Tahiel.
—¿Cómo sigue Qidel?.
—Bien, ya casi no tiene su luna. —sonrío mientras sigo limpiando los corrales de las vacas porque tenemos que dejar todo listo para cuando sea temporada de crías.
—Que alegría que tienes amigo.
—Naaaa.
—Pero no tiene nada de malo que estés ansioso de intimar.
—No, si estoy desesperado pero mas me preocupa que se recupere bien, —me empuja cosa que me da risa—. Dale idiota, ¿recién termina y la voy a ir a machacar de nuevo?.
—¿Y cómo aguantas?.
—Trabajando, sacándome la mierda asi llego y duermo, no voy a tocarla al menos en dos días hasta que descanse.
—¿Tahiel, podemos hablar?. —lo agarro del brazo a Itamar porque se le transforma la cara y camina para ir a golpearlo, pero es cosa mía y de Gerson.
—Déjame, tu no vas a hacer nada pero yo si.
—Itamar p
