capitulo 6- En el aula de clases

1341 Words
Sentir su lengua en mi seno era tan placentero pero no pudimos seguir con más caricias porque escuché como la puerta de mi madre se abrió y volvió a cerrar. Ambos nos quedamos quietos y me quite de encima de el. Max se levantó de la cama y empezó a buscar su ropa. Yo agarre mi vestido y me lo puse rápidamente. - haz que estamos peleando. -le pedí - ¿que? - haz que estamos peleando, para que no sospeche mi mamá de nada. Lo jale hasta la puerta y justo cuando mi mamá abrió me senté en la cama con los brazos cruzados. - estuviste lejos y ahora parece que no quieres ni verme -le dije. El iba a decir algo pero mi mamá se le adelantó. - óyeme hija. deja de pelear con tu tío, ya ambos son unos adultos y tienen que hacer su vida, el está con Camila y tú con el profesor de la escuela -abri los ojos de golpe viéndola- entiende que el quiere estar con ella - mamá... ese no es el punto... yo solo quiero pasar tiempo con mi tío como antes - son adultos. Deja de reclamarle Voltee a ver a mi tío y su mirada estaba tan sombría que daba miedo verlo. Me dirigió la mirada y vi el enojo y los celos. - Me avisas cuando salgas mañana del trabajo y paso por ti. Hay que hablar. Se despidió de mi mamá y salió de mi habitación. Mi madre cerró la puerta y entre en crisis nerviosa. No quería que supiera nada del profesor. No es como que tengamos una relación pero no voy a negar que nos dimos varios besos pero solo eso. No paso a mas Me quite el vestido y me cambie a mi pijama. Me metí bajo mis sábanas y espere a que el sueño me consumiera. Al día siguiente llegue a la escuela y apenas entre a la sala de maestros desee no haber entrado, ahí estaba mi amiga. La que siempre ha estado enamorada de mi tío y al cual me había comido el día de ayer y a su lado estaba Diego, ese profesor. Mi amiga se giro y me vio y sus ojos brillaron. Se acercó a mi y me abrazo, habíamos estado meses separadas porque estaba en otra ciudad dando clases pero cuando una maestra de aquí se jubiló pidió ella su cambio y lo aceptaron. - dios Sofía. No sabes cuánto te extrañe. -sonrei sinceramente - yo igual te extrañe. - ¿Hoy viene tu tío? necesito al menos un beso de ese bombón Rompí el abrazo incómoda, no quería que lo vea ni que se le acerque. - La verdad no lo sé. Ayer me pelee con el y no le dije nada de que venga por mi. - a ver cuéntame. Nos sentamos en la mesa de la sala de maestros, tenía 10 minutos antes de que empiece mi clase y por suerte Diego no se acercó porque su clase ya había empezado. Le conté todo menos las partes de sus besos caricias y mi boca en su polla. - Dios que enojo! Ya tiene a alguien más y eso de que se ponga tu ropa. Que coraje. Ya ni yo he logrado eso - y nunca lo vas a lograr -solte una risa. Vimos el reloj y ya habían empezado nuestras clases. Entre a mi aula y empecé a dar mi clase como de costumbre. Estar como maestra de niños tan pequeños lo adoraba. Mi sueño siempre ha sido del mamá y esto es lo más cercano que tengo para sentir como sería ser mama. No de 20 niños pero si algo cercano a esa experiencia. Pasaron las horas de volada y ya me encontraba en la puerta entregándole a sus hijos a cada padre. Tenía a 5 niños para entregar aún cuando vi a Max apoyado en su carro. Sus ojos estaban fijos en mi o eso queria creer porque sus lentes de sol no me dejaba ver hacia donde estaba su vista. Sentí una mano en mi cintura y me gire. Quería que la tierra me tragara. Diego estaba viéndome con una sonrisa y su mano en mi cintura me hacía sentir incómoda. Mire sobre mi hombro y Max se había quitado los lentes y me estaba viendo fijamente. - Hoy no pude saludarte -acercl su boca a la mía y yo tosi alejándome de el - perdona. Me resfrié -me gire otra vez viendo hacia Max y cada vez que lo veía. Se veía mas molesto - ¿quién es ese? -me gire hacia Diego y era de esperarse que iba a darse cuenta a quien estaba viendo - es mi... mi tío Max. Regresó de su viaje - ¿ese tío? ¿del que tanto me hablabas?- asentí - quiero conocerlo. Ya conocí a tu madre y el es la única familia que tienes aparte de tu mamá. Sentí como mi presión se fue de picada al suelo. No quería que lo conozca, tenía que ver cómo decirle que ya no quiero nada con el... - yo no creo que sea buena idea. -entregue a dos niños- Mi tío es muy sobreprotector conmigo y no quisiera que cuestione nada... si? mejor voy a esperar a que le hable más de ti y después ya te lo presento El asintió y no tuvo de otra que darse la vuelta e irse. Termine de entregar a todos los niños y regrese a mi aula de clases para recoger mis cosas. La puerta se abrió y se cerró atrás de mi. No me gire para ver quién era. - Diego no podemos hacer nada. Estoy resfriada. -no recibí respuesta así que me gire y sentí como palideci. - ¿Así que haces algo con ese tal Diego. Aquí. En tu zona de trabajo? - no... emm eso no es... - tu misma lo dijiste. Negué con la cabeza y el se acercó a mi. Puso su mano en mi cuello y me jalo hacia el, su aliento choco en mi cara y sentí como mi braga se humedecía. El verlo celoso era tan placentero. Me puso encima de mi escritorio y me empujó hasta que estuve acostada, subió mis piernas dejando la planta de mis pies en sus hombros y el se agachó. Levanto mi falda y paso su dedo por mi intimidad. Mi espalda se arqueo por esa sensación. El siempre sabía dónde tocar. Era maravilloso. - ¿que tanto te hacía? - nada... no me hacia nada - Sofía no me mientas. - Solo eran besos... nada más - osea que jamás estuvo aquí abajo- movió mi braga hacia un lado dejando mi v****a expuesta. sentí como su pulgar trazo un camino desde mi entrada hasta mi clítoris- contéstame sofia. - no... nunca deje que me tocara... - bien. Yo tengo que ser el primero en todo Me cubrí la boca cuando su lengua hizo contacto con mi clítoris. Cerré los ojos sintiendo como su boca succionaba ese punto tan sensible al tacto. Arquee más la espada y abrí más las piernas dandole acceso. Nunca pensé que esto se sentiría tan placentero. Lleve una de mis manos a su cabello y lo acerque mas a mi, deleitándome en la intromision de su lengua en mi entrada. Me mordí la lengua con fuerza para no soltar ningún sonido. Me agarró las manos y las puso en mis nalgas para que tenga bien abierta mi v****a para el. Su lengua hizo un camino desde mi clítoris hasta mi entrada y eso lo repitió varias veces de arriba a abajo. Movi la cadera por esa sensación tan rica. - mierda... -susurre. Quería levantar la cabeza, poder verlo, deleitarme por la imagen de su rostro entre mis piernas pero el placer no me permitia hacer nada más que temblar y gotear. Se quitó de entre mis piernas dejando mi orgasmo a un punto de salir. - no dejaré que te corras. No hasta que me lo pidas.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD