Llegamos a la casa de mi tío y para suerte mia no había rastro alguno de Camila.
- ¿quieres comer algo? -asenti.
Entramos a la cocina y Max se acercó a la nevera y sacó varias cosas. Se cocinar pero el siempre ha preferido hacerme la comida y se lo agradezco, verlo cocinar es una maravilla. Se quitó la camisa dejándola a un lado y se puso un delantal y empezó a cortar todo.
- ¿planeas hacer algo para tus 41 años? -me quite el saco quedando con una blusa negra de tirantes, sus ojos siguieron mis pasos hasta que termine sentada enfrente de el- en una semana es tu cumpleaños.
- y tú cumpleaños en dos días. ¿Planeas hacer algo?
- no evadas la pregunta -me rei- yo pregunté primero.
- si pero tú cumpleaños es primero. responde- rompió unos huevos en un traste y los empezó a batir con un tenedor
- no se. Creo que nada. Pero como ya está aquí Daniela pues a lo mejor nos vamos a un antro.
- A un antro, con un vestido corto y pegándole el culo a los pendejos esos
- sabes que no me gusta bailar. Sólo iríamos a beber
No dijo nada más. Se giro hacia la estufa y empezó a tirar todo lo que había cortado y de último el huevo batido. Nunca lo había visto con otros ojos y saber que ya llevaba tiempo con sus ojos puestos en mi es algo que me debería inquietar pero en vez de eso me siento feliz y contenta.
- voy a entrar a tu baño
No me respondió así que fui hacia su baño que estaba a un lado de la cocina. Cerré la puerta y me acerqué al lavabo, me lavé la cara y me arregle el cabello. Hoy tengo que dejar de ser virgen. Me quite la blusa y la falda quedando en ropa interior. Busque una de las batas que dejé aquí hace unos días antes de que llegara y cuando la encontré me la puse. Me amarre los extremos a mi cintura. Era una bata morada de dormir. Era un poco transparente pero solo dejaba ver lo importante que era la ropa interior.
Salí del baño y me quite los tacones dejándolos en la puerya junto con mi ropa en el cesto de ropa sucia.
Fui al comedor cuando escuché los platos en la mesa. Me apoye en una de las paredes, su atención estaba fija en los vasos que estaba sirviendo con jugo natural. Me aclare la garganta y el levantó la mirada, su boca se abrió y se empezó a chorrear el jugo del vaso. Le di una sonrisa y camine hacia el y con cada movimiento de cadera su rostro se ladeaba más. Llegué a una de las esquinas a un extremo de él y me apoye en la mesa para agarrar la jarra y quitarla de sus manos.
La dejé en la mesa y fue cuando el reacciono.
- Que santa maravilla... Pero esa bata está de más.
- Si quieres que me la quité ve. tú y quitamela. - me senté en la mesa y me crucé de piernas. Lo vi ponerse enfrente de mi. Me escaneo con la mirada.- ¿que pasa?
- no puedo creer que estés aquí. Así de esta manera. Es como un sueño.
Agarró el lazo que estaba en mi vientre y lo desató. Abrió la bata dejando a la vista mi cuerpo con una lencería de encaje morado en un lindo conjunto. Se puso de rodillas y me abrió las piernas, beso mi pantorrilla derecha y despues la otra un poco más cerca de mi rodilla. Fue acercándose cada vez más hasta que dejó un beso en mi braga. Tenerlo así de cerca y que no haga nada es una pesadilla.
Volvió a levantarse y me quito la bata de los hombros dejándola en una de las sillas. Se acercó a mi cuello y dejó un beso en una de mis clavículas. Me paso la lengua entre mis senos y una de sus manos me apretó mis piernas. Me acerqué más a la orilla de la mesa buscando su cercania. Su boca llegó a la mía
- saca tu lengua -me pidió y yo hice lo que me dijo. Saque la lengua y el pego la suya. Me lamió la lengua, la succiono y eso para mí lo más rico y sexy - necesito tenerte de rodillas. Se una buena chica y ponte de rodillas.
- habla como a ti te guste. Se que no eres para nada cariñoso.
- ¿estás segura de lo que me estás pidiendo? -asenti complacida. Me jalo del brazo bajándome de la mesa y me obligo a ponerme de rodillas, me jalo el cabello hacia atrás- abre tu boca como la puta que eres
Abrí la boca y se quitó el pantalón lo más rápido de pudo, saque mi lengua y me palmeó varias veces con su polla, después lo metió hasta el fondo de mi garganta, puse mis manos en sus piernas para poder sostenerme.
- mierda... se siente tan bien tu boca...
Movió la cadera más rápido y soltó varios gemidos y maldiciones.
- se mi puta y trágate todo. Ya mero termino. Mierda...
Apretó más fuerte mi cabello y sus caderas se movieron rápidamente y duró contra mi boca podía sentir como la punta de su polla chocaba con el final de mi garganta, solté una arcada y pareció disfrutarlo. Agarró mi cabeza y la empujó hasta el fondo, mis ojos soltaron varias lagrimas.
Trate de alejarme pero el no me dejó. Soltó más gemidos
- No Sofía. Te dije que seas una buena puta y tragues todo...
Suspiro y su descarga se deslizó por mi garganta. Soltó mi cabeza y sacó su polla de mi boca. Tomé varias bocanadas de aire tranquilizando mi respiración pero no parecía que el fuera a dejar que eso pssara. Me agarró del brazo y me volvió a sentar en la mesa. Abrió mis piernas y se puso de rodilla. Paso su lengua por toda mi v****a y mi cuerpo tembló ante ese contacto.
- tan mojada. Eres una puta Sofía
- tío...
- Soy Max..
- Max.. -su lengua se movió en mi clítoris llevando varias descargas en mi cuerpo. Mi espalda se arqueo y solté un gemido fuerte - que bien se siente...
Movio mas rápido su lengua en mi clítoris y eso fue una sensación tan placentera que pensé que ya iba a terminar. Con su mano libre trato de desabrochar mi sostén pero al no tener.los resultados que el quiso lo agarro de enfrente y lo rompió.
Apretó mis senos sin dejar de comerme la v****a. Paso sus brazos por delante de mis piernas sujetando mi vientre para que no me moviera..
- Max... ya no aguanto...
- no te corras hasta que yo te diga.
Negué con la cabeza. no podía aguantar. Estaba tan cerca.
Su lengua se introdujo en mi entrada y la movió con rapidez. su pulgar empezó a frotar mi clítoris mientras con la otra mano me frotaba el pezón.
- max... por favor... ya no aguanto...
Solte otro gemido y me quedé respirando pesadamente cuando se quitó. Me agarró de la cadera y me giro dejando mi pecho en la mesa y mis pies en el suelo. Lo vi de reojo sobre mi hombro como se agachaba, puso ambas manos en mis nalgas y con sus pulgares separo mis pliegues
- tan rosada... tan perfecta.
Metió su lengua. Sus ojos me veían y yo no podía dejar de verlo, como movía la cabeza para que su lengua entrará en mi.
- Max... metelo... por favor
- ¿quieres ser mia?
Asenti impaciente, ya no aguantaba está calentura. Necesito tenerlo