntando.
—Ya veo.— sonrío y veo como empieza a comer de su almuerzo, en realidad, nunca me había fijado en su perfil, su nariz respingada y sus finos labios se ven realmente bien desde este ángulo, ¡Pero qué digo! Sacudo mi cabeza y fijo la mirada en mi comida, ¡Aishh, estúpido Teo y sus absurdas preguntas!, me doy golpes mentales y sigo con lo mío escuchándolos hablar sobre cosas triviales pero mi cabeza no deja de pensar en aquella pregunta, ¡Yah,Kim Min Seok deja de pensar en eso!, volteo una vez más a mirar al ciervo y ¡Dios mío! La forma en como el líquido se desliza por su garganta es tan sexy que.., ¡Pero qué rayos me pasa!
—¿No, qué no?— escuchó una voz susurrarme al oído y… ¡Panda idiota! ¡Cuándo tenga la oportunidad les contaré a todos que te grabas en pleno acto con Sejun!, ¡Puercos!
—¡Cierto, baozi!—miro de forma aburrida a mi amigo, sí, amigo porque eso ¡Nunca cambiará!
—Dime.— él me mira muy feliz.
—¡Saldré a una cita con Baek Hyun!— grita tan fuerte que su voz resuena en mis oídos.
—¡¿QUÉ?!— no puedo evitar gritar y abrir enormemente mis ojos.— ¡¿Cómo?! ¡¿Por qué?! ¿¡Cuándo!? ¿¡Dónde!?
—Ya sabes soy irresistible.— algo anda mal aquí, es decir, estamos hablando de Baek Hyun, el chico que por más de un año ha estado rechazando a Lujan.
—¿Estás seguro o lo soñaste como aquella vez que soñaste que eras godzila y trepaste el árbol que está frente a la ventana de mi habita…— de inmediato tapa mi boca para que deje de hablar pero es demasiado tarde porque todo comienzan a reír.
—¡Baozi!— me río y lo muerdo para que saque sus manos.— ¡Au! ¡Pero, esto es real! ¡Sejun también lo escuchó!— fijo la mirada en el poker face y él asiente.
Oh, bueno, puede que después de todo su esfuerzo al fin se le hizo el milagro, suspiro y palmeo su espalda.— Buen trabajo.— le sonrío y nos quedamos mirando fijamente a los ojos.
—Emmm, baozi esto es demasiado gay.— desviamos nuestras miradas totalmente avergonzados.
—Sí, tienes razón.— nos reímos nerviosamente y trato de concentrarme en terminar mi comida, la degusto plácidamente hasta que un muy desagradable olor a vainilla invade mis fosas nasales, ¡Ag!, es verdaderamente asqueroso que me dan ganas de vomitar.— ¡¿Quién rayos huele a vainilla?!— siento como si mis intestinos se me fueran a salir por la boca, me sujeto bien de la mesa tratando de soportar.
—Yo, hyung, es el perfume que me sugeriste que comprara me lo acabo de poner.— sin alcanzar a mandar al carajo a Sejun salgo corriendo tan rápido cómo puedo hasta los baños, llego y vomito todo mi almuerzo, ¡Rayos! ¡Rayos! ¡Rayos!, el vómito no para, las lágrimas salen por mis ojos y aquel desagradable sabor se adhiere a mi lengua.
Termino de botar toda mi comida, limpio mi boca con un poco de papel descansando mi espalda contra la pared del baño, mi corazón está muy agitado y trato de recuperar el aliento.
—¿Baozi, estás bien?— Lujan llega pero no tengo fuerzas para responderle, mi estómago duele al igual que mi cabeza por la opresión hecha al momento de vomitar, es verdaderamente asqueroso, Lujan me ayuda a levantarme sin hacer muchas preguntas, me enjuago la boca y mis rodillas tiemblan.
Siento mis párpados pesados, mi amigo me alza en sus brazos y me saca del baño, enserio, no sé qué sucede conmigo, desde hace dos días despierto con unas nauseas horribles, creo que la leche que tomé hace tres días estaba vencida, sí, eso ha de ser.
—¿A dónde vamos?— pregunto débilmente ignorando las miradas de burla y preocupación que me dan algunos de mis compañeros.
— A la enfermería.— asiento y me sujeto más fuerte de él.
Llegamos y me deja sobre la camilla.— ¿Qué pasó?— la enfermera Shim nos recibe.— ¡Estás muy pálido, cariño!— me acomodo y asiento.
—Vomité mucho en el baño, creo que me intoxiqué con la leche vencida que tomé hace tres días.— ella saca su paleta y hace que abra la boca, luego revisa mis ojos y niega frenéticamente.
—No lo creo, una intoxicación te hubiera llevado al hospital en ese preciso momento.— ladeo un poco la cabeza y la miro curioso.— ¿Es la primera vez que sucede?
—No, pero de seguro es por algo que comí.— digo de inmediato.
— ¿Desde hace cuánto tienes nauseas?— ella toma una libreta y me mira esperando una respuesta.
Volteo a mirar a Lujan y él me mira seriamente, no había rastro del Lujan divertido, en realidad, son las pocas veces en que lo he visto con esa expresión y aquello me da un poco de temor.— Desde hace dos días más o menos, pero solo me había sucedido por la mañana hasta hoy.
—¿Has olido o comido alguna cosa que te haya parecido desagradable?— Estas preguntas realmente son tontas.
—Mi amigo se puso un perfume con olor a vainilla y cuando lo olí salí corriendo porque sentí que mi estómago se vaciaba.— dije para luego respirar profundo.
— Cariño, esta es una pregunta personal que tengo que hacértela.— la miré sorprendido.— Y si deseas que Lujan se quede, por mí no hay problema.— miré a mi amigo y no veía problema con que se quedara.
—Que se quede.— ella suspiro y masajeó ligeramente su sien.
—Esto puede ser incómodo pero…— respiró profundo.— ¿Eres virgen y si no lo eres dime cariño cuándo fue la última vez que lo hiciste con tu novio?— helado, sí, helado me quedé al escuchar sus palabras, sentí un dolor en mi pecho porque sé hacia dónde se dirige esta conversación, no puede ser ¿Verdad?, miré a Lujan y él estaba igual de sorprendido que yo.
—H—hace más o menos un mes y medio.— agaché la cabeza porque sentí la vergüenza apoderarse de mi rostro.
—¿Usaron protección?— una vez más miré a Lujan y nuestras miradas se cruzaron, sentía como mis ojos de a pocos se empezaban a llenar de lágrimas.
—Sí lo usamos.— en realidad, no recuerdo nada de lo que pasó, mis últimos recuerdos fueron que estaba bailando con Henry y él me dio de tomar un trago, luego de eso mi mente se borró, tan solo tengo vagos recuerdos de lo que sucedió esa noche, cuando desperté Lujan estaba desnudo junto a mí, pero me aseguró que si había usado condón, no pregunté más porque mi omma me llamó muy furiosa, así que regresé a casa y dormí el resto del día.
Mis manos tiemblan estoy muy nervioso, extremadamente nervioso así que me puse a llorar.— Sabes por qué te hago todas estas preguntas ¿Verdad?— asentí y ella vino abrazarme.— ¿Deseas hacerte una prueba para salir de dudas?— tenía mucho miedo pero asentí, ella me entregó una caja dónde estaba la prueba de embarazo y caminé hacia el baño, me la hice y esperé los tres minutos que decía en la caja, pasó el tiempo y salí sin ver el resultado que definiría el destino de mi vida.— ¿Ya lo viste?— negué con la cabeza, voltee a mirar a Lujan y él tan solo esquivó mi mirada.
—Tengo miedo de hacerlo.— ella cogió aquel aparato y lo vio por mí.
Los latidos de mi corazón con cada segundo que pasaba se aceleraban cada vez más.
—Es positivo.— su voz sonaba sombría y sentí como si una cubeta de agua fría hubiera sido arrojada sobre mi cabeza, empecé a llorar a más no poder, mi pecho dolía.
En ese momento Lujan salió corriendo sin decir nada, él tan solo se fue y me dejó allí, solo, junto a la enfermera.— ¡Tan solo tengo quince años!— grité y ella me abrazó fuertemente tratando de calmarme, ¿Ahora, qué voy hacer? ¿Qué será de mí? ¡Mis padres me cortarán la cabeza! ¡Dio,s ayúdame!
Una semana después…
Estado: Zombie.
Situación: Incierta.
Destino: No definido.
Lujan: Estúpido.
Ha pasado una semana y no he dejado de pensar qué hacer, estoy muy estresado y enfermo, mis padres me han dicho que vayamos al hospital pero me he negado rotundamente a qué me lleven, ellos aún no saben que estoy… ni siquiera lo quiero decir, prácticamente le rogué a la enfermera Shim para que no se los diga.
Me niego a tener un bebé a mi edad pero el aborto tampoco es una opción para mí, estoy solo, me siento muy solo, mis amigos me han preguntado si me siento bien y únicamente asiento un poco desganado.
He tratado de hablar con Lujan al respecto pero él ha estado evitándome desde aquel día, ignora mis mensajes y no responde a mis llamadas, ¡Carajo, esto es importante!
Lo diré una y otra vez ¡Es un estúpido ciervo!, en la escuela no me habla y si lo hace, tan solo me dice una que otra palabra, esto ya me está hartando, si sigue así le diré a Kyung Soo que me haga uno de esos muñequitos con su nombre.
Es más, lo llamaré en estos precisos momentos, marco su número y espero.— Hola, soo.
—H—hola hyung, ¿Qué sucede?— me responde un tanto agitado pero lo ignoro hasta que escucho una especie de murmullo en el fondo.
—¿Estás ocupado?— pregunto y escucho un ¿gemido?, frunzo el ceño y miro hacia mi teléfono, tal vez, ha sido mi imaginación, sí eso debe ser.
—Ahh… digo ammm no H—hyung.— una vez más miro hacia el teléfono y sacudo la cabeza.— E—espera Jon Gin, sí…ahh…más amor.— ¡¿PERO QUÉ CARAJOS ES ESTO?!
—¡SUCIOSSSSS!— grito a través del teléfono antes de colgar conteniendo mis ganas de vomitar al imaginarme las cochinadas que están haciendo esos dos, sin embargo, sé que soy un gran hipócrita porque yo hacía lo mismo que ellos y ya ven, resulté con un gran premio en mi vientre.
Pero todo es por culpa de ese idiota y ahora me quiere dejar solo en esto.— ¡Lo odio!
—Minnie.— la voz de mi madre se escucha al otro lado de la puerta.— Cariño, Lujan vino a verte.— la escucho y siento que el corazón me late a mil por hora pero rápidamente la furia se apodera de mi organismo.
Abro la puerta y allí está.— H—hola, baozi.— dice de forma tímida sobándose la nuca.
—Lulu, ojalá lo convenzas para que vaya hacerse un chequeo.— mi madre dice antes de irse.
Entramos a mi habitación y él cierra la puerta.— Emm, ¿Cómo has estado?— su voz tiembla y sé que está nervioso.
—Mal.— digo sinceramente porque es la verdad y no mentiré sobre mi estado de ánimo.— Solo y embarazado, ¿Alguna otra pregunta?— agrego con mucho dolor en mis palabras porque él se ha comportado como un idiota en toda la semana.
—N—no sé qué decir, todo esto es muy repentino que…
—Huiste.— lo interrumpo y me dirijo hacia mi cama para sentarme.
—Min Seok, entiéndeme, tan solo tengo quince años, no sabía, ni sé, que hacer, estoy muy desorientado.— vi como apretaba los puños y yo tan solo quería llorar para sacarme toda la frustración que sentía.
—¿Y cuántos años crees que tengo yo? ¿Treinta? Estoy tan desorientado y asustado como tú, no se lo he dicho a mis padres y tengo miedo a cómo vayan a reaccionar.— digo sincero.
—Lo siento Min Seok…
—¡No digas lo siento, eres tan responsable como yo, no hice a este bebé solo, tú también tienes mucho que ver con su existencia!— sentía mi corazón latir a mil por hora, mis lágrimas bañaban mis mejillas pero rápidamente me las sequé porque no quería que me viera llorar.
—Soy muy joven para ser papá, tengo toda a una vida por delante.— dice sin mirarme a los ojos.
—También yo, pero ahora las cosas han cambiado y tenemos que estar juntos para afrontar todo esto, estoy seguro que…
—Baozi, lo siento pero estás solo en esto.— Lujan me da la espalda y yo simplemente siento como mi corazón se parte en mil pedazos, no esperaba que me dijera esto, suspiro derrotado sintiendo como las lágrimas se apoderan de mis ojos pero no le rogaré, me niego hacerlo.
—Está bien Lu, creo que éste es el fin.— alzo la mano tratando de alcanzarlo pero de inmediato la dejo caer a un costado porque si Lujan se quiere irse, no lo detendré.
Fin Pov.