¡Protejeré al sub-protagonista!

CAPITULO 05

"¿Porqué demonios te quedaste viendo fijamente el té?"

Dariel pregunto con ojos agudos buscando un momento de duda en su expresión.

Alicia detuvo sus acciones enseguida al escuchar su pregunta. Pensó que ya no había necesidad de mentir más. Era el momento para ser sincera de una vez por todas.

"Su alteza, ¿puedo hablar libremente?"

Pregunto con una expresión diferente a la habitual. En solo un segundo el ambiente que era agradable, cambio a una atmósfera fría y tensa.

Dariel asintió luego de verla tan seria.

Vio como ella respiraba hondo, para poder hablar a continuación.

"Su alteza, se que su situación no fue un accidente. Además de que la persona que lo provoco, todavía esta buscando hundirlo"

Dariel se sorprendió, pero no lo demostró. Seguía manteniendo su mirada inexpresiva mientras la miraba.

Alicia continuo.

"Quiero ayudarlo a que cobre justicia su alteza, a mis ojos usted es la única persona que es digna de ser reconocido como príncipe heredero y futuro emperador"

Alicia hablo con una cara muy seria sin apartar su mirada de el. Puede ser peligroso ser tan directa, pero eso era lo que pensaba. El segundo príncipe solo es un idiota vicioso que no merece ser emperador. Ella lo había pensado durante todo el tiempo que leyó la novela. Dariel era el único que merecía tomar el trono.

Pero el autor solo lo hundió y escribió desgracias de el para destacar al protagonista. Incluso si el segundo príncipe sabia todo. La autora solo lo defendía diciendo que el tenía sus razones, por haber tenido una infancia difícil.

Pero a su parecer, Dariel era el que había sufrido más. Tuvo que crecer enfrentando a personas hipócritas que solo querían algo de el. Practico la espada durante tanto tiempo hasta que los cayos de sus manos sangraran para cumplir las altas expectativas que la gente tenía de el. El nunca permitió que las personas encontrarán una imperfección de el. Siempre trabajo duro en todo para no mostrar debilidad.

Era muy diferente al segundo príncipe que solo se escondía en la falda de su madre la concubina. Era un niño infantil y arrogante que abusada de su estatus como segundo príncipe. Estaba muy por detrás de Dariel en todo lo que hacia, llegando a desarrollar un gran sentimiento de inferioridad.

La concubina claramente reconocía lo capaz que era Dariel, por lo que en la competencia de caza que se realizó. Aprovecho para poder pasar el incidente como un accidente. Dariel se cayo de su caballo haciendo que sus piernas se lastimaran de gravedad. Ese incidente ocurrió hace medio año.

Dariel estuvo tratando de recuperarse, pero le era imposible teniendo a la concubina detrás de su espalda. Los nobles que lo seguían se unieron a la facción del segundo príncipe. Quedando completamente sin apoyo político. El emperador amaba a su hijo. Por lo que escogio la familia de Alicia para que estos pudieran ayudarlo.

La familia de Alicia era neutral y no albergaban sentimientos de unirse a una facción. Pero terminaron siguiendo al primer príncipe. Le mandaron los mejores médicos para que este se recuperara durante tantos años. Pero este no se recupero. Y Alicia solo hacia que Dariel recayera con todos sus comentarios venenosos.

Al final de la novela. Cuando Dariel se quito la vida, la casa Rosell se hundió siendo acusados por traidores cuando el segundo príncipe ascendió al trono luego de la muerte del emperador. Para que luego los protagonistas, "vivieran felices por siempre"

Así termino la novela de segunda categoría que ella había leído.

"¿Te das cuenta de las palabras que estas diciendo ahora mismo?"

Dariel pregunto con un tono frio. Los comentarios que ella acababa de decir podían ser demasiados peligrosos. Acababa de insultar a un m*****o de la familia real y declarar sus intenciones de ayudarlo políticamente.

"Me doy cuenta su alteza, pero es lo que pienso. Si le preocupa que quiera tomar el puesto de empetatriz. No se preocupe, puede cancelar este matrimonio conmigo. Yo hablaré con mi padre después. Pero solo quiero decirle que cuenta conmigo para lo que sea"

Los ojos de Alicia eran tan claros que no mostraban ninguna vacilación ante sus palabras. Se podia ver que lo decía enserio. Dejando sorprendido a Dariel.

Era muy tonto que ella estuviera haciendo todo eso simplemente porque tenía sentimientos por el. Pero aun no podía bajar la guardia. Nadie podía ayudar a alguien sin querer algo a cambio, y el creció conociendo muy bien ese hecho.

"¿Qué querrás a cambio de ayudarme?"

Pregunto mientras apoyaba su codo en la silla de ruedas.

Alicia no pensó en responder. Solo dijo lo que pensaba.

"¡El placer de verlo siendo el mejor su alteza!"

Contesto sin vacilación dejando sin palabras a Dariel.

"...¿solo eso?"

"¡Si!"

"..."

Dariel nunca había conocido a una persona como ella. Enserio era absolutamente extraña. Nunca había conocido a nadie que tratara con el, de la manera en lo que lo hace ella. Era su primera vez...

"Pero hay un problema. No puedo caminar"

Alicia pensó que era algo grave, pero esa situación ella la podía arreglar. Solo tomaría un año y algunos meses para que el pudiera ejercer su vida diaria normalmente. No por nada su clínica de fisioterapia fue una de las mejores durante diez años.

"No se preocupe su alteza, eso es lo de menos. Yo haré que usted vuelva a ser capaz de caminar de nuevo"

Ella contesto con una sonrisa y una mirada decidida. Haciendo que Dariel abriera los ojos de verla con tanta confianza.

"Entonces muéstrame resultados y tomare en cuenta todo lo que has dicho hasta ahora. Pero sera mejor que no le digas esto a nadie. ¿entiendes?"

Las ultimas palabras fueron una amenaza. Pero Alicia no estaba intimidada ya que ella haría cumplir su palabra.

"No se preocupe su alteza, no tengo la intención de hacerlo"

Respondió mientras asentía suavemente.

"Pero, ¿cómo diablos conoces la situación de la concubina?. ¿Fue algo que te dijo el duque Rosell?"

Alicia negó con la cabeza. No podría decir que era algo que había leído en una novela.

"Su alteza...no es algo que me dijo mi padre...esto es algo que se yo nada más. Se que puede sospechar de mi...pero porfavor no me pregunte como la conseguí.."

Alicia hablo en un tono bajo y muy nervioso. No podría explicar como sabia algo que ni el emperador estaba al tanto. Pero tenía que aclarar que no tiene malas intenciones. Y era verdad.

"Esta bien"

Dariel solo contesto de esa manera. Ya ha este punto sabia cuando ella mentía. El sabia que era sospechoso el que alguien como ella poseyera información que ni su propio padre conocía. Pero también que ella se exponía al contarle la información. Estaban en el mismo bote, por lo que decidió confiar en ella.

"¿Cuánto se necesita para mostrar resultados sobre mis piernas?"

"Solo dejemelo a mi su alteza. ¡Quedara impresionado!"

"Ha..esta bien. Solo comienza ahora"

"¡Entiendo!"

Alicia respondió tan entusiasmada. ¡Era hora de mostrar adecuadamente sus habilidades!

***

Habían pasado dos meses desde el dia en que se sinceraron un poco. Al principio la rehabilitación y los tratamientos que le daba Alicia bastaría un mes para que pueda sentir adecuadamente sus piernas. Pero Dariel estuvo seis meses sin recibir terapia adecuadamente, por lo que sus piernas quedaron rígidas y la sangre no circulaba como era debido. Pero gracias al esfuerzo de Alicia. Logro que en solo dos meses para recobrar la sensación de sus piernas.

El podía sentir cuando Alicia le daba esos masajes extraños, y lo hacia hacer cosas que nunca había escuchado.

Se pasaron los dos meses comiendo y haciendo la mayoría de sus actividades en la habitación para no estar a la vista de los sirvientes que había plantado la concubina. Logrando evitar que Dariel tomara el té.

Ese era un té, que era como un veneno para que sus piernas vayan perdiendo todos los sentidos. Pero al no tomarlo, este ayudo a que su proceso de recuperación sea notable.

Dariel al ver que todo lo que Alicia le hacia, permitió que pudiera sentir sus dedos, y también cuando había frio y calor. El lo sentía. Sin que el lo supiera fue acercándose gradualmente a ella y terminando confiando un poco en Alicia.

Los pensamientos de que volverá a caminar de nuevo, cuando ya había perdido la esperanza. Todo se debia a ella. Fue la única que le mostro esa clase de sinceridad respecto a su situación...y la única que creyó en que podría caminar de nuevo. Todo se debió a Alicia.

"Alteza, ¿siente alguna incomodidad?"

Actualmente ella le estaba dando su terapia regular. Ella lo miro al ver que no decía nada.

"¿Dónde aprendiste ese tipo de tratamientos?, e probado acupuntura, y otras técnicas exóticas de otros reinos. Pero tu eres la única que mostro resultados.."

Alicia sonrió un poco incomoda. El siempre le preguntaba como conocía esos tratamientos raros. Pero ella siempre le decía que lo había leído en un libro. El naturalmente no le creía.

"¿Me volverás a decir que lo leíste en un libro?"

"..."

Alicia no dijo nada, y solo se limito a sonreír torpemente, ya que eso era exactamente lo que iba a decir de nuevo.

"Haah..enserio eres extraña.."

"No te volveré a preguntar nada. Pero quiero confiar plenamente en ti...eres la primera persona que me ayuda de esta manera...¿todavía quieres ayudarme a tomar el trono?"

Alicia respondió sin dudarlo ante las palabras tan serias e inesperadas de Dariel.

"Si, su alteza. Quiero ser capaz de ayudarlo"

Ella le respondió con una linda sonrisa, y con unos ojos que brillaban tan intensamente sin una pizca de vacilación.

Dariel observo esa sonrisa y su mirada. No pudo evitar sentir un sentimiento extraño...su pecho dolía mientras se veía reflejado en esos hermosos ojos aguamarina que solo lo miraban a el..no pudo quitarse el sentimiento de que quería que continuará siendo de esa manera.

El tiempo que pasaba con ella era agradable. Incluso cuando ella lo abrazaba estando dormida, no la apartaba. Al contrario..era muy feliz...lo cual lo hacia sentirse confundido. Era la primera vez que sentía ese tipo de sentimientos por alguien...

"Entonces hay que comenzar"

Ya no tenía duda de que volvería a caminar gracias a ella. Pero necesitaban moverse para cumplir su objetivo. Le demostraría a esa concubina que no es fácil meterse con el y salir ileso en el acto.