Pov Aria
- ¿Dónde está mi habitación- pregunte algo cansada? La agitación de todo lo que estaba viviendo me estaba pasando factura. Habíamos comido junto al Alfa, la Luna y mi familia. Solo quería arrojarme en la cama, dormir un poco y dejar de pensar que mi vida se trastocó tanto por mi lobo.
“Lo siento”. Dijo mi loba en mi mente. “No sé porque te estas disculpando. Nacimos de esta manera, no hay nada que perdonar” le replique. No podía estar molesta con ella, aunque sabía que estaba lidiando con mi propia negatividad.
- En nuestra habitación- respondió Ivar sacándome de mi ensimismamiento. Para él parecía natural querer estar conmigo, dormir en la misma cama. Pero a mí me resultaba extraño.
“Dijiste que le darías una oportunidad para conocernos” siseó mi loba antes que pudiera replicarle que no quería dormir en su habitación.
- No estoy lista para que pase nada entre nosotros – le conteste mordazmente.
- No dije en ningún momento que pasaría algo mas que dormir, aunque a mí me gustaría. Eres mi pareja, pero iremos al ritmo que tú quieras- admitir que quería algo mas conmigo me hacia ruborizar y tuve que correr mi mirada para que no lo notase.
Ivar sonaba sincero, si no fuese así mi lobo hubiera olido en el la mentira, pero todo lo que decía coincidía con lo que emanaba.
- Estoy cansada- y era real, no estaba física ni mentalmente con las energías suficientes para embarcarme en una discusión, así que me fui sin esperar por el hacia su dormitorio, el mismo donde me había despertado antes.
Mi cuerpo se sentía caliente, tal vez demasiado. Cuando abrí los ojos, observé que grandes brazos me rodeaban. Afuera la noche había caído completamente y la habitación se encontraba totalmente en penumbras, pero como ya tenia mi lobo conmigo podía ver perfectamente. Ivar descansaba a mi lado y moviéndome muy lentamente me voltee para observarlo, una luz tenue que provenía del exterior iluminaba su rostro, destacando la belleza de sus facciones. Quería creer que todo lo que me hacia sentir era producto del vinculo
“No te mientas a ti misma” bufo mi lobo. “no se lo que siento” masculle poniendo un muro mental entre mi lobo y yo. Ella se rendía fácil a los encantos de Ivar. El abrió sus ojos y me ruborice al comprender que me sorprendió mirándolo embelesada, pero al menos tuvo la decencia de no decirme nada.
Su mirada era intensa y hacía que mi corazón latiese con una intensidad que ni el más riguroso entrenamiento habría podido lograr. Sé que su sentido de la audición me delataba, pero nada podría hacer para fingir otra cosa. Sin decir una sola palabra bajo su rostro al mío, puso sus labios sobre los míos. Gemí en su boca porque era innegable lo que el vinculo de parejas hacía sentir a cada uno de nosotros.
Su beso se hizo mucho mas exigente, el mío lo comenzó a igualar. Quería sentir más. con un movimiento me puse arriba suyo. Podía sentir su m*****o duro bajo de mi y mi necesidad me impulsaba a friccionarme contra él. Sus manos navegaban desde mi cadera hacía, los costados de mis senos y luego hacia mis nalgas, apretándome mas hacia él.
“Márcalo” repetía mi loba una y otra vez. “Cállate, no lo haré” repliqué molesta. Mi loba estaba enamorada de Ivar y si fuese por ella, ya tendríamos varias rondas de sexo encima. Atribuiría mis pensamientos y deseos lascivos a esa parte animal que habitaba en mí, todo para no hacerme cargo de que antes de tener a mí loba, ya lo deseaba profundamente.
- Aria – gimió en mi boca- debemos parar, no podre controlar mi lobo por mucho tiempo- mi parte racional le daba la razón, pero mi parte animal era más difícil de controlar y de calmar.
Con reticencia volví a colocarme a su lado, pero el calor que sentía no desaparecía, mucho menos porque él se ladeo para seguir abrazándome y acariciándome los brazos. Estaba muy cómoda en el silencio que me proporcionaba sabiendo que estaba ahora algo avergonzada por haberme lanzado así hacia él. De pronto lo sentí tensarse y me animé a verlo. Sus ojos estaban nublados, recibiendo algún tipo de contacto mediante enlace mental.
- Tengo que irme a resolver algo cariño – con renuencia me soltó e inmediatamente me sentí con frio.
- ¿sucede algo? - era muy tarde en la noche por lo que mi sentido de alerta se activó de inmediato - ¿es otro ataque? - no quería que mi voz sonase con pánico, pero, de todos modos, la preocupación se coló en ella e Ivar, al notarlo, presuroso se acerco a mi para abrazarme y besarme.
- Nada de eso, tengo que ir con mi padre a iniciar a un nuevo integrante- no había mentira en sus palabras, pero algo me indicaba que estaba ocultando algo.
Los vi irse y me sentí inmediatamente vacía. Vinculo estúpido. Yo nunca precisaba de nadie y ahí estaba yo intentando comprender porque en dos días apenas ya sentía un apego como nadie. No tenia hambre y me quede en la cama. Mi mente volvía inexorablemente una y otra vez a él y sabia que sería peor cada día, el vínculo se fortalecería cada vez más y se haría irrompible si nos marcásemos mutuamente. Mi loba fantaseaba con eso, pero yo le decía una y otra vez que debemos esperar, conocernos, aunque esto último seria solo en estas cuatro paredes. Tendríamos que ser cuidadosos, nadie podría saber lo nuestro más que un círculo cerrado de personas. En cierto punto me canse y el sueño volvió a reclamarme.
Ojos rojos me miraban a la distancia. Los ojos rojos estaban asociados a los no-vivos. Los chupasangres, los denominados Vampiros. Debería inquietarme, pero por alguna razón no lo hacía. Me intrigaba. “Eres un lobo blanco” su voz resonó en mi cerebro. “¿Quién eres?” pregunte confusa. No podía reconocer su tono, no era alguien que yo conociera. “Ya se dónde estás”, respondió.
Me desperté en los brazos de Ivar, quien dormía plácidamente a mi lado. En mi interior algo se había agitado después del sueño. Se sentía como si en algún momento, iba a ocurrir algo que cambiaría una vez mas las cosas, pero no se sentía como algo negativo.
- Buenos días, cariño- Ivar me dio respondió un beso rápido en los labios mientras aspiraba mi olor.
- Buenos días para ti también- repliqué y también lo aspiré- Mañana es lunes y debo volver a la escuela ¿Cómo lo haremos? Quiero decir, no podemos aparecer juntos.
- Yo no quiero ocultar lo que somos, eso es una mierda. Quiero poder dejar que tengas mi olor encima para que ningún macho quiera intentar nada contigo. Quiero poder llevarte a la escuela, tomarte de la mano, traerte a casa. Tener citas normales. Esta situación no es la ideal, pero tu seguridad es importante. Yo te llevaré a la escuela con mi futuro Gamma, Brian. En la escuela estará tu hermano, Brian y yo. Seremos sutiles, pero siempre alguien tendrá un ojo en ti. También en cada lugar que vayas pondremos seguridad extra.
- Es un poco agobiante todo esto. Quisiera que pronto tuviésemos respuestas
- Lo sé, haremos todo lo posible para que así sea- replicó seguro.
No sabía que ocurriría al día siguiente o al día después de aquel, pero de una cosa si estaba segura, Ivar no se iría a ningún lado, no me descuidaría y cuidaría de mí. Pero quizás eso resultase un poco agobiante. Tendría que resistirlo porque al fin y al cabo era por mi bien.