Casados

1209 Words
Terminados de comer, Ji Yasuf se llevó a Gabriela al registro. Al llegar habían muchas otras personas ahí, esperaban casarse, en verdad eran tres parejas esperando su turno, las tres mujeres que esperaban casarse volvieron a ver sin rodeos al hombre al lado de Gabriela. Gabriela no prestaba atención ni al caso, era como si ella no conociera lo que era sentir celos por su hombre. Ji Yasuf estaba muy descontento por ello, de un momento a otro le invadió la cólera, no obstante aquellas tres mujeres estando ahí para casarse, todavía se atrevían estar echándose el taco de ojo en el hombre, pero... ¿cómo no lo harían?, si este hombre de estatura promedio era, uno coma noventa, cuerpo delgado y proporcional, tenía un cuerpo de escultura viviente, ojos verde grisaseo, tenía una mandíbula afilada, nariz alta y recta, sus pómulos bien marcados con esa mirada pícara y soñador, hacia palpitar el corazón y algo mas a cualquier fémina. Sus cejas eran pobladas y de espada, lo que le daría el toque de hombre soñado, aparte su posición en la familia Kim, él era el nuevo presidente de toda la Empresa constructora de franquicias y cadena de hoteles, Ji Yasuf Kim era el heredero más rico de la península de toda Asia, pero él vivía en Estados Unidos desde la muerte de su padre. Su madre era una mujer Inglesa que había contraído matrimonio con el padre de Ji Yasuf. Su infancia había transcurrido muy tranquilo, a excepción de ese día en que viera a su padre tratar mal a su madre. Después de ese pleito, su padre ya no fue el mismo, incluso aún recordaba las palabras de dichas por su padre, le dijo que nunca debía enamorarse de las mujeres, y que todas eran criaturas de poca confianza. Ji Yasuf Kim jamás se lo dijo a alguien acerca de ese momento de su vida, pues amaba a su padre y esto solo le traía verguenza y tristezas, amaba y respetaba también a su madre, pues era la mujer que lo cargó nueve meses en su vientre y lo quiso mucho, hasta que su padre sufriera aquel accidente en ese fatídico día. La custodia de Ji Yasuf Kim pasó a manos de su abuelo paterno, quien lo educara con manos de hierro, su carácter se había forjado de tal forma que no daba lugar a llorar, a quejarse o a esperar en sus laureles, Ji Yasuf era un hombre que se imponía, pero nunca contradecía a su abuelo en nada. En el registro, como una de las mujeres era la mas sinverguenza en hacerle el ojito, hacer señas de decirle al otro "llámeme" mostrando en la palma de su mano su número móvil, Ji se enojó mucho, le dijo a su novia al lado. —¿No te importa que otra mujer me quiera llevar para su lado? —dijo hablando desesperado, la Chica quién estaba de muy mal humor respondió: —Si debo cuidarte de todas las que se ofrecen a ti, entonces para que debería casarme? —Ji se quedó desorbitado de los ojos al ver la actitud de esta mujer. —Pero, eh... ella me está coqueteando? —volvió a decir en su intento por llamar su atención, y es que quería que lo celara para ver cómo era sentirse intoxicado. —¿Estás obligado a mirarla acaso? —dijo ella haciendo sangrar su oído, sin más agregó algo descabellado. —¿Claro que no, verdad?, pero si la miras es porque ella te gusta a ti, ¿no es así? —él se quedó pasmado de la actitud de Gabriela. El hombre miró para el lado contrario. Una de las mujeres pasó todavía por su lado y dijo a Gabriela. —Oye cuñada, me lo cuidas por si me falla este que tengo, lo repongo con ese guapo que traes a tu lado. —la Chica lo dijo sin ninguna censura. Gabriela era una chica tranquila, pero eso no quería decir que se dejaria montar a alguien como esta sinverguenza, nadie iría a un lugar donde la gente se casaba acompañado de su hermano, pensó Gabriela. Gabriela en verdad se sintió burlada, tratada así como poco inteligente o menos, pues sentía que era una burla directamente a ella. No obstante, Gabriela se acercó a la fémina y la tomó por el cabello y la tiró al suelo, el hombre que se iba a casar con aquella mujer la miró tirada en el suelo a su novia y dijo: —Mi dignidad acaba de ser cobrada. Ya no me casaré contigo —dicho eso dió la vuelta y se fue, las otras dos mujeres al ver ésto se agacharon de miedo y vergüenza, tenían miedo de ser arrastradas y también abandonadas por sus galanes. Finalmente al llegar el turno de firmar sus credenciales de hoja para estar casados, ellos lo hicieron sin ningún inconveniente. La cara de Ji Yasuf se mostraba alegre y risueño, mientras que la Chica estaba a un lado priorizando cuentas que pagar sin saber que lo que tendría a manos llenas era dinero de sobra. —Deja de hacer lo que estás haciendo, esposa mía —dijo Ji, al oírle llamarla esposa mía, Gabriela levantó la vista y lo miró con ojos preocupados, ella dijo: —Estoy calculando los gastos que se estarán sumando, ahora que somos cuatro. —aunque Gabriela hiciera referencia a su abuela y a ella y ahora a Ji Yasuf, solo ese hecho lo llenó de una alegría inmensa al hombre, claramente el hombre ya estaba enamorado de ella hasta la libélula. —Por qué te estás riendo? —preguntó Gabriela, pero la quijada de Ji cayó al suelo con lo siguiente que ella dijera. —Saliendo de aquí, voy a conseguir otro empleo mas, así nos alcanzará el dinero —Ji pensó, esta chica porque no toma en cuenta que yo tengo mucho dinero… Para Ji, le hubiera encantado seguirla así como hasta ahora a esta mujer, pero un día de trabajo de Ji era mucho dinero y si estaba en recesión, eran pérdidas millonarias. —Yo también puedo trabajar, aportar —dijo Ji de pronto, dejando sorprendida a la mujer. —Ahora tienes un esposo, ya no estás sola, deja que cuide de ti y de tu abuela —Ji congració con la chica, que desde que murieron sus padres, nunca nadie se había preocupado por ella. —Yo, este.... no sé si deba aceptar eso —respondió Gabriela, Ji pensó en ese momento que si esta mujer no sabía nada de ambicionar mas de lo que le faltaba tanto. Ji Yasuf Kim un hombre prominente, millonario y guapo, cualquier mujer le gustaría estar en el lugar de Gabriela, pero ella estaba preocupada por facturas que pagar, era por que nunca había visto a Ji Yasuf como su cajero automático. Mientras más conocía la actitud de la mujer, más enamorado estaba el hombre, pero resultaba que esta mujer solo tenía que agradarle a su despiadado abuelo para llevar la fiesta en paz. "¿Que diría su abuelo? ¿Que sería capaz de hacer Ji por conservar su amor si su abuelo se opone a su matrimonio? eso era preguntas sin respuesta hasta ahora.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD