-Santiago- Me acerqué a Mayra, rodeándola con mis manos su cintura, que se que poco a poco va a ir poniéndose diferente cada vez a medida que pasan los meses, metí mi cabeza en su cuello a olfatear su aroma, ese que me tiene cada día más perdido por ella, huele a mujer fresca y al amor de mi vida. Besé su delicado cuello, ella se ha convertido en mi adicción, por su parte me dijo que se sentía muy enamorada de mí, que nunca le había pasado, saque mi rostro del donde lo tenía escondido y busque su mirada encontrándome con un brillo sin igual, toque su mejilla y soltó un suspiro uno que me sabía a puro amor. - ¿Crees que esto funcione? – preguntó - ¿Por qué no habría de funcionar? ¿tienes dudas? -No tengo dudas de lo que sentimos, pero quizá es la rapidez con la que se han dado las cosa